La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
Más libros en Gatopardo:
Los libros indispensables de 2018
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La Revolución Mexicana inspiró a estos autores a analizar este movimiento desde su aspecto humano.
La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
Más libros en Gatopardo:
Los libros indispensables de 2018
La Revolución Mexicana inspiró a estos autores a analizar este movimiento desde su aspecto humano.
La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
Más libros en Gatopardo:
Los libros indispensables de 2018
La Revolución Mexicana inspiró a estos autores a analizar este movimiento desde su aspecto humano.
La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
Más libros en Gatopardo:
Los libros indispensables de 2018
La Revolución Mexicana inspiró a estos autores a analizar este movimiento desde su aspecto humano.
La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
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La revolución mexicana y sus consignas inspiraron igualmente a muralistas, músicos y cineastas, a plasmar en enormes frescos, partituras o en la gran pantalla del cine nacional, la imagen de soldaderas de largos rebozos a bordo de trenes o de campesinos de heroico porte y con sombreros de ala ancha, que ante el olvido buscaban igualmente justicia e igualdad de oportunidades. Los escritores y periodistas no se quedaron atrás; la influencia de este movimiento político fue humanizado y dimensionado por quienes fundaron un movimiento que los críticos llamaron "Novela de la Revolución".
Algunos de ellos expresaron su desacuerdo con el caudillismo y sus consecuencias. Otros vieron en el discurso de la revolución —convertida en una institución— una forma de perpetuar la injusticia. Algunos más, admirados por figuras como Villa o Madero, lanzaron una crítica en sus textos a quienes sentados en el poder pretendían blanquear o eliminar su papel en la historia. Hubo también quien se dedicó a documentar las muchas vidas que padecieron la guerra, pero fueron en su mayoría olvidadas durante la Revolución: los niños, las mujeres o los jóvenes levantados.
Estos cinco libros de la “Novela de la Revolución” son nuestras recomendaciones para conmemorar y enriquecer el contexto de este movimiento que comenzó el 20 de noviembre de 1910.
Los de abajo | Mariano Azuela
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”. Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa de la ambición de sus líderes.
La sombra del caudillo | Martín Luis Guzmán
Esta novela que es una fuerte crítica al caudillismo y a la institucionalización de un movimiento como la Revolución, algo que sobrevive hasta nuestros días. Está inspirada en el momento histórico donde Álvaro Obregón impuso a Plutarco Elías Calles como su sucesor y analiza las turbiedades que enmarcaron esta decisión.
La sombra del caudillo fue escrita por Guzmán Franco, quien también siguió de cerca a las tropas de Francisco Villa, un tiempo de su vida que plasmó en su novela El águila y la serpiente.
Guzmán fue desterrado de México por su fuerte oposición a Obregón y La sombra del caudillo fue publicada en España en 1929 y llevada al cine en 1960 por Julio Bracho. La película fue censurada en el país por cerca de 30 años, pero varias copias circularon de manera clandestina, por lo que algunos lograron verla en este periodo que culminó cuando se estrenó comercialmente en octubre de 1990.
Cartucho | Nellie Campobello
La Revolución Mexicana también tuvo un rostro femenino e infantil. En Cartucho, publicada en 1931, Nellie Campobello —alguna vez prima ballerina de México— narró a través de relatos cortos, cómo se desarrolló el movimiento armado desde la intimidad de su casa en Hidalgo del Parral en Chihuahua. A pesar de ser un testimonio, este libro esta considerado dentro de la Novela de la Revolución, por su carácter narrativo.
Contados desde el punto de vista de una niña de apenas diez años, el rumor de los fusilados, de los heridos, de los ahorcados, del temor constante, está presente a lo largo de las historias pero también el de la curiosidad de los habitantes del norte, ante el escenario revolucionario. En los relatos, más allá de los campos de batalla, están también las historias de un Pancho Villa que llora y de las mujeres que se enfrentaron a esa nueva realidad que cambió el rostro del país iniciado el siglo XX.
Memorias de campaña | Francisco Luis Urquizo
Francisco Luis Urquizo era conocido en los círculos literarios como “ el novelista del soldado”. Su nombre figuró junto con los de Azuela y Martín Luis Guzmán, como los pioneros de la “novela revolucionaria”. Sin embargo, sus novelas, escritas casi siempre desde el punto de vista del pelotón, le dieron un lugar especial en este movimiento literario.
Memorias de Campaña —que podría ser una autobiografía— editada por primera vez en 1971, podría considerarse una secuela de su conocida novela Tropa Vieja. Nos lleva al tiempo posterior a la “decena trágica”, que acabó con la vida y el mandato de Francisco I. Madero, tras ser fusilado al interior de Lecumberri, hecho que llevó momentáneamente a Victoriano Huerta al poder.
Con dotes de ironía y una postura antibelicista, Urquizo dejó ver a lo largo de la novela fenómenos como la leva y las órdenes de algunos superiores de la tropa que podrían ser cuestionables por su crueldad y que enmarcan esta historia que culmina con el asesinato de Venustiano Carranza.
Los relámpagos de agosto | Jorge Ibargüengoitia
Conocido por su sarcasmo, Ibargüengoitia vislumbró y diseccionó la revolución y el fin de ella en su novela Los relámpagos de agosto. Anterior a esta novela publicó una obra de teatro ubicada en el mismo espacio temporal —1928— llamada El atentado. con la que recibió el Premio Casa de las Américas .
Los relampagos de agosto es la primera novela del autor, publicada en 1964, que con un sarcasmo finísimo, destaza las ambiciones del movimiento a través de los ojos del general José Guadalupe Arroyo. El personaje ironiza a la perfección al caudillismo y la visión ególatra que tenían estos personajes respecto a su participación en la Revolución y su papel en la historia del país. El protagonista que combatirá “las malas jugadas del destino “está basado en las memorias de Juan Gualberto Amaya, un general que buscó escribir con letras doradas su nombre en los libros de la historia, pero que jamás lo logró.
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