La selva maya en riesgo. El tren que atravesará la península de Yucatán -

La selva maya en riesgo. El tren que atravesará la península de Yucatán

El Tren Maya, que se vende como una gran vía de desarrollo para el sur de México, le cambiará el rostro a la península de Yucatán atravesando nueve áreas naturales protegidas e ignorando por completo la voz de miles de mayas que están cansados de ver su patrimonio cultural y natural ser utilizado como moneda de cambio.

 

 

Un grupo de pobladores de Maxcanú frenó una buldócer que barría indiscriminadamente la vegetación de sus predios, que colindan con las vías del Tramo III del Tren Maya, en Yucatán, que pasará entre Calkiní e Izamal. Era el 25 de octubre de 2020 y las familias campesinas, ancianos, amas de casa y niños utilizaron el único recurso que tenían: su propio cuerpo. Salieron de sus hogares, en plena contingencia sanitaria por la Covid-19, para impedir que la maquinaria continuara destruyendo su patrimonio. En ese momento no lograron gran cosa, pero exigieron entablar un diálogo con las autoridades correspondientes que les permitiera llegar a un acuerdo económico y legal antes de que siguieran las obras.

Magdalena Ortegón, de 65 años, es una de las afectadas. Catorce años atrás sufrió una embolia que hasta hoy le impide realizar actividades fuera de su hogar, como ir al mercado, por lo que cosechaba en su solar gran parte de los alimentos que comía. “Estaba almorzando cuando empezaron a destruirlo todo. Me puse a llorar al ver que iban a matar a mis plantas; con todo y fruto se las llevaron. Da coraje que luego de tantos años de siembra, de repente viene una cosa que te lo quita todo”, dice.

Apoyada en un bastón y caminando a pasos contados, María Consuelo Poot, de 56 años, participó en el bloqueo, donde pidió explicaciones, junto con quince pobladores más, hasta que finalmente los funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y los representantes del comisariado ejidal acudieron a explicar lo sucedido. María Consuelo tiene títulos de propiedad en Maxcanú desde 2004; ahí construyó su casa y armó su pequeña parcela con árboles frutales. Al percatarse de que la buldócer había ingresado a su predio con la intención de arrasar todo a su paso, su esposo, Fredy Sánchez Vega, encaró al conductor. “Se agarró muy fuerte con ellos porque, a pesar de que tenemos el título de propiedad, nos quieren pagar a siete pesos el metro cuadrado, pues dicen que son tierras ejidales y no es así. Además, supimos que al ejido se lo pagaron a trece pesos”.

En días posteriores se reunieron con Rodolfo Galindo Pérez, representante de Fonatur, sin llegar a un acuerdo sobre la indemnización por las pérdidas que ocasionó la maquinaria. Galindo Pérez pertenece al despacho Barrientos y Asociados, una de las empresas que se encarga de identificar y liberar áreas para la construcción de las vías del Tren Maya. Barrientos y Asociados obtuvo la licitación de forma directa, sin necesidad de concursar, y por el servicio cobrará 62 408 000 pesos. Al día de hoy, muchos predios en Maxcanú siguen en disputa y los pobladores no han obtenido respuestas ante los atropellos cometidos en el proceso.

“Fonatur nos quiere pisotear. Es importante que las autoridades se apeguen a la ley, que tengan en cuenta a los ciudadanos para llegar a un acuerdo. No sólo llegar y decir ‘aquí yo mando’”, dice Fredy, esposo de María Consuelo.

CONTINUAR LEYENDO
COMPARTE

Recomendaciones Gatopardo

Más historias que podrían interesarte.