Comunidad LGBTTTI exige un cese a la violencia
Dos semanas después de la Marcha del Orgullo, la comunidad marcha de nuevo para exigir seguridad
La noche del tres de mayo dos hombres residentes de la colonia Doctores en la Ciudad de México amenazaron a Diana Junyent Torres, dueña del bar La Cañita, junto a su esposa Ali Gardoqui de la Reguera. Uno de ellos le exigió a Diana que tuviera relaciones sexuales con él o de otra manera “algo le iba a pasar a su negocio”.
Ella no accedió, pero el hombre comenzó a insistir y a advertir que abrirían fuego en el lugar ubicado en la calle Doctor Andrade 24, de la alcaldía Cuauhtémoc. Diana fue al sanitario y cuando regresó los hombres rompían vasos y golpeaban a asistentes de La Cañita. Al intentar contenerlos, ellos respondieron con golpes contra Diana hasta que llegó otra vecina quien logró detenerlos.
Diana y Ali llamaron a las autoridades, pero cuando llegó una patrulla los hombres ya se habían ido del lugar. El restaurante bar va dirigido al público LGBTTTI y cuenta con un protocolo oficial de protección, porque ellas habían sido amenazadas y robadas previamente. Sin embargo, un mes antes fue interrumpida la vigilancia que el gobierno había implementado en el establecimiento.
El cinco de mayo, una mañana después del ataque, las dueñas de La Cañita se despertaron con la noticia de que el techo de paja que tenían en el establecimiento había sido quemado.
En México, el 83 por ciento de las personas LGBTTTI enfrenta reiteradamente contextos hostiles que se manifiestan a través de chistes ofensivos, expresiones de odio, agresiones físicas y acoso. México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en crímenes por homofobia, de acuerdo con la Encuesta Sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual y de Género 2018, realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la CNDH.
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En marzo de 2019, usuarios en redes sociales denunciaron que personal del bar Rico Club ubicado en Zona Rosa, golpeó a un cliente y extorsionó al grupo de amigos del sujeto. El bar, que es un centro nocturno abierto a la comunidad LGBTTTI, suma ya comentarios negativos por parte de los asistentes con historias similares de haber sido expulsado del lugar a la fuerza y sufrir agresiones por parte del personal.
Tras la denuncia, el establecimiento dio a conocer que, tanto ellos como los involucrados resolvían el asunto de manera privada. Rico Bar anunció también que tomarían medidas para garantizar la seguridad y tranquilidad de sus clientes.
El pasado 6 de julio, un joven de 24 años identificado como Armando fue hallado muerto con señales de violencia a unas cuadras del bar Híbrido en Zona Rosa, en la alcaldía Cuauhtémoc. Según la Procuradora General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, unos sujetos mataron a Armando a golpes y dejaron su cuerpo tirado en unas jardineras cerca del bar.
Las autoridades capitalinas dijeron que, al estudiar las imágenes del sistema de videovigilancia C5, con cámaras que hayan captado esa noche a la calle Florencia casi esquina con Liverpool, darían a conocer más resultados.
Tanto el bar como la el lugar donde fue hallado el cadáver de Armando están a dos cuadras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CDMX). El bar hasta el momento no ha emitido algún pronunciamiento sobre el suceso, aunque usuarios y activistas piden a la alcaldía Cuauhtémoc la clausura del lugar.
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El pasado 28 de junio se conmemoró el Día del Orgullo LGBTTTI con actividades y celebraciones anuales que visibilizan los derechos e inclusión de esta comunidad. Sin embargo, para Alaín Pinzón activista por la población LGBTTTI, se trata de una manifestación que no ve todos los días por parte de los asistentes.
El también miembro del Consejo Ciudadano para VIH e ITS de la Ciudad de México acudió a la marcha del Orgullo en la Ciudad de México con un contingente cuya pancarta decía: “Esta marcha ha sido secuestrada por gobierno y empresas”.
“Ahora todas las marcas quieren participar, pero que se vayan al final, porque no es su marcha. Al final del día esta manifestación es para la diversidad, para la gente de a pie, la que toma el metro, la que sufre discriminación y que no tiene trabajo por ser quien es”, aclara Alaín en entrevista con Gatopardo.
Él lo vive en primera persona al no encontrar trabajo por ser VIH positivo, pues en un par de ocasiones durante los últimos años le han pedido exámenes de sangre y posteriormente fue rechazado. Pinzón contempla que, en caso de hallar un trabajo, le dificultan ausentarse los días que requiere de procedimientos médicos cotidianos.
“Nada más nos utilizan una o dos veces al año, el mes de junio todo el mundo es diverso y todo el mundo saca sus banderas. ‘Vamos a pintar la Zona Rosa’, dicen ¿De qué sirve que esté tan bien pintada si en una de las jardineras donde pintaron, fueron a aventar a este chico de 24 años? ¿Para que se vea bonito un asesinato?”, pregunta indignado el activista.
Más de 25 por ciento de la población LGBTTTI declaró haber sufrido la negación injustificada de al menos un derecho durante el último año, principalmente mujeres y hombres trans. Los derechos más negados son la oportunidad de trabajar y la entrada a un negocio.
La presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México , Geraldina González de la Vega, opina que la presencia de las grandes empresas en la marcha del 28 de junio no implica necesariamente que tengan políticas de inclusión dentro de ellas, pero sí visibilizan una preocupación por la diversidad.
“Es un paso muy importante. Como sociedad creo que tenemos que exigir que estas empresas que marcharon, realmente muestren inclusión dentro de sus políticas laborales. Por ejemplo, que no continúen representando estereotipos tradicionales sobre la sexualidad o la identidad de género”, opina en entrevista.
En las 16 alcaldías de la Ciudad de México, la discriminación hacia las personas LGBTTTI ubica a la comunidad en el primer y tercer lugar de grupos vulnerables.
Pinzón acudirá el sábado 13 de julio a una marcha convocada de la SSC en Zona Rosa que se dirigirá hacia Híbrido a las 2:30 pm. “Salgo a bailar para divertirme, no para que me maten” y “soy más que una cliente” son de las consignas que propone la comunidad.
Geraldina anunció que ese fin de semana se ejecutará una estrategia con la presencia de autoridades en el cuadrante de Zona Rosa.
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Ali Gardoqui y Diana Junyent, por otro lado, afirman que las autoridades respondieron favorablemente a las denuncias que hicieron sobre los ataques homofóbicos en La Cañita. A partir de entonces tanto el Copred como la Procuraduría capitalina y las autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc mantienen constante vigilancia en su local.
Además Ali y Diana organizaron el Cañita Fest/¡Viva la Doctores! que contaba con diversas actividades culturales y musicales al aire libre, así como comida, actividades infantiles y hasta cine. El lema fue “Menos violencia y más convivencia”, cuenta Ali.
Diana Junyent aclara que, aunque La Cañita es un espacio diverso, no tienen una bandera gay en la puerta y no se declaran como un lugar LGBTTTI, sino como un negocio en el que cualquiera puede pasarla bien y “compartir su vida o su día”.
Ellas dicen que quisieron partir del guetto de la Zona Rosa porque se trata de un lugar que contiene elementos de las que no son partidarias, como “música fea, cuerpos perfectos y solo dinero rosa o dinero gay”.
El hecho de que existan cadeneros en los lugares habla de una discriminación de la clientela, explica la presidenta del Copred, Geraldina González de la Vega. La encargada afirma que no debería haber cadeneros en los lugares, sino seguridad para quienes acuden a un bar, disco o restaurante. Al respecto, contemplan una estrategia junto a las autoridades pertinentes de la Ciudad de México para capacitar a quienes funjan como los llamados “cadeneros” para que se encarguen de la seguridad dentro de los locales y de poner fin a la discriminación.
Diana y Ali, por ejemplo, ya habían contemplado la idea de contar con una persona encargada de la seguridad. Después de los ataques en La Cañita comentan que ya hay una persona que revisa quién entra y está pendiente, pero no funge como un “cadenero” ni es violenta.
“Son problemas de otros gobiernos. Inclusive no solo es la Zona Rosa, sino la Roma, Condesa. Los cárteles [de droga] están en el baño o son los cadeneros”, opina Ali sobre la violencia constante reportada en los lugares nocturnos.
Alain coincide con Ali en que se deben exigir lugares seguros de recreación para la comunidad LGBTTTI, libres o regulados de drogas, sin criminalizar a los usuarios.
A dos semanas de la marcha del orgullo LGBTTTI y de varios ataques a los lugares que frecuenta la comunidad, esta vez saldrá a exigir medidas precautorias. “No nada más existimos el 17 de mayo para sus eventos y para que nos utilicen en una marcha anual. Porque parece que el resto del año no existimos, no importamos y somos discriminados, golpeados o revictimizados,”, remata Alaín.
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