Luz de gas para el cine mexicano

Luz de gas para el cine mexicano

Entre mensajes confusos y recortes repentinos, el cine mexicano lleva meses pelando por los fondos gubernamentales que le quedan en este sexenio. Las voces de la comunidad cinematográfica se han levantado para defender al FIDECINE.

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Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica. 

Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.

Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.

El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.

“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).

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