"Lamento Epidemiológico", un poema de Elisa Díaz Castelo

«Lamento Epidemiológico», un poema de Elisa Díaz Castelo

Este poema es una intervención de la “Guía de manejo de cadáveres por Covid-19 de México”, de Orestes de Eurípides, Sobre la naturaleza de las cosas de Lucrecio y Electra de Sófocles, por medio de una herramienta tecnológica de sampleo, creada por The Lazarus Corporation. El resultado es la contraposición del lenguaje aséptico, carente de emoción humana de la guía, con el horror del duelo de la tragedia griega, el mismo de quienes perdieron seres queridos a causa de esta enfermedad aún sin cura.

Tiempo de lectura: 2 minutos

ESTROFA: ¿Qué puedo decirte? Está prohibido realizar oráculos, incluidas necropsias; hay que evitar el duelo y el embalsamamiento. Quiero devolverte a la vida con un certificado, quiero un lineamiento de prevención y desinfección de superficies. antistrofa: ¿Hay una medida para que el personal soporte la carga del cadáver? ¿Quién por muerte traidora enterrará o cantará su deuda? ÉPODO: ¿Cómo llorarte? Cesad, cesad de estrategias de gestión administrativa ante este lecho ignominioso, a la vista de biométricos caudales. ESTROFA: ¡Oh, padre!, víctima de la solución de hipoclorito. ¿Se realizará el traslado de mi dolor? ÉPODO: Vengo a pedirte hasta doce cambios de aire, porque sola no tengo fuerza. Mis lamentos no acabarán, deben introducirse en una bolsa sellada. antistrofa: ¿A dónde volverme frente al manejo, traslado y disposición de cadáveres? El cuerpo del duelo me aflige. Es piedras su justicia. ESTROFA: ¿Quién lee el cadáver? reglamento: Bajo ninguna circunstancia se deberán reutilizar los féretros. Bajo ninguna circunstancia se deberán reutilizar los cuerpos. ÉPODO: Mas la negra sangre de un trato digno deberá estar bien iluminada y con climatización. ¿Cómo llorarte?; ¿puedo gota a gota? Mi corazón entona aerosoles en la sala de autopsias. Especialmente el tejido pulmonar, su canto fúnebre. Porque sola no tengo destino final. antistrofa: No utilizar contacto físico con el cadáver (no tocar ni besar este aguacero de sangre). Hay que tener una habitación para lo conducente. Lo conducente. Estas palabras encierran algo infausto. reglamento: Cadáver biodegradable. ¡Tengo miedo del ruido, hora y dirección controlada de tu ausencia! Afila en otras piedras tu venganza. ¡Oh, padre!, víctima de bajo ninguna circunstancia. Y sobre el dolor solo tengo mi dolor. Qué gestión de antesala y ser querido. Mis lamentos no acaban de cumplir las normas de bioseguridad. ESTROFA: Si abres los intestinos, hazlo bajo el agua, hazlo bajo el jamás y sigue. Vuelve de entre los muertos. ¿Por qué no te detuvo lo que me aflige? Es insensato quien olvida a quien olvida. guía operativa: Porque sola no sé dónde volverme cuando se hunde la casa. vigilancia epidemiológica: Para evitar la potencial saturación de los sistemas, queda prohibida la incineración de los deudos.

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