El intérprete hizo más de 150 películas en las que cruzó idiomas, países y géneros. Fue uno de los actores más importantes de ambos siglos en los que vivió y un constante generador de empatía y reflexión.
Sus salidas diarias a la filmoteca y sus constantes encuentros con el cine de la nueva ola propiciaron en el joven Wenders su amor e interés por el séptimo arte. El resto, como suele decirse, es historia.