Lo dice sin ambages porque así lo cree: “Cocinar bien es un don que simplemente se tiene o no. He visto a muchas personas que estudian y le echan muchas ganas pero, a la hora de la hora, siempre hay un tope”.
Para esta nueva entrega fue clave buscar testimonios femeninos que desafiaran la concepción de que el oficio del taquero es una labor masculina.
Un restaurante reconocido por la UNESCO no sólo por sus sabores, sino por su diseño