La minería en México: una industria que destruye todo a su paso

La minería en México: una industria que destruye todo a su paso

La actividad minera destruye anualmente las fuentes de agua que podrían abastecer a 12 millones de personas, además de contaminar el suelo y el subsuelo. Por si fuera poco, sus concesionarios, muchos de ellos extranjeros, no pagan impuestos por esta explotación.

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La minería en México es uno de los problemas de mayor impacto social y ambiental. Las leyes actuales se diseñaron en 1992, en el marco del tratado de libre comercio, el TLCAN, para el cual se modificaron las leyes de acceso a agua, de privatización de propiedad social y de las posibilidades de extracción de materiales del subsuelo. Tras tres décadas de explotación, está claro que esta actividad económica es una gravísima amenaza para comunidades que no pueden luchar contra empresas gigantescas que contaminan su agua y acaban con todas las formas de vida que rodea a las minas. 

La mina Peñasquito está en la esquina noreste de Zacatecas. Es una de las  más grandes del mundo, la quinta. Y de México es la segunda con mayor extensión. Lucía Vergara, fotógrafa de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) utilizó un dron para intentar capturar, en una sola imagen, toda la mina. El robot alcanzó los 400 metros de altura, pero aún así los agujeros en el suelo rebasaban el cuadro. 

“La mina se está acabando toda la zona”, dice Vergara en entrevista con Gatopardo. “Las comunidades que están ahí han denunciado que la minera les ha quitado toda el agua y también los recursos naturales”.

Esta mina, a nombre de Newmont Goldcorp, se dedica principalmente a sacar oro. Se estima que para sacar una onza de este mineral precioso, se utilizan 40 kg de explosivos, se consumen de 150 a 200 mil litros de agua y se emiten alrededor de 650 kg de CO2 a la atmósfera, junto con otros gases altamente tóxicos.

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