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En la reformulación de las técnicas de producción textil, con miras a la implementación procesos más responsables, The New Denim Project presenta una vía de reciclaje de alta calidad que ha impactado a la industria desde Guatemala hasta Japón.
En las últimas décadas, la industria textil se ha posicionado como la segunda más contaminante para el planeta, situándose únicamente por debajo de la petrolera. En América Latina éste sector ha provocado la polución de diversos canales que componen los cuerpos de agua en la región, ríos, lagos y lagunas que desembocan en el océano. Los textiles hoy en día son más baratos y accesibles que nunca; sin embargo, estos precios tan bajos resultan incosteables para la Tierra y, en consencuencia, para la raza humana. Los ríos de Guatemala, una nación en la que la producción de textiles es una de las más voluminosas dentro de su economía, han sido dramáticamente afectados. Con más del 95% de sus torrentes acuíferos contaminados, se estima que el 20% se deriva de la industria de los tejidos. Frente a éste alarmante panorama ambiental y social, surge un proyecto de origen guatemalteco que lucha por transformar los principios de la producción textil. En 2016 The New Denim Project, una línea de telas recicladas que tras seis años de operación se ha convertido en todo un movimiento a nivel internacional, nace con la intención de reivindicar la concepción que se tiene sobre la ropa como un recurso desechable.
Bajo el liderazgo de las hermanas Arianne, de 34 años, en el ámbito creativo, y Joanna Engelberg, de 32 años, en el área comercial, ésta marca inicia como un esfuerzo por reanimar Iris Textiles, el negocio de su padre Jaime Engelberg, quién a la vez heredó éste legado de su propio padre. Para crearla, a más de 60 años de la fundación de un taller que comenzó como tintorería en la capital de Guatemala, Arianne y Joanna se sumergieron en la investigación y los experimentos de su progenitor en la elaboración de telas recicladas de prendas mezclilla. Desde 2006 Jaime, ingeniero textil, ha incursionado en la hilatura de telas a partir de fibras cortas –término que se emplea para denominar a las fibras de hilo que se han obtenido de la ruputura o reducción una pieza textil preexistente–.
En conversación con Gatopardo, Joanna explica que recuperan su materia prima, la mezclilla, en grandes magnitudes para darle una segunda vida. Mediante un acuerdo con importadores de ropa “de paca” que introducen a Guatemala cerca de 150 contenedores repletos de indumentaria cada mes, las fundadoras de The New Denim Project reciclan el producto que no es vendido, que oscila entre el 20 y el 25% de la importación. “Por otro lado también estamos haciendo un proyecto con marcas, al que llamamos nuestro circularity system project. Muchas marcas hoy en día ya están teniendo que hacerse responsables por sus desperdicios, ya sea de producción o de productos que no logran vender. Los rompemos y los volvemos a procesar, sin agregar fibra sintética, para mantener los productos lo más natural posible y así tejemos nuestras telas”, entre éstos nombres se encuentra un proyecto con la diseñadora norteamericana Elieen Fischer. “Cuando tú ya no quieres una prenda de Eileen Fischer puedes retornarla a la tienda y ellos se harán cargo de usarla para otro patrón o mandarla a nuestra planta para que sea reciclada”, completa Arianne.
Cientos de kilos de mezclilla son reutilizados para hilar tejidos planos de algodón versátiles y sin tintes añadidos, que van desde la manta y el canvas, hasta el twill, la lona y popelina. El distintivo de su proceso se encuentra en la congruencia de crear algo integramente sustentable, en palabras de Arianne: “Deshacemos los retazos de tela hasta que se vuelvan fibra de nuevo. Quedan hilos cortos, de más o menos media pulgada, con los que es complicado trabajar porque los tienes que retorcer y tienen que aguantar. A diferencia de otras marcas que reciclan, nosotros no utilizamos fibra sintética en la producción de nuestras fibras. Hoy en día es muy fácil reciclar si incorporas éste tipo de fibras. Algunos usan poliéster, que es un filamento larguísimo, y ya lo único que hacen es colar las fibras cortas a la fórmula. Y entonces es solucionar un problema, pero crear otro”. Las prendas hiladas con materiales sintéticos liberan microplásticos al ser lavadas, partículas que terminan por infectar el océano. “Está comprobado que la vida marina ya ingiere estos microplásticos que son imposibles de recoger”, agrega.
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En The New Denim Project operan siempre bajo la tesis de la biomimética, en la que nada se desperdicia y todo se transforma. En materia de diseño de producto, su modelo de ciclo cerrado y cero residuos ha limitado el color en sus tejidos, pues entre el 60 y el 70% del impacto ambiental de una tela proviene del tratado químico y el teñido del textil. En su cadena de producción, que realizan mayormente en seco, omiten éste paso para reducir su huella ecológica: “nos ponemos límites muy estrictos que van junto con nuestros valores”, dice Arianne. “Solo con usar materia prima reciclada nos ahorramos 20 mil litros de agua por cada kilogramo de algodón reciclado”, complementa. “No existe el desperdicio a menos de que lo destinemos a que sea desperdiciado”, esclarece Joanna. Incluso las cascarillas y raíces generadas en tratamiento que dan a sus hilos son destinadas a funcionar como composta para fertilizar las plantas de café y demás cultivos de la Finca San Jerónimo Miramar en Guatemala.
Actualmente las hermanas Engelberg han logrado establecer su propio departamento de confección, en el que diseñan prendas de vestir de su propia marca y artículos para el hogar desde su submarca Meema Home Goods, como mantelería, mandiles y servilletas de tela. A su vez, han creado colecciones con firmas estadounidenses como West Elm, Still Here, Industry of All Nations y Harare. Por otro lado, desde hace cinco años la residencia de Joanna en la Ciudad de México ha permitido que trabajen de la mano con diseñadoras y marcas mexicanas como Carla Fernández, Marca Nacional y Zii Ropa. Su impecable y compleja técnica de reciclaje, también ha cautivado a los mercados más remotos. Después de cuatro años construyendo una relación con la textil japonesa Takihyo, éste 2021 lanzaron The New Denim Project Japan. Joanna describe ésta alianza como una que atiende las necesidades particulares del mercado local de Japón, sin descuidar la calidad en su producción: “lo que más nos ha hecho sentido es fabricar todo en Guatemala y exportar a Japón. Aunque suena absurdo que vengan a abastecerse tan lejos a Guatemala, te da ésta idea de que tampoco existe tanta oferta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo”.
Para la familia Engelberg lo más apremiante es acercar al consumidor al proceso de manufactura textil y de esta manera abrasar una revolución en los principios de la industria. “Tenemos que cambiar esa creencia de que la única manera de vivir placenteramente es destruyendo nuestro ecosistema e indirectamente, a nosotros mismos. No conectamos que al contaminar el 95% de los ríos en Guatemala, eventualmente va a afectar al agua que ingerimos”, remata Arianne. El movimiento The New Denim Project ambiciona irradiar su ritualización del proceso, humanizar la cadena de valor por una industria más limpia, más lenta y más sana. A través de la hilatura de textiles reciclados, recuperar la noción de que la Tierra es un espacio que compartimos. “Reimaginar nuestro rol como visitantes de este planeta, de manera sostenible y colaborativa no competitiva”, concluye Arianne.
THE NEW DENIM PROJECT
Arianne y Joanna Engelberg
www.thenewdenimproject.com
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En la reformulación de las técnicas de producción textil, con miras a la implementación procesos más responsables, The New Denim Project presenta una vía de reciclaje de alta calidad que ha impactado a la industria desde Guatemala hasta Japón.
En las últimas décadas, la industria textil se ha posicionado como la segunda más contaminante para el planeta, situándose únicamente por debajo de la petrolera. En América Latina éste sector ha provocado la polución de diversos canales que componen los cuerpos de agua en la región, ríos, lagos y lagunas que desembocan en el océano. Los textiles hoy en día son más baratos y accesibles que nunca; sin embargo, estos precios tan bajos resultan incosteables para la Tierra y, en consencuencia, para la raza humana. Los ríos de Guatemala, una nación en la que la producción de textiles es una de las más voluminosas dentro de su economía, han sido dramáticamente afectados. Con más del 95% de sus torrentes acuíferos contaminados, se estima que el 20% se deriva de la industria de los tejidos. Frente a éste alarmante panorama ambiental y social, surge un proyecto de origen guatemalteco que lucha por transformar los principios de la producción textil. En 2016 The New Denim Project, una línea de telas recicladas que tras seis años de operación se ha convertido en todo un movimiento a nivel internacional, nace con la intención de reivindicar la concepción que se tiene sobre la ropa como un recurso desechable.
Bajo el liderazgo de las hermanas Arianne, de 34 años, en el ámbito creativo, y Joanna Engelberg, de 32 años, en el área comercial, ésta marca inicia como un esfuerzo por reanimar Iris Textiles, el negocio de su padre Jaime Engelberg, quién a la vez heredó éste legado de su propio padre. Para crearla, a más de 60 años de la fundación de un taller que comenzó como tintorería en la capital de Guatemala, Arianne y Joanna se sumergieron en la investigación y los experimentos de su progenitor en la elaboración de telas recicladas de prendas mezclilla. Desde 2006 Jaime, ingeniero textil, ha incursionado en la hilatura de telas a partir de fibras cortas –término que se emplea para denominar a las fibras de hilo que se han obtenido de la ruputura o reducción una pieza textil preexistente–.
En conversación con Gatopardo, Joanna explica que recuperan su materia prima, la mezclilla, en grandes magnitudes para darle una segunda vida. Mediante un acuerdo con importadores de ropa “de paca” que introducen a Guatemala cerca de 150 contenedores repletos de indumentaria cada mes, las fundadoras de The New Denim Project reciclan el producto que no es vendido, que oscila entre el 20 y el 25% de la importación. “Por otro lado también estamos haciendo un proyecto con marcas, al que llamamos nuestro circularity system project. Muchas marcas hoy en día ya están teniendo que hacerse responsables por sus desperdicios, ya sea de producción o de productos que no logran vender. Los rompemos y los volvemos a procesar, sin agregar fibra sintética, para mantener los productos lo más natural posible y así tejemos nuestras telas”, entre éstos nombres se encuentra un proyecto con la diseñadora norteamericana Elieen Fischer. “Cuando tú ya no quieres una prenda de Eileen Fischer puedes retornarla a la tienda y ellos se harán cargo de usarla para otro patrón o mandarla a nuestra planta para que sea reciclada”, completa Arianne.
Cientos de kilos de mezclilla son reutilizados para hilar tejidos planos de algodón versátiles y sin tintes añadidos, que van desde la manta y el canvas, hasta el twill, la lona y popelina. El distintivo de su proceso se encuentra en la congruencia de crear algo integramente sustentable, en palabras de Arianne: “Deshacemos los retazos de tela hasta que se vuelvan fibra de nuevo. Quedan hilos cortos, de más o menos media pulgada, con los que es complicado trabajar porque los tienes que retorcer y tienen que aguantar. A diferencia de otras marcas que reciclan, nosotros no utilizamos fibra sintética en la producción de nuestras fibras. Hoy en día es muy fácil reciclar si incorporas éste tipo de fibras. Algunos usan poliéster, que es un filamento larguísimo, y ya lo único que hacen es colar las fibras cortas a la fórmula. Y entonces es solucionar un problema, pero crear otro”. Las prendas hiladas con materiales sintéticos liberan microplásticos al ser lavadas, partículas que terminan por infectar el océano. “Está comprobado que la vida marina ya ingiere estos microplásticos que son imposibles de recoger”, agrega.
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En The New Denim Project operan siempre bajo la tesis de la biomimética, en la que nada se desperdicia y todo se transforma. En materia de diseño de producto, su modelo de ciclo cerrado y cero residuos ha limitado el color en sus tejidos, pues entre el 60 y el 70% del impacto ambiental de una tela proviene del tratado químico y el teñido del textil. En su cadena de producción, que realizan mayormente en seco, omiten éste paso para reducir su huella ecológica: “nos ponemos límites muy estrictos que van junto con nuestros valores”, dice Arianne. “Solo con usar materia prima reciclada nos ahorramos 20 mil litros de agua por cada kilogramo de algodón reciclado”, complementa. “No existe el desperdicio a menos de que lo destinemos a que sea desperdiciado”, esclarece Joanna. Incluso las cascarillas y raíces generadas en tratamiento que dan a sus hilos son destinadas a funcionar como composta para fertilizar las plantas de café y demás cultivos de la Finca San Jerónimo Miramar en Guatemala.
Actualmente las hermanas Engelberg han logrado establecer su propio departamento de confección, en el que diseñan prendas de vestir de su propia marca y artículos para el hogar desde su submarca Meema Home Goods, como mantelería, mandiles y servilletas de tela. A su vez, han creado colecciones con firmas estadounidenses como West Elm, Still Here, Industry of All Nations y Harare. Por otro lado, desde hace cinco años la residencia de Joanna en la Ciudad de México ha permitido que trabajen de la mano con diseñadoras y marcas mexicanas como Carla Fernández, Marca Nacional y Zii Ropa. Su impecable y compleja técnica de reciclaje, también ha cautivado a los mercados más remotos. Después de cuatro años construyendo una relación con la textil japonesa Takihyo, éste 2021 lanzaron The New Denim Project Japan. Joanna describe ésta alianza como una que atiende las necesidades particulares del mercado local de Japón, sin descuidar la calidad en su producción: “lo que más nos ha hecho sentido es fabricar todo en Guatemala y exportar a Japón. Aunque suena absurdo que vengan a abastecerse tan lejos a Guatemala, te da ésta idea de que tampoco existe tanta oferta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo”.
Para la familia Engelberg lo más apremiante es acercar al consumidor al proceso de manufactura textil y de esta manera abrasar una revolución en los principios de la industria. “Tenemos que cambiar esa creencia de que la única manera de vivir placenteramente es destruyendo nuestro ecosistema e indirectamente, a nosotros mismos. No conectamos que al contaminar el 95% de los ríos en Guatemala, eventualmente va a afectar al agua que ingerimos”, remata Arianne. El movimiento The New Denim Project ambiciona irradiar su ritualización del proceso, humanizar la cadena de valor por una industria más limpia, más lenta y más sana. A través de la hilatura de textiles reciclados, recuperar la noción de que la Tierra es un espacio que compartimos. “Reimaginar nuestro rol como visitantes de este planeta, de manera sostenible y colaborativa no competitiva”, concluye Arianne.
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Arianne y Joanna Engelberg
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En la reformulación de las técnicas de producción textil, con miras a la implementación procesos más responsables, The New Denim Project presenta una vía de reciclaje de alta calidad que ha impactado a la industria desde Guatemala hasta Japón.
En las últimas décadas, la industria textil se ha posicionado como la segunda más contaminante para el planeta, situándose únicamente por debajo de la petrolera. En América Latina éste sector ha provocado la polución de diversos canales que componen los cuerpos de agua en la región, ríos, lagos y lagunas que desembocan en el océano. Los textiles hoy en día son más baratos y accesibles que nunca; sin embargo, estos precios tan bajos resultan incosteables para la Tierra y, en consencuencia, para la raza humana. Los ríos de Guatemala, una nación en la que la producción de textiles es una de las más voluminosas dentro de su economía, han sido dramáticamente afectados. Con más del 95% de sus torrentes acuíferos contaminados, se estima que el 20% se deriva de la industria de los tejidos. Frente a éste alarmante panorama ambiental y social, surge un proyecto de origen guatemalteco que lucha por transformar los principios de la producción textil. En 2016 The New Denim Project, una línea de telas recicladas que tras seis años de operación se ha convertido en todo un movimiento a nivel internacional, nace con la intención de reivindicar la concepción que se tiene sobre la ropa como un recurso desechable.
Bajo el liderazgo de las hermanas Arianne, de 34 años, en el ámbito creativo, y Joanna Engelberg, de 32 años, en el área comercial, ésta marca inicia como un esfuerzo por reanimar Iris Textiles, el negocio de su padre Jaime Engelberg, quién a la vez heredó éste legado de su propio padre. Para crearla, a más de 60 años de la fundación de un taller que comenzó como tintorería en la capital de Guatemala, Arianne y Joanna se sumergieron en la investigación y los experimentos de su progenitor en la elaboración de telas recicladas de prendas mezclilla. Desde 2006 Jaime, ingeniero textil, ha incursionado en la hilatura de telas a partir de fibras cortas –término que se emplea para denominar a las fibras de hilo que se han obtenido de la ruputura o reducción una pieza textil preexistente–.
En conversación con Gatopardo, Joanna explica que recuperan su materia prima, la mezclilla, en grandes magnitudes para darle una segunda vida. Mediante un acuerdo con importadores de ropa “de paca” que introducen a Guatemala cerca de 150 contenedores repletos de indumentaria cada mes, las fundadoras de The New Denim Project reciclan el producto que no es vendido, que oscila entre el 20 y el 25% de la importación. “Por otro lado también estamos haciendo un proyecto con marcas, al que llamamos nuestro circularity system project. Muchas marcas hoy en día ya están teniendo que hacerse responsables por sus desperdicios, ya sea de producción o de productos que no logran vender. Los rompemos y los volvemos a procesar, sin agregar fibra sintética, para mantener los productos lo más natural posible y así tejemos nuestras telas”, entre éstos nombres se encuentra un proyecto con la diseñadora norteamericana Elieen Fischer. “Cuando tú ya no quieres una prenda de Eileen Fischer puedes retornarla a la tienda y ellos se harán cargo de usarla para otro patrón o mandarla a nuestra planta para que sea reciclada”, completa Arianne.
Cientos de kilos de mezclilla son reutilizados para hilar tejidos planos de algodón versátiles y sin tintes añadidos, que van desde la manta y el canvas, hasta el twill, la lona y popelina. El distintivo de su proceso se encuentra en la congruencia de crear algo integramente sustentable, en palabras de Arianne: “Deshacemos los retazos de tela hasta que se vuelvan fibra de nuevo. Quedan hilos cortos, de más o menos media pulgada, con los que es complicado trabajar porque los tienes que retorcer y tienen que aguantar. A diferencia de otras marcas que reciclan, nosotros no utilizamos fibra sintética en la producción de nuestras fibras. Hoy en día es muy fácil reciclar si incorporas éste tipo de fibras. Algunos usan poliéster, que es un filamento larguísimo, y ya lo único que hacen es colar las fibras cortas a la fórmula. Y entonces es solucionar un problema, pero crear otro”. Las prendas hiladas con materiales sintéticos liberan microplásticos al ser lavadas, partículas que terminan por infectar el océano. “Está comprobado que la vida marina ya ingiere estos microplásticos que son imposibles de recoger”, agrega.
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En The New Denim Project operan siempre bajo la tesis de la biomimética, en la que nada se desperdicia y todo se transforma. En materia de diseño de producto, su modelo de ciclo cerrado y cero residuos ha limitado el color en sus tejidos, pues entre el 60 y el 70% del impacto ambiental de una tela proviene del tratado químico y el teñido del textil. En su cadena de producción, que realizan mayormente en seco, omiten éste paso para reducir su huella ecológica: “nos ponemos límites muy estrictos que van junto con nuestros valores”, dice Arianne. “Solo con usar materia prima reciclada nos ahorramos 20 mil litros de agua por cada kilogramo de algodón reciclado”, complementa. “No existe el desperdicio a menos de que lo destinemos a que sea desperdiciado”, esclarece Joanna. Incluso las cascarillas y raíces generadas en tratamiento que dan a sus hilos son destinadas a funcionar como composta para fertilizar las plantas de café y demás cultivos de la Finca San Jerónimo Miramar en Guatemala.
Actualmente las hermanas Engelberg han logrado establecer su propio departamento de confección, en el que diseñan prendas de vestir de su propia marca y artículos para el hogar desde su submarca Meema Home Goods, como mantelería, mandiles y servilletas de tela. A su vez, han creado colecciones con firmas estadounidenses como West Elm, Still Here, Industry of All Nations y Harare. Por otro lado, desde hace cinco años la residencia de Joanna en la Ciudad de México ha permitido que trabajen de la mano con diseñadoras y marcas mexicanas como Carla Fernández, Marca Nacional y Zii Ropa. Su impecable y compleja técnica de reciclaje, también ha cautivado a los mercados más remotos. Después de cuatro años construyendo una relación con la textil japonesa Takihyo, éste 2021 lanzaron The New Denim Project Japan. Joanna describe ésta alianza como una que atiende las necesidades particulares del mercado local de Japón, sin descuidar la calidad en su producción: “lo que más nos ha hecho sentido es fabricar todo en Guatemala y exportar a Japón. Aunque suena absurdo que vengan a abastecerse tan lejos a Guatemala, te da ésta idea de que tampoco existe tanta oferta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo”.
Para la familia Engelberg lo más apremiante es acercar al consumidor al proceso de manufactura textil y de esta manera abrasar una revolución en los principios de la industria. “Tenemos que cambiar esa creencia de que la única manera de vivir placenteramente es destruyendo nuestro ecosistema e indirectamente, a nosotros mismos. No conectamos que al contaminar el 95% de los ríos en Guatemala, eventualmente va a afectar al agua que ingerimos”, remata Arianne. El movimiento The New Denim Project ambiciona irradiar su ritualización del proceso, humanizar la cadena de valor por una industria más limpia, más lenta y más sana. A través de la hilatura de textiles reciclados, recuperar la noción de que la Tierra es un espacio que compartimos. “Reimaginar nuestro rol como visitantes de este planeta, de manera sostenible y colaborativa no competitiva”, concluye Arianne.
THE NEW DENIM PROJECT
Arianne y Joanna Engelberg
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En la reformulación de las técnicas de producción textil, con miras a la implementación procesos más responsables, The New Denim Project presenta una vía de reciclaje de alta calidad que ha impactado a la industria desde Guatemala hasta Japón.
En las últimas décadas, la industria textil se ha posicionado como la segunda más contaminante para el planeta, situándose únicamente por debajo de la petrolera. En América Latina éste sector ha provocado la polución de diversos canales que componen los cuerpos de agua en la región, ríos, lagos y lagunas que desembocan en el océano. Los textiles hoy en día son más baratos y accesibles que nunca; sin embargo, estos precios tan bajos resultan incosteables para la Tierra y, en consencuencia, para la raza humana. Los ríos de Guatemala, una nación en la que la producción de textiles es una de las más voluminosas dentro de su economía, han sido dramáticamente afectados. Con más del 95% de sus torrentes acuíferos contaminados, se estima que el 20% se deriva de la industria de los tejidos. Frente a éste alarmante panorama ambiental y social, surge un proyecto de origen guatemalteco que lucha por transformar los principios de la producción textil. En 2016 The New Denim Project, una línea de telas recicladas que tras seis años de operación se ha convertido en todo un movimiento a nivel internacional, nace con la intención de reivindicar la concepción que se tiene sobre la ropa como un recurso desechable.
Bajo el liderazgo de las hermanas Arianne, de 34 años, en el ámbito creativo, y Joanna Engelberg, de 32 años, en el área comercial, ésta marca inicia como un esfuerzo por reanimar Iris Textiles, el negocio de su padre Jaime Engelberg, quién a la vez heredó éste legado de su propio padre. Para crearla, a más de 60 años de la fundación de un taller que comenzó como tintorería en la capital de Guatemala, Arianne y Joanna se sumergieron en la investigación y los experimentos de su progenitor en la elaboración de telas recicladas de prendas mezclilla. Desde 2006 Jaime, ingeniero textil, ha incursionado en la hilatura de telas a partir de fibras cortas –término que se emplea para denominar a las fibras de hilo que se han obtenido de la ruputura o reducción una pieza textil preexistente–.
En conversación con Gatopardo, Joanna explica que recuperan su materia prima, la mezclilla, en grandes magnitudes para darle una segunda vida. Mediante un acuerdo con importadores de ropa “de paca” que introducen a Guatemala cerca de 150 contenedores repletos de indumentaria cada mes, las fundadoras de The New Denim Project reciclan el producto que no es vendido, que oscila entre el 20 y el 25% de la importación. “Por otro lado también estamos haciendo un proyecto con marcas, al que llamamos nuestro circularity system project. Muchas marcas hoy en día ya están teniendo que hacerse responsables por sus desperdicios, ya sea de producción o de productos que no logran vender. Los rompemos y los volvemos a procesar, sin agregar fibra sintética, para mantener los productos lo más natural posible y así tejemos nuestras telas”, entre éstos nombres se encuentra un proyecto con la diseñadora norteamericana Elieen Fischer. “Cuando tú ya no quieres una prenda de Eileen Fischer puedes retornarla a la tienda y ellos se harán cargo de usarla para otro patrón o mandarla a nuestra planta para que sea reciclada”, completa Arianne.
Cientos de kilos de mezclilla son reutilizados para hilar tejidos planos de algodón versátiles y sin tintes añadidos, que van desde la manta y el canvas, hasta el twill, la lona y popelina. El distintivo de su proceso se encuentra en la congruencia de crear algo integramente sustentable, en palabras de Arianne: “Deshacemos los retazos de tela hasta que se vuelvan fibra de nuevo. Quedan hilos cortos, de más o menos media pulgada, con los que es complicado trabajar porque los tienes que retorcer y tienen que aguantar. A diferencia de otras marcas que reciclan, nosotros no utilizamos fibra sintética en la producción de nuestras fibras. Hoy en día es muy fácil reciclar si incorporas éste tipo de fibras. Algunos usan poliéster, que es un filamento larguísimo, y ya lo único que hacen es colar las fibras cortas a la fórmula. Y entonces es solucionar un problema, pero crear otro”. Las prendas hiladas con materiales sintéticos liberan microplásticos al ser lavadas, partículas que terminan por infectar el océano. “Está comprobado que la vida marina ya ingiere estos microplásticos que son imposibles de recoger”, agrega.
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En The New Denim Project operan siempre bajo la tesis de la biomimética, en la que nada se desperdicia y todo se transforma. En materia de diseño de producto, su modelo de ciclo cerrado y cero residuos ha limitado el color en sus tejidos, pues entre el 60 y el 70% del impacto ambiental de una tela proviene del tratado químico y el teñido del textil. En su cadena de producción, que realizan mayormente en seco, omiten éste paso para reducir su huella ecológica: “nos ponemos límites muy estrictos que van junto con nuestros valores”, dice Arianne. “Solo con usar materia prima reciclada nos ahorramos 20 mil litros de agua por cada kilogramo de algodón reciclado”, complementa. “No existe el desperdicio a menos de que lo destinemos a que sea desperdiciado”, esclarece Joanna. Incluso las cascarillas y raíces generadas en tratamiento que dan a sus hilos son destinadas a funcionar como composta para fertilizar las plantas de café y demás cultivos de la Finca San Jerónimo Miramar en Guatemala.
Actualmente las hermanas Engelberg han logrado establecer su propio departamento de confección, en el que diseñan prendas de vestir de su propia marca y artículos para el hogar desde su submarca Meema Home Goods, como mantelería, mandiles y servilletas de tela. A su vez, han creado colecciones con firmas estadounidenses como West Elm, Still Here, Industry of All Nations y Harare. Por otro lado, desde hace cinco años la residencia de Joanna en la Ciudad de México ha permitido que trabajen de la mano con diseñadoras y marcas mexicanas como Carla Fernández, Marca Nacional y Zii Ropa. Su impecable y compleja técnica de reciclaje, también ha cautivado a los mercados más remotos. Después de cuatro años construyendo una relación con la textil japonesa Takihyo, éste 2021 lanzaron The New Denim Project Japan. Joanna describe ésta alianza como una que atiende las necesidades particulares del mercado local de Japón, sin descuidar la calidad en su producción: “lo que más nos ha hecho sentido es fabricar todo en Guatemala y exportar a Japón. Aunque suena absurdo que vengan a abastecerse tan lejos a Guatemala, te da ésta idea de que tampoco existe tanta oferta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo”.
Para la familia Engelberg lo más apremiante es acercar al consumidor al proceso de manufactura textil y de esta manera abrasar una revolución en los principios de la industria. “Tenemos que cambiar esa creencia de que la única manera de vivir placenteramente es destruyendo nuestro ecosistema e indirectamente, a nosotros mismos. No conectamos que al contaminar el 95% de los ríos en Guatemala, eventualmente va a afectar al agua que ingerimos”, remata Arianne. El movimiento The New Denim Project ambiciona irradiar su ritualización del proceso, humanizar la cadena de valor por una industria más limpia, más lenta y más sana. A través de la hilatura de textiles reciclados, recuperar la noción de que la Tierra es un espacio que compartimos. “Reimaginar nuestro rol como visitantes de este planeta, de manera sostenible y colaborativa no competitiva”, concluye Arianne.
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En la reformulación de las técnicas de producción textil, con miras a la implementación procesos más responsables, The New Denim Project presenta una vía de reciclaje de alta calidad que ha impactado a la industria desde Guatemala hasta Japón.
En las últimas décadas, la industria textil se ha posicionado como la segunda más contaminante para el planeta, situándose únicamente por debajo de la petrolera. En América Latina éste sector ha provocado la polución de diversos canales que componen los cuerpos de agua en la región, ríos, lagos y lagunas que desembocan en el océano. Los textiles hoy en día son más baratos y accesibles que nunca; sin embargo, estos precios tan bajos resultan incosteables para la Tierra y, en consencuencia, para la raza humana. Los ríos de Guatemala, una nación en la que la producción de textiles es una de las más voluminosas dentro de su economía, han sido dramáticamente afectados. Con más del 95% de sus torrentes acuíferos contaminados, se estima que el 20% se deriva de la industria de los tejidos. Frente a éste alarmante panorama ambiental y social, surge un proyecto de origen guatemalteco que lucha por transformar los principios de la producción textil. En 2016 The New Denim Project, una línea de telas recicladas que tras seis años de operación se ha convertido en todo un movimiento a nivel internacional, nace con la intención de reivindicar la concepción que se tiene sobre la ropa como un recurso desechable.
Bajo el liderazgo de las hermanas Arianne, de 34 años, en el ámbito creativo, y Joanna Engelberg, de 32 años, en el área comercial, ésta marca inicia como un esfuerzo por reanimar Iris Textiles, el negocio de su padre Jaime Engelberg, quién a la vez heredó éste legado de su propio padre. Para crearla, a más de 60 años de la fundación de un taller que comenzó como tintorería en la capital de Guatemala, Arianne y Joanna se sumergieron en la investigación y los experimentos de su progenitor en la elaboración de telas recicladas de prendas mezclilla. Desde 2006 Jaime, ingeniero textil, ha incursionado en la hilatura de telas a partir de fibras cortas –término que se emplea para denominar a las fibras de hilo que se han obtenido de la ruputura o reducción una pieza textil preexistente–.
En conversación con Gatopardo, Joanna explica que recuperan su materia prima, la mezclilla, en grandes magnitudes para darle una segunda vida. Mediante un acuerdo con importadores de ropa “de paca” que introducen a Guatemala cerca de 150 contenedores repletos de indumentaria cada mes, las fundadoras de The New Denim Project reciclan el producto que no es vendido, que oscila entre el 20 y el 25% de la importación. “Por otro lado también estamos haciendo un proyecto con marcas, al que llamamos nuestro circularity system project. Muchas marcas hoy en día ya están teniendo que hacerse responsables por sus desperdicios, ya sea de producción o de productos que no logran vender. Los rompemos y los volvemos a procesar, sin agregar fibra sintética, para mantener los productos lo más natural posible y así tejemos nuestras telas”, entre éstos nombres se encuentra un proyecto con la diseñadora norteamericana Elieen Fischer. “Cuando tú ya no quieres una prenda de Eileen Fischer puedes retornarla a la tienda y ellos se harán cargo de usarla para otro patrón o mandarla a nuestra planta para que sea reciclada”, completa Arianne.
Cientos de kilos de mezclilla son reutilizados para hilar tejidos planos de algodón versátiles y sin tintes añadidos, que van desde la manta y el canvas, hasta el twill, la lona y popelina. El distintivo de su proceso se encuentra en la congruencia de crear algo integramente sustentable, en palabras de Arianne: “Deshacemos los retazos de tela hasta que se vuelvan fibra de nuevo. Quedan hilos cortos, de más o menos media pulgada, con los que es complicado trabajar porque los tienes que retorcer y tienen que aguantar. A diferencia de otras marcas que reciclan, nosotros no utilizamos fibra sintética en la producción de nuestras fibras. Hoy en día es muy fácil reciclar si incorporas éste tipo de fibras. Algunos usan poliéster, que es un filamento larguísimo, y ya lo único que hacen es colar las fibras cortas a la fórmula. Y entonces es solucionar un problema, pero crear otro”. Las prendas hiladas con materiales sintéticos liberan microplásticos al ser lavadas, partículas que terminan por infectar el océano. “Está comprobado que la vida marina ya ingiere estos microplásticos que son imposibles de recoger”, agrega.
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En The New Denim Project operan siempre bajo la tesis de la biomimética, en la que nada se desperdicia y todo se transforma. En materia de diseño de producto, su modelo de ciclo cerrado y cero residuos ha limitado el color en sus tejidos, pues entre el 60 y el 70% del impacto ambiental de una tela proviene del tratado químico y el teñido del textil. En su cadena de producción, que realizan mayormente en seco, omiten éste paso para reducir su huella ecológica: “nos ponemos límites muy estrictos que van junto con nuestros valores”, dice Arianne. “Solo con usar materia prima reciclada nos ahorramos 20 mil litros de agua por cada kilogramo de algodón reciclado”, complementa. “No existe el desperdicio a menos de que lo destinemos a que sea desperdiciado”, esclarece Joanna. Incluso las cascarillas y raíces generadas en tratamiento que dan a sus hilos son destinadas a funcionar como composta para fertilizar las plantas de café y demás cultivos de la Finca San Jerónimo Miramar en Guatemala.
Actualmente las hermanas Engelberg han logrado establecer su propio departamento de confección, en el que diseñan prendas de vestir de su propia marca y artículos para el hogar desde su submarca Meema Home Goods, como mantelería, mandiles y servilletas de tela. A su vez, han creado colecciones con firmas estadounidenses como West Elm, Still Here, Industry of All Nations y Harare. Por otro lado, desde hace cinco años la residencia de Joanna en la Ciudad de México ha permitido que trabajen de la mano con diseñadoras y marcas mexicanas como Carla Fernández, Marca Nacional y Zii Ropa. Su impecable y compleja técnica de reciclaje, también ha cautivado a los mercados más remotos. Después de cuatro años construyendo una relación con la textil japonesa Takihyo, éste 2021 lanzaron The New Denim Project Japan. Joanna describe ésta alianza como una que atiende las necesidades particulares del mercado local de Japón, sin descuidar la calidad en su producción: “lo que más nos ha hecho sentido es fabricar todo en Guatemala y exportar a Japón. Aunque suena absurdo que vengan a abastecerse tan lejos a Guatemala, te da ésta idea de que tampoco existe tanta oferta de lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo”.
Para la familia Engelberg lo más apremiante es acercar al consumidor al proceso de manufactura textil y de esta manera abrasar una revolución en los principios de la industria. “Tenemos que cambiar esa creencia de que la única manera de vivir placenteramente es destruyendo nuestro ecosistema e indirectamente, a nosotros mismos. No conectamos que al contaminar el 95% de los ríos en Guatemala, eventualmente va a afectar al agua que ingerimos”, remata Arianne. El movimiento The New Denim Project ambiciona irradiar su ritualización del proceso, humanizar la cadena de valor por una industria más limpia, más lenta y más sana. A través de la hilatura de textiles reciclados, recuperar la noción de que la Tierra es un espacio que compartimos. “Reimaginar nuestro rol como visitantes de este planeta, de manera sostenible y colaborativa no competitiva”, concluye Arianne.
THE NEW DENIM PROJECT
Arianne y Joanna Engelberg
www.thenewdenimproject.com
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