Ser mujer y huir de Afganistán: las próximas refugiadas

Ser mujer y huir de Afganistán: las próximas refugiadas

Las mujeres enfrentan más riesgos y obstáculos que los hombres en su salida de Afganistán. Para ellas, será más difícil obtener el estatus de refugiadas en los países vecinos y en Europa.

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Tras la toma de poder más reciente en Afganistán por parte de los talibanes, alrededor del 80% de las personas que están huyendo son mujeres y niños, según Naciones Unidas. Sin embargo, las dificultades y el riesgo de salir del territorio son mayores para ellas que para los hombres: las rutas migratorias suelen ser más inseguras en sus casos –y, por lo tanto, más costosas–, y a ello se suma la postura de los talibanes y las condiciones que viven dentro del país.

“Muchas familias no quieren que sus hijas viajen solas”, dice Aaisha, quien abandonó Afganistán hace varios años. Para que una mujer pueda viajar al extranjero, casi siempre debe hacerlo en compañía de un hombre de su familia y, desde luego, eso supone más gastos. Pese a los avances en igualdad de género conseguidos durante la ocupación de Estados Unidos, sólo el 22% de las afganas mayores de quince años participan en el mercado laboral –en comparación con el 66% de los hombres–, por lo tanto, tienen menos dinero para huir.

También es común que las familias envíen primero a un hombre joven para que sea él quien solicite el estatus de refugiado, consiga trabajo y, finalmente, vaya sacando a los que se quedaron, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Afganistán es el tercer país del mundo que más habitantes expulsa, sólo después de Siria y Venezuela. Más de 2.6 millones de afganos viven en el extranjero como refugiados, según datos del 2020. Uno de los países vecinos, Pakistán, refugia al 55%, pero los hombres que consiguen ese estatus superan en 15% a las mujeres. En todas las naciones que reciben refugiados afganos, la brecha es mayor: hay 19% más hombres que mujeres.

“La gente que ahora está dejando Afganistán todavía no es refugiada, aún no tiene el estatus legal. Acceder a él implica recursos, poder tramitar y tener los documentos, el pasaporte, el acta de nacimiento. Por eso es tan difícil acceder al refugio. Es un trámite que supone que tienes la capacidad para documentarte, presentarte y argumentar ante un aparato burocrático”, explica la especialista en migración e investigadora del CIDE, Camila Pastor.

Al respecto, Afganistán tiene uno de los porcentajes de alfabetización más bajos del mundo: sólo el 43% de la población sabe leer y escribir, pero el número es mucho menor para las mujeres: apenas el 30%. Esto se convierte en otra dificultad para que las afganas se vuelvan refugiadas.

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