Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
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Matteo Guarnaccia realiza un proyecto de investigación en torno al diseño y fabricación de la silla.
Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
Matteo Guarnaccia realiza un proyecto de investigación en torno al diseño y fabricación de la silla.
Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
Matteo Guarnaccia realiza un proyecto de investigación en torno al diseño y fabricación de la silla.
Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
Matteo Guarnaccia realiza un proyecto de investigación en torno al diseño y fabricación de la silla.
Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
Cuando se trata de imaginar cuál sería la pieza de diseño más representativa de México, seguramente la silla plegable de metal con la leyenda Corona quedaría entre las finalistas. Pocos objetos han permeado la vida cotidiana como este clásico del diseño mexicano. Esta silla omnipresente parece habitar todas las fondas y cantinas del país; a veces la vemos así al natural con el metal expuesto y, para eventos más elegantes, cubierta con una tela blanca y un cojín que agrega comodidad. Como dato curioso, este ícono del diseño mexicano, que apareció en la década de los sesenta, no fue diseñado originalmente en el país; se trata de una versión ligeramente modificada de la silla que fabricaba la compañía estadounidense Samson (ahora Samsonite).¿Qué tanto una silla puede hablar de la cultura de un país? Y ¿cómo es que un objeto representa a las personas que lo utilizan? Para analizar el contexto de los muebles en el mundo globalizado, en tiempos donde el diseño tiende a homogeneizarse, el diseñador italiano Matteo Guarnaccia, egresado del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, donde radica, fundó el proyecto Cross Cultural Chairs (CCC). Éste es una investigación que busca entender las diferencias sociales y culturales de la silla y retratar cómo el más simple acto de sentarse es diferente en ocho de los países más poblados del mundo. El proyecto abarca el diseño y la antropología. Porque un objeto tan cotidiano como éste es capaz de desvelar todo tipo de detalles, desde la estatura media de sus usuarios, las técnicas de fabricación y materiales, hasta los conocimientos en tecnología.
Guarnaccia arrancó ya su recorrido, comenzó en Brasil en noviembre de 2018. En cada uno de los países que estará visitando colaborará con estudios de diseño y artesanos locales para fabricar una silla diferente en cada país, a través de su contexto cultural, procesos de fabricación y materiales. Entre los despachos de diseño están Brunno Jahara (Brasil), Studio José de la O (México), Mikiya Kobayashi (Japón), Benwu Studio (China), Studio Hiji (Indonesia), Anupama Kundoo (India), Crosby Studios (Rusia) y NM Bello (Nigeria).Durante su visita en México, Guarnaccia colaboró con el diseñador José de la O y juntos tomaron como punto de partida la icónica silla Corona y la evolucionaron. Su concepto fue restituir a los mexicanos una silla que tiene más de setenta años en nuestro entorno pero que nunca fue “mexicanizada”. La idea era retratar un acto social y representar la cultura sin caer en estereotipos básicos.
El resultado del experimento fue una silla plegable producida por la compañía regiomontana Los Patrones; su estructura es de rejilla metálica saturada de colores. La superposición de la rejilla da un efecto moiré, que hace referencia a la estética de los sonideros y la aplicación exagerada de colores simula el caos de los tianguis. El fruto de la colaboración fue un objeto alegre, práctico y desenfadado.Las ocho sillas de Cross Cultural Chairs resultantes se podrán ver en una exposición final que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Barcelona, así como en un libro que recogerá todo tipo de procesos a través de 300 páginas, editado en colaboración con Studio Albert Romagosa. El proceso de la travesía del diseñador Matteo Guarnaccia se puede consultar en crossculturalchairs.com.
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