Un automóvil Nissan es más que un vehículo seguro, funcional y duradero: es la materialización de una cultura que busca enriquecer la vida de las personas y crear sociedades más incluyentes por medio de la movilidad sustentable.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
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Un automóvil Nissan es más que un vehículo seguro, funcional y duradero: es la materialización de una cultura que busca enriquecer la vida de las personas y crear sociedades más incluyentes por medio de la movilidad sustentable.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
Un automóvil Nissan es más que un vehículo seguro, funcional y duradero: es la materialización de una cultura que busca enriquecer la vida de las personas y crear sociedades más incluyentes por medio de la movilidad sustentable.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
Un automóvil Nissan es más que un vehículo seguro, funcional y duradero: es la materialización de una cultura que busca enriquecer la vida de las personas y crear sociedades más incluyentes por medio de la movilidad sustentable.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
Un automóvil Nissan es más que un vehículo seguro, funcional y duradero: es la materialización de una cultura que busca enriquecer la vida de las personas y crear sociedades más incluyentes por medio de la movilidad sustentable.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
A finales de los años noventa, la industria automotriz tenía claro que el futuro de la movilidad estaba en la sustentabilidad. A los retos de la electrificación venidera y la innovación en infraestructura, que parecían evidentes, se sumaba el factor de la “comunidad”, el cual exigía un cambio de paradigma en la cultura empresarial. Hacía falta, entonces, que la responsabilidad social de las empresas se viera reflejada en el bienestar de las comunidades vivas con las que la industria interactuaba. En ese contexto, Nissan implementó su Nissan Green Program en 2002, una estrategia de sustentabilidad que ha demostrado que es posible innovar en movilidad y traer bienestar a las comunidades al mismo tiempo, y que en ello radica el sentido de su trascendencia. La clave de Nissan Green Program estuvo en la palabra “cero”: cero emisiones, cero accidentes, cero estrés hídrico en sus procesos de fabricación, cero impacto en la calidad del aire. A nivel mundial, la marca se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
Para implementar este programa en México, sus plantas en Aguascalientes, Morelos y el Estado de México sufrieron profundas transformaciones a nivel de infraestructura que posibilitaran el uso de energías limpias. Desde el año 2012 se empezó a utilizar energía creada por el biogás del relleno sanitario de la ciudad de Aguascalientes y, posteriormente, electricidad proveniente de parques eólicos. Para reducir a cero su impacto en la calidad del aire, innovaron en equipos y tecnología que permitieran controlar y reducir las emisiones contaminantes generadas en la operación.
En lo que a manufactura se refiere, han logrado el reciclaje de 100% de los residuos que generan, desde los embalajes hasta la arena sílica que se utiliza en la fundición. Y para eliminar el estrés hídrico, sus plantas reciclan las aguas residuales y captan el agua de lluvia. La planta Aguascalientes 2, por ejemplo, logró la captación de aproximadamente 35 000 metros cúbicos en 2022, con lo que se evitó la extracción de agua del subsuelo. Todo lo anterior derivó en certificaciones como la ISO 14001 para todas sus plantas, así como la de Industria Limpia, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, instancia que también brindó a Nissan México el Reconocimiento a la Excelencia Ambiental en tres ocasiones (2003, 2014 y 2017).
Esta transformación se ha dado de manera paralela al interior de la comunidad, pues la compañía ha integrado a la cultura corporativa los valores de Nissan Way. Abrazar la diversidad desde la empatía, ser transparentes y maximizar los resultados con un mínimo de recursos son algunos de los principios que impulsan acciones como el trabajo en equipo, la entrega de resultados medibles y el desafío cotidiano de generar un impacto positivo más allá de la empresa. Producto de esta cultura es un gobierno corporativo que se maneja con transparencia, equidad y rendición de cuentas, mediante el establecimiento de mecanis-mos para equilibrar el nivel de autoridad, responsabilidad y toma de decisiones. Para Nissan, promover la inclusión es sinónimo de impulsar la innovación, pues el respeto y la tolerancia para expresar la propia identidad conducen a crear igualdad de oportunidades de carrera y a construir un entorno de apoyo y colaboración. Entre sus programas internos destacan los Women’s Empowerment Principles de Naciones Unidas, la Feria de Empleo LGBT+ —junto con Pride Connection México— y la participación en Pride Connection México.
Merco, monitor para la evaluación reputacional corporativa, reconoció a Nissan México como una de las empresas más responsables en términos ESG en México en 2021, y ocupó el primer lugar dentro del ranking en la industria automotriz. Esta reputación se debe a iniciativas que incluyen la beneficencia (otorga becas a instituciones educativas, dona vehículos para causas sociales, comparte webinars con sus colaboradores, realiza donaciones a comunidades vulnerables, entre otras acciones), el voluntariado con colaboradores y una serie de programas que contribuyen a la educación, como Universidad Nissan, la primera universidad corporativa del sector en México con reconocimiento de validez oficial.
Aquellas compañías que contribuyan a la conservación ambiental y a la consolidación del tejido social perdurarán en el tiempo. Su existencia depende de la gestión ética de los recursos y de las relaciones positivas con las comunidades.
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