Azul de Prusia, el pigmento del Holocausto

Azul de Prusia, el pigmento del Holocausto

Regina Sienra
Fotografía de Jordana Btp


El pintor mexicano Yishai Jusidman expone «Azul de Prusia», donde utiliza un pigmento parecido a las manchas de gas de los campos de exterminio Nazi.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando el pintor mexicano Yishai Jusidman visitó la retrospectiva del belga Luc Tuymans en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, en 2010, se topó con una nota de los curadores en la que advertían que las pinturas que abordaban el holocausto eran borrosas y ambiguas. Argumentaban que no se podía entender lo que estaba en el lienzo porque el Holocausto no se podía representar. Por lo tanto, se expresaba la imposibilidad en el lienzo.

Ése fue el detonante para que Jusidman, de 53 años, creara “Azul de Prusia”, su exitosa serie de pinturas con las que se aproxima al tema del exterminio judío durante la Segunda Guerra Mundial. Y lo hace desde una nueva y desafiante perspectiva. Esta exposición ha recorrido el mundo y estará en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo hasta el próximo febrero de 2017.

Vistas generales de la exposición «Azul de Prusia» de Yishai Jusidman en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

El pigmento principal al que recurre Jusidman es el azul profundo y brillante. Inspirado por el reto que supuso a los curadores de Tuymans, el pintor decidió investigar sobre el tema para abordar el Holocausto. Ahí descubrió que en las cámaras de gas de los campos de exterminio como los de Majdanek y Stutthof en Polonia, fueron descubiertas manchas del mismo color y composición química que el pigmento. “Pensé: ‘Aquí hay un fenómeno químico aunado a un hecho histórico que se relacionan con la disciplina de la pintura. Para mí, ésa fue la llave, la clave’ ”, relata Jusidman.

“El azul de Prusia es la herramienta a través de la cual uno puede abordar la problemática sin caer en la sentimentalización, la metáfora, o el simbolismo fácil, porque el pigmento permite una relación que no está atrapada en la percepción subjetiva ni del artista, ni del espectador, ni de la víctima del Holocausto que ya no está”, señala el pintor.

La exposición “Azul de Prusia” se divide en cuatro partes: la primera son pinturas basadas en fotografías de archivo que retratan las cámaras de gas y otras habitaciones de los campos de exterminio. Las imágenes, de acuerdo con Jusidman, están prácticamente calcadas para evitar la distorsión de la mano del artista; sin embargo, los cuadros funcionan por sí solos y su peso los aleja de ser simples fotografías pintadas.

«Si la memoria del Holocausto no se puede representar, no se puede asumir la responsabilidad moral de hacer memoria», dice Yishai Jusidman.

La segunda está conformada por pinturas que recrean fotografías tomadas por el propio Jusidman en un viaje de investigación a Polonia y Alemania en 2012, las cuales muestran paisajes en torno a los campos de exterminio. Para concluir con la exposición, Jusidman creó una serie de monocromos con pigmentos cuyos nombres resuenan a la historia alemana: Además del azul de Prusia, están la tierra de Cassel —un café de tonos verdosos—, negro alemán de viña, y tierra de Bohemia —un verde brillante con toques azules.

No obstante, el artista descubrió que los trapos que había usado durante la creación de la serie eran obras en sí mismas y las adjunta a la muestra. “Es una pintura acerca de hacer pinturas sobre el Holocausto. Son como meta pinturas, y se relacionan a su vez con el fenómeno que dio origen a estas pinturas desde un principio, que son las manchas azules en las cámaras de gas y me pareció pertinente incluir esos trapos sobre bastidores y presentarlos como pintura, como el resultado del proceso de este proyecto.”

Jusidman recuerda la sentencia de Theodor Adorno: “No más poesía después de Auschwitz”, hecha en los años cincuenta e intenta explicar así la advertencia de los curadores de Tuymans. “Finalmente, si la memoria del Holocausto no se puede representar, no se puede recordar tampoco y si no se puede recordar, no podemos asumir la responsabilidad moral de hacer memoria”, declara.

“Este trabajo está hecho para provocar una aproximación emotiva a la historia, tanto como a la pintura misma”, dice Jusidman, quien encuentra una analogía en el apreciar una pintura, con la problemática de apreciar un evento histórico de la magnitud del Holocausto. “Cuando nos relacionamos con la historia estamos tratando de encontrar una conexión con un evento que va más allá del alcance de dónde estamos parados en el presente”, concluye.

Azul de Prusia, de Yishai Jusidman
Hasta el 12 de febrero de 2017.
Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC)
muac.unam.mx

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