La campaña más reciente del gobierno federal sobre la alimentación de los mexicanos no solo reproduce prejuicios contra las personas con sobrepeso y obesidad, tampoco se sustenta en investigaciones actuales ni ofrece soluciones oportunas para cambiar nuestra dieta.
Si empezamos por identificar cómo los algoritmos nos encasillan y nos manipulan, quizás podamos acceder a los contenidos con mayor libertad y cuidar qué datos decidimos compartir con las decenas de apps que instalamos en nuestro teléfono.
A menos de seis meses que llegó la pandemia a México, la gente parece estar fastidiada de cuidarse y de cuidar a los demás. Hoy el descuido ya no puede atribuirse a la ignorancia. Lo que vemos tiene que ver con un fenómeno bastante conocido como “la fatiga del apocalipsis”.
Si las autoridades ya sabían que somos uno de los países con mayores índices de obesidad en el mundo, ¿entonces por qué recurrieron a una estrategia de mitigación en vez de implementar medidas más estrictas de contención? ¿Tiene sentido? Qué está pasando con los números de Hugo López-Gatell.
No tardaron en aparecer cientos de cubre bocas, guantes y botellas de sanitizante arrojados a la naturaleza. Expertos apuntan que es un escenario peligroso que debe mitigarse, mientras se impulsa la utilización de materiales de protección amigables con el ambiente.
Países como Chile, Inglaterra, Estados Unidos o Alemania entretuvieron la idea de hacer pruebas serológicas masivas para reactivar sus economías y entregar pasaportes de inmunidad a las personas que tuvieran anticuerpos al SARS-CoV-2. Las pruebas son relativamente baratas, muchas son muy fáciles de aplicar y dan resultados en minutos. ¿Por qué no se implementaron estas políticas?
En años recientes la industria de las energías renovables en México ha ido cuesta arriba, y en las últimas semanas ha tenido que enfrentarse a nuevas políticas implementadas por el gobierno, que limitan su crecimiento en el mercado. Si esto no se soluciona, el país pondrá en peligro su seguridad energética.