Camellón de Cuemanco devastado por las obras.
“Xochimilco es una zona fundamental para el balance ecológico de la Ciudad de México. Provee de agua a casi toda la capital y además, sin Xochimilco, toda la zona lacustre y lo poco de bosques conservados que queda, la temperatura de la ciudad subiría 2ºC”, dice Tamara Blázquez, fotógrafa, conservacionista y activista, integrante del colectivo Xochimilco Vivo. Además, es a esta zona a donde llegan muchísimas de las aves que migran desde Estados Unidos y Canadá, como los pelícanos, las garzas, los cardenales o las gallaretas.
En septiembre del 2019 la Secretaría de Obras y Servicios anunció la construcción del Puente Vehicular Periférico-Cuemanco, que cubrirá una extensión de 32,942.15 metros cuadrados, de los cuales el 44% (14,683.63) están dentro del ANP. Esta sección del ecosistema, que está entre dos carriles del Periférico, se mantuvo como mitigación a las obras para construir la transitadísima avenida en los años noventa. Permaneció ahí porque estos cuerpos naturales conectan el complejo sistema de humedales de la zona.
“Este proyecto divide Xochimilco en dos partes: norte y sur. Es un camellón que está aún en periférico, enfrente del Parque Ecológico y entre Cuemanco y la Ciénega Grande”, explica Blázquez. “El camellón ayudaba a conectar lo que quedó separado por el periférico para que la fauna pudiera cruzar de un lado a otro, además era el hogar de muchas especies. En la temporada de lluvias se escuchaban las ranas”.
A pesar de su valor ecológico, el gobierno de la Ciudad de México ha decidido destinar 680 millones de pesos en construir la extensión a la autopista urbana. Este proyecto se había intentado hacer en otras administraciones, pero no se había logrado por las catalogaciones de ANP y Patrimonio de la Humanidad que tiene la zona. Sin embargo, Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad –científica que formó parte del panel de expertos sobre cambio climático de la ONU– logró lo que los anteriores no pudieron y le dio luz verde al proyecto que acabará con un pedazo enorme e importantísimo del humedal de Xochimilco.
“Xochimilco es una zona fundamental para el balance ecológico de la Ciudad de México. Provee de agua a casi toda la capital y además, sin Xochimilco, toda la zona lacustre y lo poco de bosques conservados que queda, la temperatura de la ciudad subiría 2ºC”.
Camellón de Cuemanco.
En mayo del año corriente la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco (CPOyCX) presentó un amparo para detener la construcción, argumentando la violación al derecho de generaciones presentes y futuras a un medio ambiente sano, la violación a las responsabilidades asumidas por México en materia de cambio climático; y la violación al derecho humano a la movilidad “pues la obra no respeta la jerarquía de movilidad y da preferencia al automóvil particular”.
El Plan Estratégico de Vialidad, publicado por la SEMOVI en el 2019 establece que se le dará prioridad al transporte colectivo y sustentable y no al automóvil particular.
A la par, los vecinos de Xochimilco y otros ciudadanos y ciudadanas han protestado a través de las redes sociales con el hashtag #YoPrefieroElHumedal. Se han hecho también algunas movilizaciones físicas, pero la pandemia de Covid-19 ha sido un reto para las protestas.
El juez Juan Carlos Guzmán Rosas decretó la suspensión del proyecto, tras aceptar un amparo solicitado por CPBOyCX, pero un par de semanas después rectificó, permitiendo que las obras continuaran a pesar pandemia de coronavirus. En un segundo intento, ahora ante un tribunal superior, el proyecto corrió con la misma suerte debido a la reducción de personal en los juzgados por las medidas de contingencia sanitaria. Según el juez, el caso ya no es urgente, pues el gobierno ha implementado medidas de mitigación de impacto ambiental en la zona.
Parte de los argumentos que ha dado el gobierno para continuar con la obra es que el humedal del camellón era artificial y ya estaba dañado. La misma Claudia Sheinbaum dijo en un evento público, “eso ya no es Área Natural Protegida”, en respuesta la confrontación de un integrante de Xochimilco Vivo.
“El hecho es que ya depredaron una gran parte de la zona donde están haciendo las obras y eso no va a tener forma de reparación alguna”, dice Omar, integrante de la CPOyCX, aseverando que aunque vuelvan a plantar árboles, eso no va a compensar el ecocidio.
“Y lo peor es que este puente no soluciona los problemas de congestión vial. Sólo elitiza [sic] el servicio o el uso del transporte privado y viola el derecho a las próximas generaciones de tener áreas verdes”, afirma.
Canales de Xochimilco.
El daño hecho es profundo. Se han talado ya cientos de árboles (incluso cuando la ley establece que eso no se puede hacer en ANPs) y se ha cubierto de tezontle el suelo. “Se puede restaurar, pero eso lleva tiempo”, dice Blázquez. La obra tiene tan solo unos meses y para reparar el daño se necesitarán años. “Es una tragedia que ya lo hayan quitado porque llevará mucho tiempo regresarlo a como era antes, a que lleguen los animales y que se reestablezcan los servicios ecológicos que proveía el ecosistema”.
Una de las funciones principales del humedal de Xochimilco es absorber el agua que cae en forma de lluvia y restaurar los mantos freáticos. Al ser cubiertos con cemento y otros materiales que no absorben el agua, ésta se queda estancada, provocando inundaciones y destruyendo la fuente de abastecimiento hídrica de grandes partes de la ciudad.
La comunidad y las organizaciones civiles siguen luchando por acabar con este proyecto vehicular, que puede acabar con más de 200 hectáreas de áreas naturales y miles de seres vivos.