¿Qué pasaría si un día nos decidimos a abandonar lo mundano? Quitar todo lo estorboso hasta dejar el departamento completamente vacío, como en la juventud. Conseguir un trabajo sencillo que nos lleve a recorrer la carretera con rock del bueno. Wim Wenders se apropió de Tokio para explorar esa renuncia en Perfect Days y luego de una breve charla, intentamos descifrar si es un guiño a sus primeros filmes.
El intérprete hizo más de 150 películas en las que cruzó idiomas, países y géneros. Fue uno de los actores más importantes de ambos siglos en los que vivió y un constante generador de empatía y reflexión.
Sus salidas diarias a la filmoteca y sus constantes encuentros con el cine de la nueva ola propiciaron en el joven Wenders su amor e interés por el séptimo arte. El resto, como suele decirse, es historia.