La belleza nos rodea de más formas de las que normalmente percibimos. Está en las paredes, en los espacios vacíos, en la textura del césped. Petra Blaisse, diseñadora holandesa que participará en Mextrópoli 2018, encuentra en estos detalles la inspiración para su trabajo profesional y hasta para su vida cotidiana.

Nacida en Londres y con estudios en la Escuela de Arte de Londres y en Groningen, Blaisse es una de las diseñadoras gráficas y de interiores de mayor renombre en Europa. Su trabajo es interdisciplinario y muestra cierta inclinación por la arquitectura urbana y el diseño textil, mismos que expresa a través de su estudio Inside Outside, con base en Ámsterdam. Con pretexto de su visita a México, Gatopardo conversó con Petra Blaisse acerca de su estilo y los retos de su carrera profesional.

¿Hay una disciplina en particular que sea la mejor para expresar su creatividad?
Mi trabajo abarca arquitectura de paisajes y diseño, diseño interior, diseño de exhibiciones y el uso de textiles para crear atmósferas –luces, sonido, clima–, espacios y razones estéticas. Algunas veces también diseñamos los textiles, pero no siempre: casi siempre usamos materiales existentes, tejidos o no tejidos. Los sujetos de mi profesión son mi forma de expresión de creatividad y se empalman con mi vida personal, con la jardinería, cocina, fotografía y hasta escritura.

Las áreas abiertas han cobrado especial significado en los entornos urbanos. ¿Cree que es importante para la calidad de vida de los ciudadanos preocuparse por los exteriores en términos de diseño y arquitectura?
Claro que necesitamos espacios abiertos y áreas verdes. Algunas veces el arte también juega un papel importante. Como saben, el verde mejora el aire, enriquece el suelo, invita a la vida salvaje –insectos y aves– e introduce aromas, colores y efectos estacionales. Mentalmente es también bueno para nosotros. Además, cualquier tipo de espacio abierto –si se diseña de la manera correcta– ofrece un contexto para la interacción social (relajación, deportes, comunicación), que es importante en el contexto urbano, donde necesitamos ejercitarnos y donde la gente no se pone atención una a la otra.

¿Qué la cautiva del trabajo con textiles? ¿Hay un estilo particular o una técnica que prefiera para trabajarlos?
Lo que captura mi entusiasmo y atención es la belleza y las características de los materiales, ya sean textiles o cualquier otro: cómo se comportan, lo que expresan, cómo pueden ser manipulados, combinados, utilizados de manera original – fuera de su contexto, en otra escala. Y la influencia del clima sobre ellos, de la luz y el tiempo (el desgaste), así como el efecto de la interacción humana.

Uno de sus proyectos más aclamados involucró el diseño exterior de las áreas al aire libre de una prisión. ¿Cuáles fueron los mayores retos de ese trabajo?
¡El proyecto de la prisión es uno de mis trabajos de paisaje más viejos, de 1997! Desde entonces, mi intuición y mi mentalidad han cambiado. Fue un reto crear jardines que demandaran muy poco mantenimiento, pero que dieran la sesnación de jardín, de cambio estacional, de color, y una escenografía: invitar a la gente a usarlo y moverse a través de él de diferentes maneras.

En años recientes la sustentabilidad y la practicidad parecen haberse adueñado de la arquitectura y el diseño, dejando un poco de lado el placer estético. ¿Cuál es su postura acerca de esto?
Coincido en que la economía de mercado, el poder de los desarrolladores y contratistas, y la tendencia a evadir cualquier forma de riesgo o inversión después de completar un trabajo, dictan velocidad, control absoluto, eficiencia y economía utilitaria y en seguridad. Entonces no se da valor a la belleza, no se le da significado, ni oportunidad ni sorpresa – elementos esenciales para hacer significativa cualquier forma de arte y, de alguna manera, también sustentable (por ejemplo, que sea interesante para generaciones por venir y no solo una marca en el momento).

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