Literatura y feminismo: es momento de nosotras
Es momento de que la voz masculina, que dominó durante siglos, guarde silencio, pero sobre todo de que escuche. Es momento de salir a las calles, a gritar, a exigir, a pintar paredes, a denunciar. No es venganza, es hartazgo, son ganas de visibilizar y destruir los hilos de una narrativa que pesa: la de los ganadores y las perdedoras.
Es momento de sumarse a la guerra que nunca buscamos pero que es necesario pelear porque, como dice Virgine Despentes en su potente Teoría de King Kong, se trata de una batalla en la que todos perdemos. Es momento, como diría la autora nigeriana Chimamanda Ngozi, de dejar atrás los estereotipos alrededor de la construcción feminista. Es el momento de apoderarse de la conversación y convertirnos en dueñas y constructoras de una nueva narrativa.
Parte importante de esa nueva construcción está en el trabajo de estas escritoras hispanas que desmenuzan el momento histórico a través de sus plumas. Porque tanto aquí en México, como en Chile, en Argentina o en Ecuador, las mujeres seguimos atravesadas por discursos paralizantes. Estas son las ideas de seis mujeres que abrazan el feminismo a través de las letras.
Cristina Morales (España, 1985)
“Hay quienes piensan que estamos llegando a un cambio de paradigma de la apreciación de las mujeres, pero otras pensamos que se trata de una moda. Desgraciadamente, el mercado, aliado con el estado, se ocupa de cooptar movimientos emancipadores, llámense feministas o ecologistas o cualquier otro, para su beneficio.”
Luna Miguel (España, 1990)
“El denominado feminismo pop ha conseguido sacar al término y a la lucha de las academias y llegar hasta ojos de muchas personas que no habían reflexionado jamás sobre cuestiones de género o poder, como fue mi caso. Ahora ese miedo se ha acabado y se ha convertido en voluntad de seguir aprendiendo y cuestionándome a mí misma o al mundo.”
Fernanda Melchor (México, 1982)
“Creo que gracias a las redes sociales el feminismo ha llegado a lugares donde antes no hubiera podido llegar. Creo que hoy en día cada vez hay más personas que no sólo son capaces de reconocer la exclusión y la discriminación cuando la perciben, sino que también están dispuestas a denunciar estos fenómenos y discutirlos públicamente.”
María Fernanda Ampuero (Ecuador, 1976)
“Yo hago activismo feroz y frontal muy personal. Sí hago un proceso de diferenciación de desnudarse con la ficción. He visto y vivido mucha violencia. Mientras más vivo, más violencia conozco. Mientras más vivo, constato que la felicidad no existe. Que la gente se pone máscaras para sobrellevar, todos estamos sobrellevando algo. Todo mundo está peleando con sus monstruos, tendencias depresivas, traumas, violencias, maltratos.”
Lina Meruane (Chile, 1970)
“Las mujeres de mi generación creíamos que ya se habían solucionado muchos problemas, pero con el advenimiento de la ultraderecha, con sus potenciales discursos antifemeninos y antifeministas y con el aumento de la visibilización de la violencia de las mujeres en el espacio público y en el privado gracias al auge de las redes, nos hemos dado cuenta que no. La alegría de algunas libertades alcanzadas no les llegó a todas las mujeres. “
Selva Almada (Argentina, 1973)
“Claro, había feminismo antes: gran parte del camino recorrido se lo debemos a las mujeres, las lesbianas y las trans que nos precedieron. Me gustaría que no nos olvidemos que las hijas, las nietas, no surgieron por generación espontánea, antes que ellas, que nosotras, estuvieron estas otras activistas, grupos muy pequeños que salían a las calles cuando ser feminista era absolutamente resistido y absolutamente antipático.”
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