Como amante de los libros y la cultura, siempre estoy detrás de nuevos proyectos a los que pueda sumarme y soy también una buscadora incansable de sitios perfectos para sentarme a leer. Aeromoto es un lugar donde todo el ciclo cultural sucede; una gran definición de verdadero lujo, un espacio ideal para apoyar la cultura y saborear los momentos en torno a ella. Se trata de una pequeña biblioteca en la colonia Juárez, con la que me encontré casi por accidente durante una tarde, gracias a la lluvia.

La tormenta más violenta no parece tan estruendosa cuando la emoción es quien te lleva y se comienza la andanza. Para mí, la experiencia no se trata solamente de disfrutar el destino, sino también del camino hasta ella. El tránsito espeso y la inclemente duración de la tormenta no importan, ahí adentro se está a salvo, el tiempo interior toma otra dimensión.

Por esa razón llegué a Aeromoto con una gran sonrisa, un espacio encantador, especializado en libros de arte. La selección está tan bien pensada que, tras su inauguración en 2015, atrajo el apoyo de instituciones culturales y la atención de muchos vecinos que la visitan seguido para ver qué hay de nuevo. Cuando llevaba unos minutos recorriendo los estantes, Macarena, copropietaria del espacio, se acercó a mí. Pronto, me dijo, empezaría una charla con los fundadores de otros proyectos culturales independientes. Media hora más tarde, la pequeña biblioteca estaba abarrotada.

De eso se trata Aeromoto, de apoyar la cultura y de acercar al público no sólo a los libros en sus estantes, sino a otros proyectos artísticos y de alcance social. Una vez que la charla comenzó, fue una gran sorpresa escuchar la historia de Alejandro Morales, quien fundó una galería de arte y biblioteca móviles dentro de una enorme caja de tráiler. También estaban Amado Cabrales y Hellène Aligant, fundadores de Cuerpo Estratégico, cuyo trabajo se centra en capacitar a profesores de escuelas públicas en temas de arte contemporáneo. Al término de la charla, todos los asistentes teníamos preguntas para los líderes de estos proyectos. Yo quería saber más, así que me acerqué a todos ellos para preguntarles cómo podía involucrarme y ayudarlos a llegar a un público mayor.

Además de magníficos libros, Aeromoto ofrece experiencias y encuentros con gente que inspira largas conversaciones. Sin darme cuenta, lo que iba a ser una visita de pocos minutos se convirtió en una de más de dos horas que disfruté muchísimo. Por supuesto, pregunté cuándo sería la próxima charla y me apunté para regresar.