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La crisis derivada del fentanilo que mató en EE.UU. a más de 100 mil personas en 2021, la afluencia desproporcionada de migrantes y la integración de una nueva estrategia comercial marcaran la agenda política trilateral de 2023
El esperado encuentro trilateral entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador concluyó el pasado 11 de enero. En torno a la reunión había muchas expectativas, pues hacía casi diez años que un presidente de Estados Unidos no visitaba México.
Sin embargo, estas cumbres suelen tener un objetivo más diplomático que práctico, así que cabe preguntarse, ¿cuál fue la trascendencia de este encuentro?, ¿qué temas que se abordaron? y sobre todo, ¿a qué acuerdos se llegó?
A pesar de que la comunicación externa de esta reunión fue amistosa, como suele suceder en este tipo de encuentros, los temas relevantes se discutieron a puerta cerrada y poco se compartió con los medios, pues las declaraciones y comunicados oficiales fueron muy generales. Sin embargo, quedó claro que las discusiones giraron en torno a tres principales temas: comercio, migración y tráfico de drogas, particularmente, el de fentanilo.
En el tema económico se planteó la posibilidad de fortalecer el intercambio comercial a través del nearshoring, una estrategia comercial a través de la cual nuestros vecinos del norte pretenden reducir la dependencia que tienen a la producción China, y México, al compartir más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos, es una opción sumamente atractiva para convertirse en un sustituto más eficiente de esa demanda, aunque está por verse si nuestro país tendrá realmente la capacidad de aprovechar esta coyuntura.
“La cumbre llega en un momento clave para América del Norte, región que representa un tercio del PIB mundial, ya que se está ante una oportunidad única para fortalecer el centro de producción trilateral e integrarse aún más en materia comercial”, explica Lila Abed, maestra en Estudios Latinoamericanos y Gobierno por la universidad de Georgetown. “El tema fundamental ha sido la competitividad estratégica y vimos en el comunicado de la Casa Blanca varias acciones concretas, entre ellas, por ejemplo, fortalecer la producción de semiconductores”.
Los semiconductores son una especie de chips que transmiten información y hacen funcionar desde un auto hasta máquinas muy complejas, y EE.UU está desarrollando un plan para consolidar su producción en la región. Esto detonaría una integración comercial más estrecha con México, abriendo la posibilidad a una inversión millonaria y grandes oportunidades para desarrollar el talento mexicano. Sobre este último punto se anunció la implementación de un nuevo proyecto de movilidad estudiantil en América del Norte que podría ser un incentivo muy prometedor para miles de estudiantes en nuestro país. Sin embargo, para que todo esto se logre hay muchos intereses a empatar entre los tres países, y el sector energético es un punto clave. Recordemos que la política energética del gobierno de López Obrador ha sido fuente de tensiones y desacuerdos para el TMEC, que aún no se resuelven.
En cuanto al tema de migración había también mucho por analizar durante esta reunión, ya que el flujo migratorio hacía Estados Unidos ha crecido mucho durante la administración de Biden. En el 2022 se registraron cerca de 2.4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que durante la administración de Trump hubo un máximo mensual de 144.000 personas en mayo de 2019. Esto significa que hubo un aumento de aproximadamente 28% en el número de migrantes con la intención de cruzar la frontera, además de que el creciente tráfico de personas ha sembrado mucha preocupación.
“Sabíamos que a Biden le iba a tocar enfrentar el reto de los flujos migratorios, y tanto él como el embajador han reconocido que se dispararon de forma desproporcionada”, dice Eunice Rendón, especialista en migración. “En respuesta a ello se habló de agilizar las vías legales de la migración, porque es la única forma real de proteger a las personas, de reducir el tráfico y las ganancias por este delito (trata de personas). Otro punto que esperábamos se discutiera, pero que no se tocó mucho, es el tema del Título 42”.
El Título 42 es una política sanitaria que se implementó durante la pandemia y que les dio a las autoridades migratorias la facultad de expulsar inmediatamente a cualquier persona que, a su criterio, pueda representar un riesgo para la salud pública de la población estadounidense. Esta medida ha derivado en una saturación de migrantes de centro y Sudamérica recién expulsados que permanecen en la frontera norte de México esperando una oportunidad para volver cruzar.
“Más de 2.5 millones de personas han sido expulsadas bajo esta orden de 2020 a la fecha”, añade Eunice Rendón. “Por un lado, Biden acepta que es una medida que no pueden sostener para siempre, pero por otro, no solamente siguió con la orden, sino que la aumentó”.
En contraste, México se ha comprometido a recibir 30 mil migrantes mensuales a pesar de que los refugios en el norte del país se encuentren saturados, además de que no está recibiendo recursos adicionales para gestionar esta demanda. Los expertos sugieren que lo único que Estados Unidos está ofreciendo a cambio es su no intervención en las políticas domésticas de AMLO y la regularización migratoria de un millón 250 mil mexicanas y mexicanos que ya residen en ese país.
Finalmente, la discusión alrededor del tráfico de drogas, específicamente sobre la crisis que ha provocado el fentanilo, se ha complicado, pues Estados Unidos no vivía una emergencia por consumo de drogas tan grave desde la epidemia del crack en los años 80, ya que, tan solo en 2021, cien mil personas murieron por sobredosis de este opioide sintético.
El vínculo de México con esta crisis derivó de la misma estrategia de nearshoring, ya que anteriormente la mayor parte del fentanilo provenía de China, pero cuando la pandemia golpeó las rutas de exportación hacia Estados Unidos, los carteles mexicanos empezaron a cubrir esa demanda.
“El foco ha cambiado completamente por parte del gobierno de Estados Unidos, ahora México es la prioridad en el combate al fentanilo y esto marcará la agenda bilateral. Al final del día el tráfico de drogas no puede ser separado del tráfico legal de todo lo demás, pues usan las rutas de mercado y aprovechan las mismas ventajas competitivas que tienen otras industrias”, explica Carlos Matienzo, maestro en Seguridad y Resolución de Conflictos por la Universidad de Columbia. “En México hay capacidad logística para transportar mercancías, hay cercanía y entendimiento del mercado. Entonces, lo México está haciendo en industrias tradicionales, también está sucediendo en la industria del fentanilo”.
Aún no está claro si la política bilateral de seguridad tendrá alguna modificación para atacar la emergencia a fondo. Hasta el momento, México únicamente se ha comprometido a fortalecer la vigilancia de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, al igual que el control de armas.
Estos tres temas darán mucho de qué hablar durante todo el año y Semanario Gatopardo les estará dando seguimiento puntal. Si quieres conocer más sobre esta reunión trilateral escucha el episodio completo del podcast en voz de Fernanda Caso.
La crisis derivada del fentanilo que mató en EE.UU. a más de 100 mil personas en 2021, la afluencia desproporcionada de migrantes y la integración de una nueva estrategia comercial marcaran la agenda política trilateral de 2023
El esperado encuentro trilateral entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador concluyó el pasado 11 de enero. En torno a la reunión había muchas expectativas, pues hacía casi diez años que un presidente de Estados Unidos no visitaba México.
Sin embargo, estas cumbres suelen tener un objetivo más diplomático que práctico, así que cabe preguntarse, ¿cuál fue la trascendencia de este encuentro?, ¿qué temas que se abordaron? y sobre todo, ¿a qué acuerdos se llegó?
A pesar de que la comunicación externa de esta reunión fue amistosa, como suele suceder en este tipo de encuentros, los temas relevantes se discutieron a puerta cerrada y poco se compartió con los medios, pues las declaraciones y comunicados oficiales fueron muy generales. Sin embargo, quedó claro que las discusiones giraron en torno a tres principales temas: comercio, migración y tráfico de drogas, particularmente, el de fentanilo.
En el tema económico se planteó la posibilidad de fortalecer el intercambio comercial a través del nearshoring, una estrategia comercial a través de la cual nuestros vecinos del norte pretenden reducir la dependencia que tienen a la producción China, y México, al compartir más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos, es una opción sumamente atractiva para convertirse en un sustituto más eficiente de esa demanda, aunque está por verse si nuestro país tendrá realmente la capacidad de aprovechar esta coyuntura.
“La cumbre llega en un momento clave para América del Norte, región que representa un tercio del PIB mundial, ya que se está ante una oportunidad única para fortalecer el centro de producción trilateral e integrarse aún más en materia comercial”, explica Lila Abed, maestra en Estudios Latinoamericanos y Gobierno por la universidad de Georgetown. “El tema fundamental ha sido la competitividad estratégica y vimos en el comunicado de la Casa Blanca varias acciones concretas, entre ellas, por ejemplo, fortalecer la producción de semiconductores”.
Los semiconductores son una especie de chips que transmiten información y hacen funcionar desde un auto hasta máquinas muy complejas, y EE.UU está desarrollando un plan para consolidar su producción en la región. Esto detonaría una integración comercial más estrecha con México, abriendo la posibilidad a una inversión millonaria y grandes oportunidades para desarrollar el talento mexicano. Sobre este último punto se anunció la implementación de un nuevo proyecto de movilidad estudiantil en América del Norte que podría ser un incentivo muy prometedor para miles de estudiantes en nuestro país. Sin embargo, para que todo esto se logre hay muchos intereses a empatar entre los tres países, y el sector energético es un punto clave. Recordemos que la política energética del gobierno de López Obrador ha sido fuente de tensiones y desacuerdos para el TMEC, que aún no se resuelven.
En cuanto al tema de migración había también mucho por analizar durante esta reunión, ya que el flujo migratorio hacía Estados Unidos ha crecido mucho durante la administración de Biden. En el 2022 se registraron cerca de 2.4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que durante la administración de Trump hubo un máximo mensual de 144.000 personas en mayo de 2019. Esto significa que hubo un aumento de aproximadamente 28% en el número de migrantes con la intención de cruzar la frontera, además de que el creciente tráfico de personas ha sembrado mucha preocupación.
“Sabíamos que a Biden le iba a tocar enfrentar el reto de los flujos migratorios, y tanto él como el embajador han reconocido que se dispararon de forma desproporcionada”, dice Eunice Rendón, especialista en migración. “En respuesta a ello se habló de agilizar las vías legales de la migración, porque es la única forma real de proteger a las personas, de reducir el tráfico y las ganancias por este delito (trata de personas). Otro punto que esperábamos se discutiera, pero que no se tocó mucho, es el tema del Título 42”.
El Título 42 es una política sanitaria que se implementó durante la pandemia y que les dio a las autoridades migratorias la facultad de expulsar inmediatamente a cualquier persona que, a su criterio, pueda representar un riesgo para la salud pública de la población estadounidense. Esta medida ha derivado en una saturación de migrantes de centro y Sudamérica recién expulsados que permanecen en la frontera norte de México esperando una oportunidad para volver cruzar.
“Más de 2.5 millones de personas han sido expulsadas bajo esta orden de 2020 a la fecha”, añade Eunice Rendón. “Por un lado, Biden acepta que es una medida que no pueden sostener para siempre, pero por otro, no solamente siguió con la orden, sino que la aumentó”.
En contraste, México se ha comprometido a recibir 30 mil migrantes mensuales a pesar de que los refugios en el norte del país se encuentren saturados, además de que no está recibiendo recursos adicionales para gestionar esta demanda. Los expertos sugieren que lo único que Estados Unidos está ofreciendo a cambio es su no intervención en las políticas domésticas de AMLO y la regularización migratoria de un millón 250 mil mexicanas y mexicanos que ya residen en ese país.
Finalmente, la discusión alrededor del tráfico de drogas, específicamente sobre la crisis que ha provocado el fentanilo, se ha complicado, pues Estados Unidos no vivía una emergencia por consumo de drogas tan grave desde la epidemia del crack en los años 80, ya que, tan solo en 2021, cien mil personas murieron por sobredosis de este opioide sintético.
El vínculo de México con esta crisis derivó de la misma estrategia de nearshoring, ya que anteriormente la mayor parte del fentanilo provenía de China, pero cuando la pandemia golpeó las rutas de exportación hacia Estados Unidos, los carteles mexicanos empezaron a cubrir esa demanda.
“El foco ha cambiado completamente por parte del gobierno de Estados Unidos, ahora México es la prioridad en el combate al fentanilo y esto marcará la agenda bilateral. Al final del día el tráfico de drogas no puede ser separado del tráfico legal de todo lo demás, pues usan las rutas de mercado y aprovechan las mismas ventajas competitivas que tienen otras industrias”, explica Carlos Matienzo, maestro en Seguridad y Resolución de Conflictos por la Universidad de Columbia. “En México hay capacidad logística para transportar mercancías, hay cercanía y entendimiento del mercado. Entonces, lo México está haciendo en industrias tradicionales, también está sucediendo en la industria del fentanilo”.
Aún no está claro si la política bilateral de seguridad tendrá alguna modificación para atacar la emergencia a fondo. Hasta el momento, México únicamente se ha comprometido a fortalecer la vigilancia de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, al igual que el control de armas.
Estos tres temas darán mucho de qué hablar durante todo el año y Semanario Gatopardo les estará dando seguimiento puntal. Si quieres conocer más sobre esta reunión trilateral escucha el episodio completo del podcast en voz de Fernanda Caso.
La crisis derivada del fentanilo que mató en EE.UU. a más de 100 mil personas en 2021, la afluencia desproporcionada de migrantes y la integración de una nueva estrategia comercial marcaran la agenda política trilateral de 2023
El esperado encuentro trilateral entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador concluyó el pasado 11 de enero. En torno a la reunión había muchas expectativas, pues hacía casi diez años que un presidente de Estados Unidos no visitaba México.
Sin embargo, estas cumbres suelen tener un objetivo más diplomático que práctico, así que cabe preguntarse, ¿cuál fue la trascendencia de este encuentro?, ¿qué temas que se abordaron? y sobre todo, ¿a qué acuerdos se llegó?
A pesar de que la comunicación externa de esta reunión fue amistosa, como suele suceder en este tipo de encuentros, los temas relevantes se discutieron a puerta cerrada y poco se compartió con los medios, pues las declaraciones y comunicados oficiales fueron muy generales. Sin embargo, quedó claro que las discusiones giraron en torno a tres principales temas: comercio, migración y tráfico de drogas, particularmente, el de fentanilo.
En el tema económico se planteó la posibilidad de fortalecer el intercambio comercial a través del nearshoring, una estrategia comercial a través de la cual nuestros vecinos del norte pretenden reducir la dependencia que tienen a la producción China, y México, al compartir más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos, es una opción sumamente atractiva para convertirse en un sustituto más eficiente de esa demanda, aunque está por verse si nuestro país tendrá realmente la capacidad de aprovechar esta coyuntura.
“La cumbre llega en un momento clave para América del Norte, región que representa un tercio del PIB mundial, ya que se está ante una oportunidad única para fortalecer el centro de producción trilateral e integrarse aún más en materia comercial”, explica Lila Abed, maestra en Estudios Latinoamericanos y Gobierno por la universidad de Georgetown. “El tema fundamental ha sido la competitividad estratégica y vimos en el comunicado de la Casa Blanca varias acciones concretas, entre ellas, por ejemplo, fortalecer la producción de semiconductores”.
Los semiconductores son una especie de chips que transmiten información y hacen funcionar desde un auto hasta máquinas muy complejas, y EE.UU está desarrollando un plan para consolidar su producción en la región. Esto detonaría una integración comercial más estrecha con México, abriendo la posibilidad a una inversión millonaria y grandes oportunidades para desarrollar el talento mexicano. Sobre este último punto se anunció la implementación de un nuevo proyecto de movilidad estudiantil en América del Norte que podría ser un incentivo muy prometedor para miles de estudiantes en nuestro país. Sin embargo, para que todo esto se logre hay muchos intereses a empatar entre los tres países, y el sector energético es un punto clave. Recordemos que la política energética del gobierno de López Obrador ha sido fuente de tensiones y desacuerdos para el TMEC, que aún no se resuelven.
En cuanto al tema de migración había también mucho por analizar durante esta reunión, ya que el flujo migratorio hacía Estados Unidos ha crecido mucho durante la administración de Biden. En el 2022 se registraron cerca de 2.4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que durante la administración de Trump hubo un máximo mensual de 144.000 personas en mayo de 2019. Esto significa que hubo un aumento de aproximadamente 28% en el número de migrantes con la intención de cruzar la frontera, además de que el creciente tráfico de personas ha sembrado mucha preocupación.
“Sabíamos que a Biden le iba a tocar enfrentar el reto de los flujos migratorios, y tanto él como el embajador han reconocido que se dispararon de forma desproporcionada”, dice Eunice Rendón, especialista en migración. “En respuesta a ello se habló de agilizar las vías legales de la migración, porque es la única forma real de proteger a las personas, de reducir el tráfico y las ganancias por este delito (trata de personas). Otro punto que esperábamos se discutiera, pero que no se tocó mucho, es el tema del Título 42”.
El Título 42 es una política sanitaria que se implementó durante la pandemia y que les dio a las autoridades migratorias la facultad de expulsar inmediatamente a cualquier persona que, a su criterio, pueda representar un riesgo para la salud pública de la población estadounidense. Esta medida ha derivado en una saturación de migrantes de centro y Sudamérica recién expulsados que permanecen en la frontera norte de México esperando una oportunidad para volver cruzar.
“Más de 2.5 millones de personas han sido expulsadas bajo esta orden de 2020 a la fecha”, añade Eunice Rendón. “Por un lado, Biden acepta que es una medida que no pueden sostener para siempre, pero por otro, no solamente siguió con la orden, sino que la aumentó”.
En contraste, México se ha comprometido a recibir 30 mil migrantes mensuales a pesar de que los refugios en el norte del país se encuentren saturados, además de que no está recibiendo recursos adicionales para gestionar esta demanda. Los expertos sugieren que lo único que Estados Unidos está ofreciendo a cambio es su no intervención en las políticas domésticas de AMLO y la regularización migratoria de un millón 250 mil mexicanas y mexicanos que ya residen en ese país.
Finalmente, la discusión alrededor del tráfico de drogas, específicamente sobre la crisis que ha provocado el fentanilo, se ha complicado, pues Estados Unidos no vivía una emergencia por consumo de drogas tan grave desde la epidemia del crack en los años 80, ya que, tan solo en 2021, cien mil personas murieron por sobredosis de este opioide sintético.
El vínculo de México con esta crisis derivó de la misma estrategia de nearshoring, ya que anteriormente la mayor parte del fentanilo provenía de China, pero cuando la pandemia golpeó las rutas de exportación hacia Estados Unidos, los carteles mexicanos empezaron a cubrir esa demanda.
“El foco ha cambiado completamente por parte del gobierno de Estados Unidos, ahora México es la prioridad en el combate al fentanilo y esto marcará la agenda bilateral. Al final del día el tráfico de drogas no puede ser separado del tráfico legal de todo lo demás, pues usan las rutas de mercado y aprovechan las mismas ventajas competitivas que tienen otras industrias”, explica Carlos Matienzo, maestro en Seguridad y Resolución de Conflictos por la Universidad de Columbia. “En México hay capacidad logística para transportar mercancías, hay cercanía y entendimiento del mercado. Entonces, lo México está haciendo en industrias tradicionales, también está sucediendo en la industria del fentanilo”.
Aún no está claro si la política bilateral de seguridad tendrá alguna modificación para atacar la emergencia a fondo. Hasta el momento, México únicamente se ha comprometido a fortalecer la vigilancia de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, al igual que el control de armas.
Estos tres temas darán mucho de qué hablar durante todo el año y Semanario Gatopardo les estará dando seguimiento puntal. Si quieres conocer más sobre esta reunión trilateral escucha el episodio completo del podcast en voz de Fernanda Caso.
La crisis derivada del fentanilo que mató en EE.UU. a más de 100 mil personas en 2021, la afluencia desproporcionada de migrantes y la integración de una nueva estrategia comercial marcaran la agenda política trilateral de 2023
El esperado encuentro trilateral entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador concluyó el pasado 11 de enero. En torno a la reunión había muchas expectativas, pues hacía casi diez años que un presidente de Estados Unidos no visitaba México.
Sin embargo, estas cumbres suelen tener un objetivo más diplomático que práctico, así que cabe preguntarse, ¿cuál fue la trascendencia de este encuentro?, ¿qué temas que se abordaron? y sobre todo, ¿a qué acuerdos se llegó?
A pesar de que la comunicación externa de esta reunión fue amistosa, como suele suceder en este tipo de encuentros, los temas relevantes se discutieron a puerta cerrada y poco se compartió con los medios, pues las declaraciones y comunicados oficiales fueron muy generales. Sin embargo, quedó claro que las discusiones giraron en torno a tres principales temas: comercio, migración y tráfico de drogas, particularmente, el de fentanilo.
En el tema económico se planteó la posibilidad de fortalecer el intercambio comercial a través del nearshoring, una estrategia comercial a través de la cual nuestros vecinos del norte pretenden reducir la dependencia que tienen a la producción China, y México, al compartir más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos, es una opción sumamente atractiva para convertirse en un sustituto más eficiente de esa demanda, aunque está por verse si nuestro país tendrá realmente la capacidad de aprovechar esta coyuntura.
“La cumbre llega en un momento clave para América del Norte, región que representa un tercio del PIB mundial, ya que se está ante una oportunidad única para fortalecer el centro de producción trilateral e integrarse aún más en materia comercial”, explica Lila Abed, maestra en Estudios Latinoamericanos y Gobierno por la universidad de Georgetown. “El tema fundamental ha sido la competitividad estratégica y vimos en el comunicado de la Casa Blanca varias acciones concretas, entre ellas, por ejemplo, fortalecer la producción de semiconductores”.
Los semiconductores son una especie de chips que transmiten información y hacen funcionar desde un auto hasta máquinas muy complejas, y EE.UU está desarrollando un plan para consolidar su producción en la región. Esto detonaría una integración comercial más estrecha con México, abriendo la posibilidad a una inversión millonaria y grandes oportunidades para desarrollar el talento mexicano. Sobre este último punto se anunció la implementación de un nuevo proyecto de movilidad estudiantil en América del Norte que podría ser un incentivo muy prometedor para miles de estudiantes en nuestro país. Sin embargo, para que todo esto se logre hay muchos intereses a empatar entre los tres países, y el sector energético es un punto clave. Recordemos que la política energética del gobierno de López Obrador ha sido fuente de tensiones y desacuerdos para el TMEC, que aún no se resuelven.
En cuanto al tema de migración había también mucho por analizar durante esta reunión, ya que el flujo migratorio hacía Estados Unidos ha crecido mucho durante la administración de Biden. En el 2022 se registraron cerca de 2.4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que durante la administración de Trump hubo un máximo mensual de 144.000 personas en mayo de 2019. Esto significa que hubo un aumento de aproximadamente 28% en el número de migrantes con la intención de cruzar la frontera, además de que el creciente tráfico de personas ha sembrado mucha preocupación.
“Sabíamos que a Biden le iba a tocar enfrentar el reto de los flujos migratorios, y tanto él como el embajador han reconocido que se dispararon de forma desproporcionada”, dice Eunice Rendón, especialista en migración. “En respuesta a ello se habló de agilizar las vías legales de la migración, porque es la única forma real de proteger a las personas, de reducir el tráfico y las ganancias por este delito (trata de personas). Otro punto que esperábamos se discutiera, pero que no se tocó mucho, es el tema del Título 42”.
El Título 42 es una política sanitaria que se implementó durante la pandemia y que les dio a las autoridades migratorias la facultad de expulsar inmediatamente a cualquier persona que, a su criterio, pueda representar un riesgo para la salud pública de la población estadounidense. Esta medida ha derivado en una saturación de migrantes de centro y Sudamérica recién expulsados que permanecen en la frontera norte de México esperando una oportunidad para volver cruzar.
“Más de 2.5 millones de personas han sido expulsadas bajo esta orden de 2020 a la fecha”, añade Eunice Rendón. “Por un lado, Biden acepta que es una medida que no pueden sostener para siempre, pero por otro, no solamente siguió con la orden, sino que la aumentó”.
En contraste, México se ha comprometido a recibir 30 mil migrantes mensuales a pesar de que los refugios en el norte del país se encuentren saturados, además de que no está recibiendo recursos adicionales para gestionar esta demanda. Los expertos sugieren que lo único que Estados Unidos está ofreciendo a cambio es su no intervención en las políticas domésticas de AMLO y la regularización migratoria de un millón 250 mil mexicanas y mexicanos que ya residen en ese país.
Finalmente, la discusión alrededor del tráfico de drogas, específicamente sobre la crisis que ha provocado el fentanilo, se ha complicado, pues Estados Unidos no vivía una emergencia por consumo de drogas tan grave desde la epidemia del crack en los años 80, ya que, tan solo en 2021, cien mil personas murieron por sobredosis de este opioide sintético.
El vínculo de México con esta crisis derivó de la misma estrategia de nearshoring, ya que anteriormente la mayor parte del fentanilo provenía de China, pero cuando la pandemia golpeó las rutas de exportación hacia Estados Unidos, los carteles mexicanos empezaron a cubrir esa demanda.
“El foco ha cambiado completamente por parte del gobierno de Estados Unidos, ahora México es la prioridad en el combate al fentanilo y esto marcará la agenda bilateral. Al final del día el tráfico de drogas no puede ser separado del tráfico legal de todo lo demás, pues usan las rutas de mercado y aprovechan las mismas ventajas competitivas que tienen otras industrias”, explica Carlos Matienzo, maestro en Seguridad y Resolución de Conflictos por la Universidad de Columbia. “En México hay capacidad logística para transportar mercancías, hay cercanía y entendimiento del mercado. Entonces, lo México está haciendo en industrias tradicionales, también está sucediendo en la industria del fentanilo”.
Aún no está claro si la política bilateral de seguridad tendrá alguna modificación para atacar la emergencia a fondo. Hasta el momento, México únicamente se ha comprometido a fortalecer la vigilancia de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, al igual que el control de armas.
Estos tres temas darán mucho de qué hablar durante todo el año y Semanario Gatopardo les estará dando seguimiento puntal. Si quieres conocer más sobre esta reunión trilateral escucha el episodio completo del podcast en voz de Fernanda Caso.
La crisis derivada del fentanilo que mató en EE.UU. a más de 100 mil personas en 2021, la afluencia desproporcionada de migrantes y la integración de una nueva estrategia comercial marcaran la agenda política trilateral de 2023
El esperado encuentro trilateral entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador concluyó el pasado 11 de enero. En torno a la reunión había muchas expectativas, pues hacía casi diez años que un presidente de Estados Unidos no visitaba México.
Sin embargo, estas cumbres suelen tener un objetivo más diplomático que práctico, así que cabe preguntarse, ¿cuál fue la trascendencia de este encuentro?, ¿qué temas que se abordaron? y sobre todo, ¿a qué acuerdos se llegó?
A pesar de que la comunicación externa de esta reunión fue amistosa, como suele suceder en este tipo de encuentros, los temas relevantes se discutieron a puerta cerrada y poco se compartió con los medios, pues las declaraciones y comunicados oficiales fueron muy generales. Sin embargo, quedó claro que las discusiones giraron en torno a tres principales temas: comercio, migración y tráfico de drogas, particularmente, el de fentanilo.
En el tema económico se planteó la posibilidad de fortalecer el intercambio comercial a través del nearshoring, una estrategia comercial a través de la cual nuestros vecinos del norte pretenden reducir la dependencia que tienen a la producción China, y México, al compartir más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos, es una opción sumamente atractiva para convertirse en un sustituto más eficiente de esa demanda, aunque está por verse si nuestro país tendrá realmente la capacidad de aprovechar esta coyuntura.
“La cumbre llega en un momento clave para América del Norte, región que representa un tercio del PIB mundial, ya que se está ante una oportunidad única para fortalecer el centro de producción trilateral e integrarse aún más en materia comercial”, explica Lila Abed, maestra en Estudios Latinoamericanos y Gobierno por la universidad de Georgetown. “El tema fundamental ha sido la competitividad estratégica y vimos en el comunicado de la Casa Blanca varias acciones concretas, entre ellas, por ejemplo, fortalecer la producción de semiconductores”.
Los semiconductores son una especie de chips que transmiten información y hacen funcionar desde un auto hasta máquinas muy complejas, y EE.UU está desarrollando un plan para consolidar su producción en la región. Esto detonaría una integración comercial más estrecha con México, abriendo la posibilidad a una inversión millonaria y grandes oportunidades para desarrollar el talento mexicano. Sobre este último punto se anunció la implementación de un nuevo proyecto de movilidad estudiantil en América del Norte que podría ser un incentivo muy prometedor para miles de estudiantes en nuestro país. Sin embargo, para que todo esto se logre hay muchos intereses a empatar entre los tres países, y el sector energético es un punto clave. Recordemos que la política energética del gobierno de López Obrador ha sido fuente de tensiones y desacuerdos para el TMEC, que aún no se resuelven.
En cuanto al tema de migración había también mucho por analizar durante esta reunión, ya que el flujo migratorio hacía Estados Unidos ha crecido mucho durante la administración de Biden. En el 2022 se registraron cerca de 2.4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que durante la administración de Trump hubo un máximo mensual de 144.000 personas en mayo de 2019. Esto significa que hubo un aumento de aproximadamente 28% en el número de migrantes con la intención de cruzar la frontera, además de que el creciente tráfico de personas ha sembrado mucha preocupación.
“Sabíamos que a Biden le iba a tocar enfrentar el reto de los flujos migratorios, y tanto él como el embajador han reconocido que se dispararon de forma desproporcionada”, dice Eunice Rendón, especialista en migración. “En respuesta a ello se habló de agilizar las vías legales de la migración, porque es la única forma real de proteger a las personas, de reducir el tráfico y las ganancias por este delito (trata de personas). Otro punto que esperábamos se discutiera, pero que no se tocó mucho, es el tema del Título 42”.
El Título 42 es una política sanitaria que se implementó durante la pandemia y que les dio a las autoridades migratorias la facultad de expulsar inmediatamente a cualquier persona que, a su criterio, pueda representar un riesgo para la salud pública de la población estadounidense. Esta medida ha derivado en una saturación de migrantes de centro y Sudamérica recién expulsados que permanecen en la frontera norte de México esperando una oportunidad para volver cruzar.
“Más de 2.5 millones de personas han sido expulsadas bajo esta orden de 2020 a la fecha”, añade Eunice Rendón. “Por un lado, Biden acepta que es una medida que no pueden sostener para siempre, pero por otro, no solamente siguió con la orden, sino que la aumentó”.
En contraste, México se ha comprometido a recibir 30 mil migrantes mensuales a pesar de que los refugios en el norte del país se encuentren saturados, además de que no está recibiendo recursos adicionales para gestionar esta demanda. Los expertos sugieren que lo único que Estados Unidos está ofreciendo a cambio es su no intervención en las políticas domésticas de AMLO y la regularización migratoria de un millón 250 mil mexicanas y mexicanos que ya residen en ese país.
Finalmente, la discusión alrededor del tráfico de drogas, específicamente sobre la crisis que ha provocado el fentanilo, se ha complicado, pues Estados Unidos no vivía una emergencia por consumo de drogas tan grave desde la epidemia del crack en los años 80, ya que, tan solo en 2021, cien mil personas murieron por sobredosis de este opioide sintético.
El vínculo de México con esta crisis derivó de la misma estrategia de nearshoring, ya que anteriormente la mayor parte del fentanilo provenía de China, pero cuando la pandemia golpeó las rutas de exportación hacia Estados Unidos, los carteles mexicanos empezaron a cubrir esa demanda.
“El foco ha cambiado completamente por parte del gobierno de Estados Unidos, ahora México es la prioridad en el combate al fentanilo y esto marcará la agenda bilateral. Al final del día el tráfico de drogas no puede ser separado del tráfico legal de todo lo demás, pues usan las rutas de mercado y aprovechan las mismas ventajas competitivas que tienen otras industrias”, explica Carlos Matienzo, maestro en Seguridad y Resolución de Conflictos por la Universidad de Columbia. “En México hay capacidad logística para transportar mercancías, hay cercanía y entendimiento del mercado. Entonces, lo México está haciendo en industrias tradicionales, también está sucediendo en la industria del fentanilo”.
Aún no está claro si la política bilateral de seguridad tendrá alguna modificación para atacar la emergencia a fondo. Hasta el momento, México únicamente se ha comprometido a fortalecer la vigilancia de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, al igual que el control de armas.
Estos tres temas darán mucho de qué hablar durante todo el año y Semanario Gatopardo les estará dando seguimiento puntal. Si quieres conocer más sobre esta reunión trilateral escucha el episodio completo del podcast en voz de Fernanda Caso.
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