Los Reyes: una historia protagonizada por dos perros callejeros

Una historia protagonizada por perros

Un documental contado desde la perspectiva de Futbol y Chola, dos perros callejeros.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El antropocentrismo es la forma de pensar que considera al humano el centro de todo, como si fuéramos el sol, con todo girando a nuestro alrededor. Las conversaciones, decisiones políticas y hasta las actitudes mundanas son evidencia de ello, pero también puede verse en el arte. El cine suele tener a un humano como punto de partida, incluso cuando los personajes son animales o plantas.

Pero Bettina Perut e Iván Osnovikoff, una pareja de cineastas chilenos, decidieron hacer un documental, que aunque –obviamente– no se libra de la participación humana, cuenta la historia de dos perros que viven en el parque Los Reyes, en Santiago de Chile, en una sección donde se hace skate.

Fútbol tiene el pelo largo, algo parecido al de un león, con partes negras y otras rojas, y le encanta traer cosas en el morro: pelotas, balones, botellas de plástico, baras, cajetillas de cigarros, piedras. Chola tiene el pelo más corto y negro, le ladra a los ciclistas que pasan por el parque y le encanta jugar a perseguir pelotas, pero disfruta aún más robárselas a sus dueños y guardarlas. Ellos dos son los protagonistas de Los Reyes. 

Los directores de Los Reyes, que ya han hecho otras siete películas, de las cuales destacan Welcome to New York (2006), La muerte de Pinochet (2011) y Sourire (2015), tuvieron la idea de hacer este documental después de un desencanto. Osnovikoff había regresado a usar la patineta después de muchísimos años y practicaba en el parque Los Reyes, que tiene bowls y rampas muy aptas para el deporte. Ahí escuchaba a los adolescentes hablar de sus problemas, de las peleas que tenían en casa, de las drogas que les gusta consumir y decidieron hacer un documental sobre los adolescentes skaters de la capital chilena.

Pasaban días enteros con los chicos, intentando que se sintieran cómodos con la cámara, que dejaran de censurarse. Pero a Perut el proceso le parecía un desperdicio de esfuerzo, pues el documental estaba quedando demasiado convencional, con unos adolescentes en patinetas hablando de drogas y de las peleas con sus padres.


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Bettina me dice, ‘hay que parar la película’ y intentando convencerla de que no podíamos hacerlo porque sino íbamos a tener que devolver la plata que ya habíamos conseguido”, dice Osnovikoff con mucho humor. “Un día veo a estos perros, que ya veíamos de manera convencional, porque no les poníamos mucha atención. Estaban jugando en el bowl y le dije que tenía que venir a verlos, porque eran increíbles. Betina fue al otro día y dijo, ‘esta película tiene que ser sobre estos dos perros’”.

Empezaron a grabar entre cinco y seis horas diarias, de lunes a viernes y a veces los sábados, durante 10 meses a ese par de perros. Sus hábitos, su humor, los lugares a los que iban, los juegos que tenían, lo que les gustaba y lo que no. Al tiempo, seguían hablando con los humanos que iban ahí a patinar, manteniendo y cuidando esa relación, que dejó de alguna manera la premisa principal del documental, pero como música de fondo, que es esencial para la historia, que sin ella no tiene el mismo impacto, pero que tampoco lo es todo.




El documental observa la vida de los perros, pero también la que habita a su alrededor, en tomas íntimas y muy cercanas a la naturaleza y con close-ups sorprendentes de los habitantes de Los Reyes. “Fue reconstruir la mirada que uno tiene de un espacio”, dijo Perut después de la proyección del documental en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Y en esa nueva mirada, no sólo fueron ellos los que se enamoraron de los perros (que adoptan muchos tiempo después), sino que el espectador crea una relación con ellos, aunque no le gusten los animales. Son un par de perros callejeros que viven en un parque al que la mayoría de Latinoamérica ni siquiera ha oído mencionar, pero son personajes enterísimos, con humores y preferencias; son cómicos y de pronto también un poco asquerosos, son tiernos, pero tienen también un firme temperamento. En esta historia son ellos quienes ven lo que pasa en la vida de los humanos.

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