La 14° edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), integrada por una vibrante selección de cintas mexicanas en competencia y más de una docena de estrenos internacionales, inició actividades el viernes 21 de octubre con el estreno en México de la cinta Neruda, dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Gael García y Luis Gnecco.“Han sido 14 años de un apasionante trabajo que insiste en una misión concreta: Impulsar el talento de los cineastas mexicanos”, dijo durante la ceremonia de inauguración Alejandro Ramírez, director del FICM, quien señaló a la cinematografía mexicana como una de las más importantes del mundo. Este año, hay 15 largometrajes mexicanos en competencia, 14 documentales, 60 cortometrajes y 17 obras del estado anfitrión. A ello, se suma un programa especial dedicado a la Berlinale, y algunas de las cintas ganadoras en festivales internacionales, como Cannes y Venecia.[caption id="attachment_7582" align="alignnone" width="960"]
Fotografía: Cortesía Festival Internacional de Cine de Morelia[/caption]Neruda, la cinta inaugural, guarda una relación especial con la ciudad de Morelia. El gran poeta chileno vivió un tiempo en esta ciudad, y su influencia quedó plasmada tanto en sus escritos, como en otros aspectos de su vida -por ejemplo, la residencia de Neruda en Chile fue llamada “Casa Michoacán”-. Su paso por Morelia y su tiempo como cónsul en México viven de manera explícita en su obra poética.
Pablo Larraín, director de las multipremiadas No (2012) y El Club (2015), pone la mirada una vez más en una figura clave de la historia reciente de Chile, sumado a su ya clásica estructura base de ficción. En Neruda, el chileno complejiza al poeta -interpretado por Luis Gnecco- para insertarlo en una onírica persecución policiaca encabezada por el agente Oscar Peluchonneau, personificado por Gael García, quien también protagonizó No.Neruda es la cinta elegida para representar a Chile en la próxima entrega del Óscar -la opción chilena ha sido una cinta de Larraín por dos años consecutivos-, y su primer gran impulso llegó en la Quincena de los realizadores del Festival de Cannes.El Pablo Neruda de Gnecco y Larraín es un hombre de excesos, un artista con una fuerte posición política -después de todo, la persecución es causada porque el senador Neruda es considerado el comunista más importante del país- y un artista intenso que, como dice la cinta, le dio palabras a las clases trabajadoras para expresar su dolor al principio de la Guerra Fría.
“Neruda era un personaje muy querido pero muy polémico también. Era un poeta popular, pero también un gran burgués”, dice Luis Gnecco. El actor chileno estuvo a punto de declinar a este papel por la magnitud del personaje histórico, a quien su co protagonista, Gael García, compara con la virgen de Guadalupe para explicar lo que representa para la población chilena.El peso del personaje, así como la ficcionalización de su historia para retratar un momento particular de la historia latinoamericana, han provocado reseñas negativas en su país de origen, lo cual Gnecco atribuye a la dificultad del pueblo chileno por tener una visión más flexible de Neruda: Uno más complejo y más humano que el que los libros de texto forjaron en sus mentes. “Hay un miedo a inventar mundos”, dice el actor chileno. “Cuando son personajes que han existido, ahí opera algo que es raro y el público exige una consecuencia mayor, pero para eso está la historia”.Gnecco señala que la cinta ficcionaliza con todos sus personajes porque es, en el fondo, una oda a la ficción. “Al amor de un poeta por su creación y también a cuánta autonomía puede adquirir dicha creación”.