En Camerún, cuatro de cada diez niñas son sometidas a algún un tipo de mutilación. Algunas de ellas, a partir de los nueve años de edad, enfrentan el planchado de senos, una práctica que ha trascendido por generaciones desde hace más de cien años en ese país. Consiste en aplastar los senos de las adolescentes con objetos calientes para evitar que se desarrollen.Bajo la creencia de que, sin un cuerpo desarrollado, las niñas no serán el blanco de violadores o acosadores, las madres o jefas de la familia calientan piedras y golpean los senos de sus hijas para destruir el tejido y así impedir el desarrollo correcto de sus cuerpos.Originalmente las mujeres comenzaron esta práctica al creer que mejoraría la producción de leche materna. Sin embargo, la percepción evolucionó hasta la idea actual de que no tener senos visibles evitará las jóvenes no serán atractivas para los hombres, evitando embarazos infantiles, matrimonios prematuros, acoso sexual, etc. De esta forma, a su modo de verlo, se pone a salvo "el honor de la familia".Normalmente quienes incurren en este método son las madres, tías, abuelas, hermanas, guardianas o niñeras, y utilizan piedras, cucharones de madera o semillas grandes y muy calientes para golpear o masajear los senos de las niñas, provocándoles un dolor extremo. Después del planchado le colocan a las adolescentes una faja muy apretada para salir a la calle, que muchas veces les impide respirar correctamente.El planchado de senos tiene consecuencias psicológicas en las menores a corto y largo plazo y contribuye a que dejen la escuela, de acuerdo con un testimonio de la periodista y activista Chi Yvonne Leina, quie´n habló del tema en un foro de las Naciones Unidas. Como consecuencia de esta práctica las mujeres pueden padecer cáncer, quistes, alargamiento del tejido mamario, mastitis, la desaparición de los senos y depresión, aunque en realidad no existe investigación suficiente sobre el tema.[caption id="attachment_242710" align="aligncenter" width="620"]
Reseau National des Associations de Tantines (RENATA)[/caption]Normalmente este método es guardado como un secreto entre madre e hija, e incluso algunos hombres en Camerún dicen desconocer que las mujeres practican el planchado de senos. Algunas niñas reproducen esta violencia entre sus amigas, como una extensión de lo que hacen sus madres en casa.Además, en los últimos tres años las autoridades en Reino Unido también han reportado que por lo menos mil niñas y mujeres son víctimas del planchado de senos en su país, a raíz de una diáspora migrante que llegó al país británico.De acuerdo con la ONU, por ser una costumbre se practica entre mujeres y en el contexto familiar, es considerada como una de las cinco violencias contra la mujer de las que menos se habla y pocas veces es reconocida como violencia infantil.Por lo tanto, quienes detectan el abuso en las niñas en Reino Unido son maestras y enfermeras que atienden casos de infección. La policía no tiene reportes sobre el planchado de senos, pese a que sería considerado un delito. Sin embargo, el que estos casos no se detecten con facilidad se debe a la poca sensibilización y voluntad política para dejar de verlo como una “herencia cultural”.
Visibilizando el problema
La fotógrafa Heba Khamis ha ayudado a visibilizar esta problemática a través de una fotografía llamada "Belleza prohibida"m que ganó el primer lugar en la categoría "Problemas Contemporáneos" del concurso anual de World Press Photo.Ella tomó la foto en 2016 en casa de una familia en Camerún. En ella se ve a una madre masajear con una piedra los senos de su hija de 10 años, mientras su hija mayor tiene ya una venda en el pecho, y la más pequeña de las tres observa la escena.En ese país, surgió en 2005 la Red Nacional de Asociaciones de Tías (Reseau National des Associations de Tantines, RENATA). Se trata de un grupo que llegó a tener hasta 21 mil voluntarias ayudando a mujeres y niñas que viven violencia de género de cualquier tipo.La vocera de RENATA explica que hay poca aceptación de los padres de familia para hablar sobre sexualidad, porque son temas que se mantienen en la privacidad de sus hogares. Sin embargo, un estudio conducido por esta organización civil mostró que una de cada 20 mujeres en Camerún había sido violada y de esa cifra, el 5 por ciento reportó a un familiar como su agresor. Además, el 10 por ciento de las víctimas tenía menos de 10 años.[caption id="attachment_242712" align="aligncenter" width="620"]
Reseau National des Associations de Tantines (RENATA)[/caption]En RENATA también se habla en contra del planchado de senos, pues la mayoría de estas "tías" fueron víctima de esta práctica y saben que algunas madres jóvenes prefieren huir de sus comunidades por el temor de que sus abuelas o parientes le planchen los senos a sus hijas sin su consentimiento.Las voluntarias de RENATA también trabajan por la noche en burdeles y con trabajadoras sexuales para hablarles sobre anticonceptivos y relaciones sexuales saludables."Nos hacemos llamar tantines o tías en francés porque la figura de tía es la persona a la que una mujer joven puede acudir en busca de ayuda o consejos sobre problemas de los que no pueden hablar con sus padres", dijo Cathy Aba de 29 años, vocera de la organización, al sitio The Independent.Además del planchado de senos, las cuatro formas de violencia menos cubiertas por medios y las propias autoridades son: el rapto de "novias", que es el secuestro, violación y un matrimonio obligado para mujeres jóvenes en Asia central; la fístula traumática en África, que sufren mujeres víctimas de violaciones colectivas y de la introducción de objetos en su vagina. Las consecuencias de casos de fistula es que se desgarran los tejidos que separan el canal de parto del intestino o la vejiga y le provocan incontinencia, además de la estigmatización y exclusión que sufre en su familia. La quinta violencia es el matrimonio infantil que muchas veces deriva en casos de explotación o embarazo infantil.Y finalmente el feminicidio es mencionado, dado que en muchos lugares del mundo sigue invisibilizado por no ser legalmente tipificado así y es negado por el gobierno, lo cual impide tomar acciones para prevenirlo o castigarlo.
Fotografía de portada: Reseau National des Associations de Tantines (RENATA)
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