Subejercicio, ausentismo y falta de transparencia en Jóvenes Construyendo el Futuro

Falta de transparencia en Jóvenes Construyendo el Futuro

Inconsistencias, subejercicio, y ausentismo a seis meses del programa Jóvenes Construyendo el Futuro

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La organización no gubernamental, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) realizó una auditoría al padrón del programa a seis meses de su inicio. Entre sus principales hallazgos, encontraron que hay patrones “difíciles de creer”, como la inscripción diaria de la misma proporción de becarios y becarias, de mismos niveles educativos y de edades. La evolución de jóvenes vinculados fue reportada como atípica, porque fue prácticamente lineal.

El programa Jóvenes Construyendo el Futuro fue diseñado por la administración de Andrés Manuel López Obrador para beneficiar a 2.3 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan con becas de 3 mil 600 pesos al mes hasta por un año. A través de él los jóvenes aprenderían habilidades técnicas y socioemocionales, además de vincularse con lugares de trabajo, ya sea en la iniciativa privada o pública para incorporarse a la vida laboral.

Sin embargo, la auditoria realizada por MCCCI encontró que los resultados del programa que se han hecho públicos hasta ahora están incompletos además de ser inverificables. Ante ello, urgieron al gobierno de AMLO a explicar y en su caso, modificar las reglas de operación para mantener una transparencia más efectiva.

Entre los datos atípicos, está la representación de género que se mantuvo constante con 1.36 mujeres por cada hombre durante los primeros seis meses de registro, menos en tres días. Es decir, se inscribieron la misma proporción, tanto en días de fines de semana como de asueto.

“Lo que reportaron no pudo haber sido porque la realidad nunca se comporta con esa regularidad en la que todos los días se inscriben los mismos hombres y las mismas mujeres, los mismos jóvenes de 19 años y no es increíble, pero improbable”, señala el doctor Carlos Elizondo, experto en ciencia política.

Según los reportes, la proporción de niveles de escolaridad de los becarios registrados también se mantuvo constante desde el inicio, hasta que se cerraron las inscripciones en agosto. Además, las gráficas muestran que tampoco hay una variación en la distribución de edades de los becarios desde los 18 hasta los 29 años

En cuanto a los padrones de registro de los Centros de Trabajo cuya información es pública por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), algunos nombres de personas físicas y morales únicamente consisten en términos como “Maria Cristina”, “María Concepción”, y “Abarrotes Alex”, que se repiten a veces. En el padrón hay, además, hasta 13 diputados y diputadas federales dados de alta como reclutadores de becarios del programa.

En trabajo de campo se realizó un caso de estudio únicamente en la Ciudad de México, que cuenta con el 4.7 por ciento de becarios del total nacional que corresponde a 42,159 jóvenes inscritos.

“No hay programa de esta complejidad que se pueda hacer con las prisas con las que quiere hacer las cosas el actual gobierno. Imposible. Ni la burocracia soviética más experimentada en estas cosas lo hubiera podido hacer bien porque es una cosa increíblemente compleja y han ido, supongo, improvisando en el camino”, dijo Carlos Elizondo.

En 2,881 casos no se logró obtener información de la localización o existencia de los Centros de Trabajo, es decir, más de la mitad registrados en la Ciudad de México. Esto ocurre porque el registro de los centros laborales tienen por nombre “regalos”, “Lavandería”, “Pollerías”, sin brindar más datos específicos.

En otros 843 casos, las personas físicas se registraron como “Jorge”, “Arturo”, “Mauricio” o “Luis Luis”. En los casos revisados, 636 centros de trabajo que sí contaban con una dirección o teléfono, no se encontraban en la ubicación que daban. En el lugar que tenía registrado una “Escuela de Baloncesto Integral”, en la Delegación Coyoacán, el lugar hallado fue una cancha pública vacía.

En 140 casos, se logró contactar al Centro de Trabajo registrado en el padrón, pero durante la auditoría presencial con MCCI, dijeron no haberse dado de alta en el programa.

Centros de Trabajo y becarios

En cuanto a las quejas de los centros de trabajo y de los becarios, 214 lugares solicitaron jóvenes del programa para presentarse a laborar hace más de 4 meses, pero nadie se había presentado aún. En 136 casos, estos centros contaron en algún momento con un becario, pero después se fueron. En el 50 por ciento de estos casos, solo se presentaron el primer día a trabajar.

El día de la visita de MCCI a los centros de trabajo que sí contaban con becarios, ellos no se habían presentado ese día y entre los motivos que daban es que algunos acudían a clases y otros que solo “iban cuando querían”.

Entre las quejas de los becarios también decían que faltaban pagos, que les retenían la beca o que las condiciones halladas en el trabajo eran distintas a las propuestas. En algunos realizaban otras labores que no indicaban al principio, como limpieza o albañilería.

Finalmente, lo que encontró MCCI en su informe fue que existe un subejercicio mínimo del 39 por ciento del total del presupuesto (40 mil millones de pesos) aprobado para el Programa.

Es decir, habrá un sobrante de 15 mil 641 millones de pesos que el Presidente puede reasignar sin la previa autorización de la Cámara de Diputados.

“Desde hace muchos años cada vez que se inauguraba un nuevo programa, casi en todos los casos lo que se hacía era pilotearlo. Ponerlo primero como plan piloto en el sur de la Ciudad de México para ver qué salta antes de lanzarlo escala nacional”, opinó el experto en políticas públicas.

A pesar de que encontraron imposible evaluar el programa, la ONG pidió esclarecer las reglas de operación, así como ofrecer explicaciones sobre la clausura de vacantes, a pesar de la disponibilidad de lugares y recursos.

Previamente el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) había advertido sobre la visión a corto plazo de este programa, pues la capacitación de máximo un año que recibirían los jóvenes no estaba necesariamente vinculada con el giro de trabajo de los becarios y la estrategia carecía de reglas de seguimiento.

“También, (expliquen) por qué hay tantos desertores y ausentismo. Y por qué no hay control y verificación sobre las labores asignadas a los becarios”, cuestionó María Amparo Casar, Presidenta Ejecutiva de MCCI.

*Fotografías: lopezobrador.org.mx


 

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