La Luz del Mundo, ltda.
Presente en 33 países, la secta religiosa nacida en México se ha expandido alrededor del mundo
La secta religiosa de la Luz del Mundo, fundada por Aarón Joaquín y continuada por su hijo Samuel, es un extraordinario ejemplo de rápido crecimiento y devoción tanto en México (su sede principal) como en los 33 países a donde ha llegado. Sin embargo, no le han faltado escándalos sexuales y políticos y, debido a la globalización, sus jóvenes ya no siguen tan estrictamente sus políticas.
Si Mirna no quiere salir de su colonia, no tiene por qué hacerlo. Si se le descompone el reloj, ahí tiene un relojero, si se le enchuecó su llave, hay un hermano cerrajero. Existe una escuela donde ella puede aprender, a sus 16 años, inglés, francés o italiano, y para guardar los ahorros ahí tiene dos bancos y una caja de ahorro. Si le duele la cabeza, hay farmacias donde comprar la aspirina; ahora que si la enfermedad es grave, como un cáncer (Dios no lo quiera), para eso está el hospital Siloe. Si Mirna se embaraza se aliviará en el Sanatorio Aarón Joaquín y registrará a su bebé en la oficina del Registro Civil que se encuentra junto al mercado, en donde la señora Merab hace una deliciosas quesadillas (tortilla con queso, acompañado de algún guisado). El jardín de niños se encuentra a la vuelta de la esquina, más allá está la primaria, la secundaria, la preparatoria y una universidad donde estudiar para abogado, contador, administrador o como ingeniero en informática; pero Mirna no estudia en este momento, terminó la secundaria y mientras se entera si en verdad cuenta con la vocación de enfermera, atiende una papelería.
En la carpintería que está por la calle Nazareth arreglan la pata de la mesa, o hacen la mesa nueva; enfrente hay una tienda que vende “arte en vitral” y también dan clases de repujado. Por la calle Canaan venden camarón fresco; hay estéticas, dentistas, zapateros, fotógrafos, una unidad deportiva, gimnasios para practicar el spinning y una amplia área verde conocida como La Viña. Hay un módulo de seguridad, una oficina de correos y locales con computadoras para chatear. Si aquel niño creció, se desarrolló y acaba de fallecer, lo enterrarán en el cementerio San Joaquín. Hay, hay… qué no hay en La Hermosa Provincia, una colonia de 15 hectáreas, donde se distribuyen 20 manzanas y viven 12,500 personas. Para entrar no se cruza una muralla, pero es evidente cuando ya se está ahí.
En la periferia de La Hermosa Provincia se ven jóvenes con los brazos tatuados, chicas con escotes o blusas cortas con pantalones de mezclilla a la cadera que dejan el ombligo al descubierto. Adentro, Mirna usa todos los días de todos los meses del año faldas hasta los tobillos y si camina hacia el templo lleva la chalina sobre los hombros. Aquí las calles y los negocios tienen nombres hebreos: Samaria, Privada de Belén, Nazareth, Galaad.
Aarón Joaquín, fundador de la iglesia La Luz del Mundo en 1926 e impulsor de la colonia La Hermosa Provincia, dijo un día que el orden de Dios se debe reproducir en la tierra, donde el gobernante es el sumo sacerdote. Aarón Joaquín, primer guía de esta iglesia, y Samuel Joaquín Flores, su hijo y actual líder espiritual y comunitario no solo han sido esos buenos gobernantes sino que provocan una admiración fácil de medir entre sus fieles: en el climax de la oración las personas lloran, unos con leves gemidos, otros a gritos y con arroyos de lágrimas que corren por sus caras. A los dos les otorgan la categoría de apóstol y están convencidos de que tras la venida, muerte y resurrección de Jesucristo, ya no hubo iglesia en la tierra hasta que Dios eligió a Aarón para que la restaurara. Aarón fue quien sembró la semilla y su hijo Samuel es quien ha cosechado los frutos. Aarón durmió en 1964 (las personas duermen, no mueren, según sus creencias) y desde entonces Samuel es el guía de esta iglesia que tiene alrededor de 5 millones de adeptos y está diseminada por 33 países. Ni Los Legionarios de Cristo, la orden religiosa nacida en México que le ha quitado al Opus Dei el favor de los ricos del país, tiene tanta influencia internacional. Como el Padre Maciel, fundador de los Legionarios, el guía espiritual de la Luz del Mundo está acusado de abuso sexual, y como los Legionarios también, su origen y consolidación están atados a sus buenas relaciones con el poder.
***
Aarón no fue siempre Aarón. Nació el 14 de agosto de 1896 en Colotlán, un pueblo del norte del estado de Jalisco. Su verdadero nombre fue Eusebio. Cuando el niño tenía 4 años, sus padres Santiago Joaquín y Margarita cambiaron su residencia a Tlaltenango, Zacatecas, un poblado localizado a 30 kilómetros. Eusebio estudió en la Primaria Juan Pablo González y por su alto rendimiento fue merecedor de una beca para estudiar la Escuela Normal en Zacatecas, capital del estado del mismo nombre. Al terminar regresó a Tlaltenango para educar a los niños de primer año; pero una fracción del revolucionario mexicano Pancho Villa pasó por el pueblo, y Eusebio Joaquín se les unió. Terminada la lucha armada, Eusebio se quedó en el Ejército.
El soldado Eusebio Joaquín estaba asignado en el norte de México, en San Pedro de las Colonias y en Torreón, Coahuila, cuando conoció a Saulo y Silas, dirigentes pentecostales, dos “apóstoles de Jesucristo” que exigían a sus seguidores que se vistieran con harapos, condenaban las diversiones y el ocio, predicaban una doctrina de salvación que llamaba a los hombres a alejarse de los vicios. Saulo y Silas sostenían que el Espíritu Santo se comunicaba con ellos sin intermediación y casaban y divorciaban gente a su antojo. Eusebio Joaquín se impresionó y les pidió que lo bautizaran. Eusebio dejó de ser Eusebio para tomar el nombre de Abraham. Sólo por unos meses.
Eusebio-Abraham abandonó el Ejército y junto con su esposa Elisa Flores siguió a Saulos y Silas, en cuya casa, en Monterrey, según la versión de la iglesia, Dios se le hizo presente la madrugada del 6 de abril de 1926. “Aquí hay un varón, cuyo nombre será Aarón”, se escuchó mientras dormía. Eusebio se incorporó sobresaltado. Despertó a su esposa Elisa, pero ella no había escuchado nada. Después de conciliar el sueño de nuevo, tuvieron una segunda revelación: Eusebio-Abraham vio una mano grande y blanca que lo señalaba con el índice y escuchó de nuevo la voz que le dijo, “tu nombre será Aarón”. La tercera revelación sucedió unas horas más tarde, todavía de madrugada. “Tu nombre será Aarón y lo haré notorio por todo el mundo. Y serás bendición y tu simiente será como las estrellas del cielo. El jueves próximo quiero que salgas a la tierra que yo te mostraré”, le dijo Dios. Bíblicamente, Aarón significa el sumo sacerdote. Y con 30 años en su cuerpo, Aarón Joaquín comenzó a predicar por México, en compañía de su esposa Elisa.
El jueves señalado salieron caminando de Monterrey para hablar de Jesucristo a su paso; anduvieron más de ocho meses sin rumbo fijo, pasando hambres frío y sufriendo el desprecio de las personas, a la espera de que Dios les revelará el lugar sagrado. El 12 de diciembre (curiosamente el día que los católicos mexicanos celebran a su patrona La Virgen de Guadalupe) de 1926 llegaron a Guadalajara: la tierra prometida.
Sus primeros fieles fueron campesinos del interior del estado o de estados vecinos que venían a Guadalajara escapando de la miseria del campo; personas humildes que encontraron en aquella persona, Aarón Joaquín, el don del convencimiento, pero también el motor que los impulsaba a la superación económica personal y comunal. La Hermosa Provincia, la colonia que hoy es una pequeña ciudad dentro de una gran ciudad, se construyó durante los primeros años de la década de los cincuenta en lo que era una hacienda abandonada, en la periferia de Guadalajara. Los Joaquín no sólo eran líderes espirituales, sino también políticos. Se entendían con las autoridades del PRI bajo el esquema que le permitió al partido sostenerse por poco más de setenta años: el intercambio de prebendas por votos. Samuel Joaquín, el hijo, por ejemplo, fue líder juvenil en el Distrito Federal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, una de las tres organizaciones fundamentales del PRI. Por eso, La Hermosa Provincia contó con los servicios públicos necesarios antes que otros asentamientos campesinos similares.
En 1971, La Luz del Mundo creó la Federación Nacional de Colonos en Provincia, que le permitió deslindar lo religioso de lo político. En las páginas 143-144 del libro Los hijos de la luz se afirma: “Gracias a esta forma de organización civil, Samuel pudo negociar con los líderes del PRI (a quienes en 1979 se les había concesionado el reparto de varios predios ejidales cercanos a La Hermosa Provincia) que le dieran un terreno en el que fundó una nueva colonia: El Bethel. Poco tiempo después conseguiría otro predio para fraccionar la colonia Maestro Aarón Joaquín”. La iglesia cuenta hoy con cuatro colonias en Guadalajara; sólo en La Hermosa Provincia viven únicamente los fieles, en las tres restantes hay colonos de otras denominaciones religiosas.
En el distrito electoral XVI, que pertenecía a La La Luz del Mundo y otras tres colonias de la iglesia, el PRI ha ganado durante muchos años sin necesidad de hacer fraude electoral. Más aún, integrantes de la iglesia participaron activamente en el instituto que organizaba las elecciones en México, cuando éste dependía totalmente del gobierno y se ocupaba extra oficialmente de urdir las trampas para que siempre ganara el partido oficial. En el actual mundillo electoral del estado de Jalisco la gente se refiere a los integrantes de La Luz del Mundo como “mapaches electorales” –en el lenguaje político mexicano un mapache es un delincuente electoral–.
Otro ejemplo. En el centro de Guadalajara hay decenas de lustradores de calzado. Durante años los únicos boleros autorizados por el Ayuntamiento para trabajar en el centro de la ciudad fueron los de La Luz del Mundo. ¿Qué acordó el gobierno municipal con la jerarquía de la iglesia, para darle esta concesión? ¿A cambio de qué favores o servicios prestados?
Eliezer Gutiérrez, del ministerio de Relaciones Públicas de la Luz del Mundo me dijo al respecto: “fue una relación natural porque era el único partido. Pero en la última gran celebración (fiesta principal, del 14 de agosto) tuvimos también un representante del presidente Fox”.
***
El templo principal de la Luz del Mundo es uno de los edificio religiosos más grandes de América Latina. Se inauguró el 14 de agosto de 1992, durante la celebración más importante de la secta: el nacimiento de su fundador, Aarón. Donde antes había un establo se erige una construcción de 15,500 metros cuadrados con capacidad para 14 mil personas sentadas. La nave principal es de 95 metros de largo por 65 de ancho. En el sótano hay un auditorio para 3,500 personas, un salón para ministros con 1,100 asientos, circuito cerrado de televisión desde donde mandan la señal de la celebración a los 33 países donde existen fieles. Tienen también una sala de proyecciones para 400 personas, un cuarto para niños con 700 plazas, oficinas administrativas y delegacionales, una biblioteca, cubículos, sanitarios, enfermería y una cripta vacía. En la cima del templo está la vara de Aarón, una figura similar al mástil de una embarcación, que es el “símbolo de elección, restauración y autoridad”. La vara mide 23 metros y pesa 20 toneladas. Dentro del templo, los hombres se sientan a la izquierda y las mujeres a la derecha; en el segundo piso se sientan las mujeres solteras y en el tercero los varones sin casar.
A un costado del templo principal de La Luz del Mundo se encuentra El Huerto de Getsemaní donde están los restos de Aarón Joaquín, quien falleció el 9 de junio de 1964 de un padecimiento renal. Ocho columnas forman un semicírculo, en el frente hay una enorme Biblia abierta construida de material con la leyenda, “Santa Biblia. Epístola universal del santo apóstol Aarón Joaquín. Y dijo Cristo: tu nombre será Aarón, levántate, bautízate, invocando mi nombre”. El Cabildo de Guadalajara aceptó la solicitud de la iglesia, en sesión solemne celebrada en junio del 64, de enterrarlo en su colonia.
En el Huerto hay además un edificio de tres recamaras. En la principal existe una pequeña oficina, cuyas paredes y piso están tapizados de varias fotografías de Aarón Joaquín en donde aparece con políticos, como el presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) o con gobernadores jaliscienses. En otra sala, cerrada, se conservan algunas de sus pertenencias, su cama, sus zapatos, el paraguas, algunos trajes. “El apóstol no nos inculcó la idolatría. Conservamos cosas de él, son importantes, pero no les rendimos tributo ni adoración como en otras religiones”, afirman los fieles.
La casa del actual líder Samuel Joaquín Flores se localiza en la esquina de la calle Jordán y la avenida central (la calle que rodea el templo). Por fuera se ve una construcción un poco más grande que el resto de las casas de la colonia. No es espectacular, como se esperaría de la residencia del hombre fuerte de una iglesia. Tiene dos plantas. La puerta está casi siempre cerrada, las bardas son altas, y los vidrios polarizados en las ventanas no permiten mirar lo que hay adentro. Samuel es un tanto como la casa, misterioso; pero para sus seguidores es un apóstol, y como hombre que se codea con Dios pocas veces lo verán los mortales.
A un lado de la puerta principal de la casa hay un toldo rojo en el cual tres o cuatro guardias de seguridad se tapan del sol o la lluvia. Los guardias siempre están ahí, igual que una camioneta Suburban gris estacionada. Samuel viaja mucho, dicen los fieles en la calle. Va a los países en donde hay un templo. Trabaja mucho. Pero nadie sabe de su itinerario. No saben cuándo llega ni el día que se va. Un guía que hace guardia fuera del templo, que presume la construcción a los curiosos, sabe cuándo ha llegado porque se registra un movimiento diferente. Hay visitas. O el panadero llega con una canasta más grande y arreglada.
Como quería verlo, comencé a preguntar sobre él: “Cuando el apóstol está aquí, normalmente dirige el servicio de las 5 de la mañana”, me dijeron en la oficina de Relaciones Públicas. “Y después que termina el servicio se queda un rato en la calle saludando a las personas”. Le pregunté a un panadero, a la señora que vende tacos, a la de las quesadillas, a la de la tienda. Las preguntas iban, pero las respuestas se atoraban. “Venga al servicio del 12 de diciembre. Seguro lo ve”, me dijo una mujer en el local de los tacos. Yo ya tenía ojeras porque en los últimos días me había levantado antes de las 5 de la mañana: intuía que Samuel había regresado a La Hermosa Provincia. ¿Está o no está?, volví a preguntar en Relaciones Públicas. “No sabemos. Probablemente”.
Samuel es el penúltimo de los seis hijos que tuvo Aarón, el que salió muerto del vientre de su madre Elisa en 1937, según la leyenda. Aarón lo lanzó a la cama y le pidió a Dios por la vida del bebé porque iba a salvar muchas vidas. El niño vivió y durante su crecimiento y madurez, “Dios se manifestó de varias maneras para revelar que Samuel sería el continuador de la obra de Aarón”, me dijo en la sala de su casa don Manuel Gutiérrez, un viejo converso e historiador de la Luz del Mundo. Por ejemplo: “Antes de que enfermara Aarón” siguió Manuel Gutiérrez, “mi padre tuvo un sueño. Había una bandera blanca azotada por el viento; el aire era tan fuerte que la bandera se despegó del asta. Todos los que estaban abajo corrieron hacia donde iba a caer la bandera y estiraron las manos; sin embargo, la bandera hizo un giro y fue a caer con Samuel, quien no se había movido”.
Durante la sucesión, en 1964, se presentaron tímidas inconformidades de pastores mayores, con más experiencia, que creyeron merecer tal distinción. Samuel Joaquín Flores tenía 27 años y el impulso y entusiasmo de la juventud. Los miembros ya no sólo reciben el mensaje, ahora actúan, salen a misiones. La expansión de La Luz ha sido sorprendente.Hoy se encuentra en todo México, en América Latina, en Europa (España, Francia, Inglaterra, Italia, Portugal y Moldavia), África (Nigeria y Cabo Verde); en Israel y Australia. Quise indagar sobre la estrategia de expansión, pero me encontré de nuevo con un muro, con cosas como “es la voluntad de Dios”. Los especialistas que han estudiado a la secta dicen que los fieles de la Luz detectan a jóvenes con capacidad de liderazgo a quienes preparan y casan con una fiel de la misma comunidad. A otros les enseñan la lengua del país al que lo van a mandar y los casan con una mujer de la localidad.
Samuel continúa también con la estrategia de autoempleo iniciada por su padre: de La Luz del Mundo son famosos los picones, un pan horneado con ingredientes de la mejor calidad. En la panadería Sauri, en la esquina de la privada Belén, hacen 3 mil piezas diarias, que venden el mismo día. Es típica una salsa casera roja, sin conservadores, que distribuyen en las tiendas de la colonia y en otras zonas de la ciudad. Otras familias se sostienen de la elaboración de tostadas (tortillas doradas) y hace unos años algunos miembros trabajaron con inyectoras –manuales e hidráulicas– con las que fabricaron bolas para el pelo, muñecas para las niñas, resorteras. Otros más trabajaron después con ópalo, e hicieron pequeñas fortunas.
Samuel también considera primordial la enseñanza. En 1962, la Secretaría de Educación Pública reconoció a la Hermosa Provincia como la primera comunidad mexicana sin analfabetismo. Hoy La Luz del Mundo cuenta con una universidad y piensan abrir una más en el centro de la de Guadalajara. Samuel motiva a sus miembros para que se desarrollen profesionalmente. Ha habido legisladores locales y federales miembros de esta iglesia, y el actual director de Organización del Instituto Federal Electoral en Jalisco es fiel, lo mismo que el tercero en el organigrama de la Policía de Guadalajara así como el diputado Octavio Navarro Prieto, integrante del Congreso del Estado de Jalisco. De entre los catorce ministerios que existen, hay uno que se encarga de apoyar a los desempleados, otro encargado de las obras públicas de la colonia, uno más que administra los hospitales y clínicas. También está la Fundación Samuel Joaquín Flores que apoya a jóvenes que desean estudiar.
El control de la comunidad ha sido más bien estricto: se otorgan permisos para vacacionar –y cuando alguno de los miembros sale va a lugares donde La Luz del Mundo tiene iglesia. Samuel Joaquín decide quién se casa con quién en el grupo más cercano a él, el de los Incondicionales–. Los noviazgos duran tres meses y Samuel tiene la capacidad de conocer a todos y cada uno de los miembros –y lo que hacen–, y en caso de no conocer a alguno, los otros hermanos le pueden indicar sobre su conducta. Para contar con tal control, existe un amplio cuerpo de encargados de los distintos ministerios. Cada uno atiende a un grupo de alrededor de 60 personas. El cuerpo ministerial lo mismo ofrece permisos o prohibiciones, que los servicios de asistencia o cultos ordinarios en el templo, los cuales se dividen por sexo, edad y estado civil.
Se supone que Samuel no sólo ejerce el poder, sino que también lo representa con autoridad divina. Pero en 1997 esa autoridad sufrió un temblor. Tres ex miembros de la iglesia denunciaron ante los medios de comunicación abusos sexuales por parte de su dirigente. Karem León y Amparo Aguilar contaron en 1997 que cuando tenían 13 años fueron llevadas a fiestas privadas de Samuel Joaquín. A una la invitaron a ofrecerle un espectáculo al dirigente, había más adolescentes, y ya en el lugar le pidieron bailar desnuda. Karem afirmó que estas invitaciones se prolongaron durante dos años. A Amparo Aguilar, según declaró, la obligaron a bañarlo. Y Moisés Padilla Íñiguez, a su vez, contó que a los 16 años fue invitado a un paseo a una casa en la playa, a quince minutos del centro turístico de Puerto Vallarta, donde Samuel lo habría forzado a mantener relaciones. Fernando Flores González declaró al diario Siglo 21, de Guadalajara, el 25 de mayo de 1997. “Yo abandoné la iglesia al darme cuenta de los abusos y ante el temor de que mi hija pudiera ser víctima”. Flores González fue secretario general de la Federación Nacional de Colonos en Provincia, el grupo creado por la iglesia para separar lo religioso de lo político.
Las denuncias no tuvieron consecuencias legales. Sin embargo, el asunto se ventiló en los medios de comunicación, especialmente el escándalo provocado por un par de programas realizados por el periodista Ricardo Rocha en Televisa fue mayúsculo. Hoy en Guadalajara, si dices que vas para la colonia de La Hermosa Provincia, el interlocutor contestará: “Cuídate de Samuel”. Un feligrés al que le pregunté sobre este asunto, me respondió con una parábola: “En un estanque sin agua, hay un sapo enorme de ojos grandes. Entonces baja una luciérnaga, vuela feliz, y alumbra jubilosa. El sapo la mira con envidia. El sapo le da un manotazo. ¿Por qué?, se lo dio porque la luciérnaga alumbra”.
***
Hace un par de meses me di una vuelta por La Nueva Provincia. Era un domingo en la mañana. El templo estaba lleno. Para un curioso como yo que no había vuelto a la colonia en diez años y que ha escuchado de La Luz del Mundo como una iglesia en constante crecimiento, el sermón de ese día fue revelador. El pastor contó que dos sábados atrás salieron a predicar 200 jóvenes; al sábado siguiente se juntaron apenas 100.
Dentro del mismo templo se advierten cambio visibles respecto de mi última visita de 1992. Las mujeres cubren su cabeza con la chalina, pero las de ahora tienen mejor tela. Las hay de marca. Al salir del templo, los jóvenes se quedan a socializar. Es “el glorietazo”, de acuerdo con el vocabulario juvenil, y es más concurrido después del servicio de las 6 de la tarde y los jueves por la noche. Las mujeres siguen usando un faldón hasta los tobillos, exclusivamente, pero en las jóvenes predominan las de mezclilla con una ligera abertura, además son deslavadas, como es la moda. Las faldas, por si fuera poco, se adhieren al cuerpo para delinear mejor la figura: una cintura breve y unas piernas largas.
Mayra es un buen ejemplo de las chicas aaronistas de hoy: es una rubia de 17 años con un pelo largo y ensortijado. Usa maquillaje. Ella, por su cuerpo y su belleza modela faldas para la publicidad que se publica en la revista de La Luz del Mundo HP, hecha por jóvenes. Mayra es una joven fashion. Ahora no estudia, ayuda a ratos a sus abuelos a la venta de pan y los sábados cuida un local de renta de computadoras. A ella no le gusta hacer pan; no continuará con la tradición de los picones. “El noviazgo de los tres meses es una sugerencia. Es para cuidarnos (por el honor). Al amigo lo conoces desde antes, convives con él. Lo de los tres meses es cuando ya piensas casarte; es el noviazgo formal”, me dijo.
Quién sabe si Mayra, a los 17 años, dejará pronto la soltería. Tal vez sí porque cada vez es más frecuente ver pasar por las calles de La Hermosa Provincia a mujeres con cara de niñas cargando bebés, o embarazadas. “No es un fenómeno grave”, dicen en la oficina de Comunicación Social. Si la institución no lo consideran un problema será porque en todo Guadalajara el asunto de las madres adolescentes es un algo cada vez más común. A la preparatoria aaronista de la calle Jerusalén asisten un par de estudiantes casadas, con hijos, a los que han llevado a clases cuando les falla la muchacha que los cuida. En la misma escuela estudia Sephora, de 15 años, quien tiene un muy visible embarazo. En las dos preparatorias de La Luz del Mundo las faldas escolares de cuadros de las fieles van debajo de la rodilla, pero las alumnas que no son de la iglesia pueden subirla un poco.
Los grupos de jóvenes dan la vuelta por la calle que circunda al templo. Van en parejas o en bolas. O se paran en las esquinas. Los hombres miran curiosos y las mujeres se dejan ver, pizpiretas. Todavía no se advierte lascivia ni se dicen piropos vulgares, pero sí se escuchan expresiones como de, “¡no manches!”. Junto a unos escalones, un trío de niños de entre cinco y diez años cantan “Aserejé” e imitan los movimientos de las Ketchup.
Cuando no van al templo, las adolescentes ya no llevan la chalina sobre los hombros; ahora usan unos cuantos accesorios o los lentes sobre la cabeza. Una que otra trae una cachucha, algo impensable hace diez años. Al caminar por las calles se escucha el sonido de la televisión en casas que tienen la puerta o la ventana abierta, y dentro de la colonia hay un local con esas máquinas que hacen bailar a los niños.
Norma tiene unos ojos verdes expresivos, una nariz perfecta de nacimiento, una cara afilada, maquillaje discreto. Tiene 18 años, y es la actual reina belleza de La Luz del Mundo. Le pregunté si había habido algún concurso de belleza. “No. Sé que los maestros de la prepa me recomendaron. Cuando me lo dijeron, sentí raro”. Pero después aceptó con gusto. Norma se convirtió hace dos años y medio. Estudió la prepa en La Hermosa Provincia (ella vive en la vecina colonia Beatriz Hernández), ahí vio a sus compañeros, diferentes, mejores, dice, y se bautizó sin avisarle a sus padres un 6 de abril. “Soy feliz. Entre más conozco más me gusta. Todo me gusta”. Su padre la corrió de la casa cuando se enteró del paso que había dado su hija, la penúltima de cinco, la consentida. Sin embargo, el mismo día la perdonó. Sus padres van ahora de vez en cuando a La Hermosa Provincia, a sentarse a una de las bancas que se encuentran en torno al templo. “Al principio me herían las bromas o las burlas de mis familiares o de mis vecinos. Ya no”, dice Norma, que arrumbó todos sus pantalones y faldas por faldones largos, elegantes, a la moda, pero faldas largas al fin.
Varias cosas han cambiado en La Luz del Mundo, “La iglesia se está abriendo”, me dijo Eliezer Gutierrez de la oficina de relaciones publicas. Se nota en la actitud de la nueva generación, con la revista HP, por ejemplo. Pero también proyectan colocar anuncios espectaculares en algunos puntos de la zona metropolitana de Guadalajara para difundir su mensaje, Además, unos jóvenes tienen el programa de radio, La Luz del Mundo hoy, en la estación Radio Fórmula y la internet será usada con más fuerza. Además, el PRI ya no tiene el poder y el Instituto que organiza las elecciones se ha profesionalizado. Los aaronistas ya también votan por el PAN.
El ritmo de crecimiento de la iglesia en Guadalajara, aceptan, ya no es tan intenso. Además, ahora hay jóvenes que dejan de asistir al templo y existen ya algunos casos de drogadicción; un problema que ha crecido en todo Guadalajara y al que La Luz del Mundo no ha podido sustraerse. Su teoría es que cuando la iglesia es chica y comienza a crecer, todos participan, está el empuje, el ver nuevos logros espirituales y materiales, pero cuando “la colonia ya está puesta, el templo construido, entonces el fiel cae en la tentación de la comodidad”. Si también han perdido el control de su nueva generación es porque, finalmente, la colonia no está amurallada: existe intercambio entre jóvenes de la iglesia con otros adolescentes, tanto en la escuela como en la calle. Y otra razón, aceptada por ellos, es que la iglesia se ha masificado, y esto provoca el anonimato. Y los que ya no se sienten observados pueden incumplir con sus obligaciones religiosas más fácilmente.
El nuevo discurso institucional es que en La Luz del Mundo se respeta la diversidad, que en el México actual a ellos también les toca abrir sus puertas. “Estamos en un proceso de reconocimiento de nosotros mismos, tanto en el aspecto físico como en el personal y emocional”, concluye Eliezer Gutiérrez.
Este nuevo espíritu se puso a prueba recientemente. Dos accidentes automovilísticos donde murieron decenas de miembros de La Luz del Mundo hicieron que el país entero se interesara por ellos. Peregrinos de la región de Coyuca de Benitez, del estado de Guerrero, rentaron un autobús en agosto pasado para viajar a Guadalajara. El autobús era modelo 1976 y tenía capacidad para 42 personas, pero transportaba a 54 pasajeros. En la madrugada del martes 6 de agosto, la unidad se estrelló contra un puente en la caseta de cobro de Zinapécuaro, en el kilómetro 202 de la autopista México-Guadalajara. En un radio de cien metros quedaron tirados 32 cuerpos, once de ellos menores de edad. Dos días después, otro camión con fieles de La Luz del Mundo también con destino a Guadalajara cayó en un barranco cuando pasaban por una comunidad cercana a San Luis Potosí. Ocho peregrinos fallecieron y 23 resultaron heridos.
La ceremonia de Bienvenida del 9 de agosto pasado, oficiada por Samuel Joaquín Flores, contó con la presencia de fieles con heridas leves que pudieron llegar a la ciudad para recordar a los 40 hermanos que “durmieron” en el trayecto a la Santa Cena. “El presidente Vicente Fox me habló por teléfono”, contó Samuel Joaquín en sus primeras palabras dentro del templo. “Dile Samuel a tu pueblo que lloraré por ellos”. La condolencia presidencial fue reforzada con la presencia del subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Javier Moctezuma Barragán, en la caseta donde murieron los 32 peregrinos. El interés presidencial, las facilidades de las autoridades, la celeridad con que actuaron los servicios de salud y la solidaridad de la población en general, fueron bien recibidas por la comunidad de La Luz del Mundo. Lo interpretaron como un signo de aceptación de parte de la sociedad en general.
Sin embargo, todavía necesitan contar con más luciérnagas que iluminen la sombra de la sospecha que existe sobre ellos. //
*Este texto fue publicado en el número 31 de Gatopardo en diciembre 2002
Gatopardo
Recomendaciones Gatopardo
Más historias que podrían interesarte.