Breve introducción a la atmósfera ESG

Breve introducción a la atmósfera ESG

Los inversionistas y las empresas muestran señales de preocupación por el ambiente, la sociedad y su propia gobernanza corporativa. En este sentido, las siglas ESG refieren a un conjunto variado de criterios que pueden guiar las decisiones de estos relevantes actores económicos.

Tiempo de lectura: 12 minutos

De qué hablamos cuando hablamos de ESG

Los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, siglas de sus vocablos correspondientes en inglés: environmental, social y governance) son un conjunto de reglas para evaluar si las operaciones de una empresa cumplen con estándares deseables sobre el impacto que tienen sus actividades en estos tres ámbitos. A raíz de la conciencia que se ha creado en los mercados financieros globales sobre la importancia de que los procesos productivos de las empresas se adhieran a estos principios, el público inversionista los toma en cuenta cada vez con mayor frecuencia y convicción. Por lo tanto, el conjunto de estos tres factores comienza a formar parte de los elementos para decidir la conveniencia de hacer cierta inversión, aunque las preguntas sobre si este enfoque se alinea con los criterios de rentabilidad tradicionales se mantienen en el centro de la controversia.

Como señala la Metodología de principios generales para evaluar riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo de la agencia calificadora de riesgo Moody’s Investor Service, las siglas ESG se refieren a diversas consideraciones cualitativas y cuantitativas relacionadas con la sostenibilidad de una organización y con los efectos que sus negocios, inversiones y actividades tienen en la sociedad. Algunos ejemplos, sin que constituyan una lista exhaustiva, incluyen la huella de carbono asociada a la producción de una empresa, la responsabilidad social de la dirección de un negocio o las reglas que rigen la relación entre el gobierno de un país y los participantes privados de las industrias.

Como ocurrió en algún momento con la visión clásica del análisis de costo-beneficio a nivel microeconómico, los inversionistas también deben reconocer las fallas de mercado que generan costos o beneficios para terceros, es decir, para quienes no están directamente relacionados con el proceso de producción e intercambio de un bien o servicio. Así, el objetivo de ESG consiste en transformar la visión tradicional de rentabilidad, que sólo contempla las utilidades que obtienen algunos agentes privados, para ampliarla de modo que sea igualmente importante evaluar su sostenibilidad desde un enfoque social, esto es, incluyendo a todas las personas, empresas, ambientes y autoridades que resulten afectadas por dichas actividades productivas.

En el centro yace la idea de que las empresas reciban los incentivos necesarios para que cambien sus métricas de éxito corporativo. La idea –en principio, simple– es buscar la rentabilidad de la empresa, pero internalizando los efectos indirectos de aquellos grupos involucrados en su cadena productiva.

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