La muerte ha movido la creatividad humana hasta los límites más extremos. La imposibilidad de comprender lo que pasa a final de la vida ha derivado en religiones, tradiciones y rituales en todo el mundo. Curiosamente, también ha generado vínculos entre culturas lejanas, que parecerían no tienen nada en común.

La exposición Hacer Noche es la primera y más extensa exploración sobre los vínculos históricos entre Sudáfrica y México con un enfoque en el arte contemporáneo, que toma como eje principal la muerte. La ciudad de Oaxaca se poblará de más de 200 obras creadas por una treintena de artistas sudafricanos que abordan el tema en diferentes disciplinas como pintura, escultura y performance.

El proyecto aborda la fragilidad y finitud de la experiencia humana, las relaciones entre la violencia y la muerte, los principios éticos sobre la manera en que nos relacionamos con los cadáveres, nuestros rituales en torno a la vida, la muerte y el más allá; además de la conexión con nuestros ancestros y la voluntad de ser recordados.

Hacer noche nació primero en la mente de Francisco Berzunza, que vivió una temporada en Sudáfrica, donde conoció artistas y su trabajo y entendió que, aunque hay mucha distancia entre ese país y México, también hay muchas similitudes. Decidió que un intercambio artístico de corte contemporáneo era un diálogo faltante y necesario entre ambas naciones.

Algunos de los nombres que destacan dentro del amplio cartel de este proyecto son David Koloane, Cinga Samson, Ernest Mancoba, Athi Patra-Ruga, Marlene Dumas y William Kentridge, que ya había venido a México con la exposición Forruna, que se tuvo lugar en el MUAC en el  2015.

Las exposiciones se harán en distintos recintos de la ciudad de Oaxaca, como el Centro Cultural Santo Domingo, el Centro Cultural y Académico San Pablo, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Centro de las Artes San Agustín Etla, el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.

Se escogió esta región como sede pues es una de las que tiene mayor densidad de afrodescendientes en México, que le han dado a muchas partes de Oaxaca características propias del continente africano, tanto físicas como culturales. Por ejemplo, 16 municipios ubicados en la Costa Chica están habitados principalmente por los descendientes de esclavos que fueron comercializados en Veracruz en el siglo XVI para trabajar en plantaciones o como servidumbre.

En el contexto cultural las similitudes también son vastas, algunas derivadas de este sincretismo y otras por aparente coincidencia. El culto a la muerte es una de estas coincidencias: «es un vínculo muy profundo entre las dos culturas tanto en México como en África», explica Ery Camarena, curador y organizador de Hacer Noche. «Se manifiesta con la misma esencia, la de cultivar un lazo entre los que viven y los que se han ido». 

Mientras que en México se representa a partir de las celebraciones del Día de Muertos que tienen auge a partir del atardecer, cuando los altares son iluminados y la flor de cempazúchitl desprende su olor. En el sur de África hacen una danza llamada Toyi-Toyi, que tiene sus orígenes en Zimbabwe y que ahora se utiliza como parte de las protestas políticas en aquella región. Viejos, niños, obreros y predicadores danzan golpeando los pies contra el suelo rojizo, estableciendo el ritmo de un baile en el que se conjuga la pulsión de la vida y la muerte que acecha. La danza ocurre de noche, porque en su clandestinidad se crearon fuertes vínculos solidarios entre pueblos antiguos y naciones jóvenes, entre ancestros comunes y el espíritu de dignidad.

En la constante búsqueda de entender la muerte y de celebrar a los que alguna vez estuvieron vivos, las culturas se encuentran para Hacer Noche.

Exposición Hacer Noche
4 de noviembre 2018 – 5 de febrero 2019
Entrada gratuita
https://hacer-noche.prezly.com/

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