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Caballos del mar

Caballos del mar

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Tiempo de Lectura: 00 min

En Barbados, dentro de las Antillas del continente americano, los caballos del hipódromo nadan todas las mañanas en el mar Caribe antes de competir como parte de su rutina. Una actiividad que mezcla la cercanía de sus cuidadores casi como un ritual.

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de

"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

Te recomendamos leer: Gutulatus: radiografía de una foto de caballito de mar

El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

Te podría interesar: Montaña roja: la vida entre los campos de amapola

Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
Dos niños celebran al jockey Jeremiah Worrell quien desfila al caballo Gunsmoke antes de la cuarta carrera en la competencia del Boxing Day. 

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En Barbados, los cuidadores de caballos de carreras, llamados “grooms”, practican este ritual casi a diario. Los baños de mar no solo ayudan a que los caballos se refresquen y se recuperen del esfuerzo físico que realizan como parte de su entrenamiento, sino que también contribuyen a mejorar la confianza y relación con su cuidador. La primera vez que vi esto no pude dejar de asociar las imágenes con los recuerdos de mi infancia: los carruseles en los parques donde los caballos metálicos aparentaban estar suspendidos en el aire.
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En Barbados, dentro de las Antillas del continente americano, los caballos del hipódromo nadan todas las mañanas en el mar Caribe antes de competir como parte de su rutina. Una actiividad que mezcla la cercanía de sus cuidadores casi como un ritual.

"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

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El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

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Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
Dos niños celebran al jockey Jeremiah Worrell quien desfila al caballo Gunsmoke antes de la cuarta carrera en la competencia del Boxing Day. 

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En Barbados, dentro de las Antillas del continente americano, los caballos del hipódromo nadan todas las mañanas en el mar Caribe antes de competir como parte de su rutina. Una actiividad que mezcla la cercanía de sus cuidadores casi como un ritual.

"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

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El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

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Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
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En Barbados, los cuidadores de caballos de carreras, llamados “grooms”, practican este ritual casi a diario. Los baños de mar no solo ayudan a que los caballos se refresquen y se recuperen del esfuerzo físico que realizan como parte de su entrenamiento, sino que también contribuyen a mejorar la confianza y relación con su cuidador. La primera vez que vi esto no pude dejar de asociar las imágenes con los recuerdos de mi infancia: los carruseles en los parques donde los caballos metálicos aparentaban estar suspendidos en el aire.
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En Barbados, dentro de las Antillas del continente americano, los caballos del hipódromo nadan todas las mañanas en el mar Caribe antes de competir como parte de su rutina. Una actiividad que mezcla la cercanía de sus cuidadores casi como un ritual.

"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

Te recomendamos leer: Gutulatus: radiografía de una foto de caballito de mar

El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

Te podría interesar: Montaña roja: la vida entre los campos de amapola

Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
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"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

Te recomendamos leer: Gutulatus: radiografía de una foto de caballito de mar

El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

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Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
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"Así es como se debe sentir volar", pensé la primera vez que, sumergida en el mar, vi a un caballo nadando con un hombre colgado de su cuello.. 

Hace unos meses, estando en Barbados, me enteré de que los caballos del hipódromo nadaban todas las mañanas en el mar Caribe. No pude evitar querer saber y ver más.

Al día siguiente, con aletas y cámara en mano, fui a la playa Pebbles de madrugada, ansiosa por mirar este peculiar ritual desde el agua. Así conocí a Hayden, Daffi, Lusch, Jammin, y otros palafreneros de Barbados. Llamados “grooms”, estos hombres se dedican a cuidar a los caballos de carreras en la isla. Comienzan su día nadando con caballos en el océano. Ver ese espectáculo bajo el agua se convirtió en mi nueva fascinación. 

Durante los siguientes meses me tocó hacer varios viajes a Barbados, y cada vez que podía los acompañaba en su rutina, la cual comenzaba antes de que saliera el sol en las antiguas caballerizas del Garrison Savannah, continuaba bajo el mar Caribe en la playa Pebbles y seguía todos los sábados en el hipódromo.

En la madrugada, los cuidadores y sus caballos dominan la popular playa Pebbles . Algunos, como Lusch, el hombre de la izquierda, se dedican a cuidar caballos a tiempo completo, mientras otros lo hacen de vez en cuando, como la mujer de la derecha. La orilla de la playa se convierte en un espacio de encuentro entre cuidadores y entrenadores, quienes son observados por espectadores curiosos desde la playa.
 Hayden ha sido palafrenero en Barbados desde los 16 años. Se encarga de alimentar, asear y velar por el bienestar de dos caballos entre sus entrenamientos y carreras.  En la imagen asea a Dreamlake, caballo que cuida desde hace dos años. Le presta especial atención a Dreamlake, ya que es campeona múltiple y siempre apuesta por ella en las carreras. 
Los cuidadores guían a los caballos para entrar al océano. Para ayudarlo a estirar y calentar, el cuidador debe empujar su cuerpo contra el pecho del animal. Esto ayuda a generar resistencia mientras el equino galopa sobre el piso de arena. Luego, lo guía mar adentro, donde el caballo nadará y él se colgará de su cuello. 
Jammin, uno de los cuidadores, regresa de nadar en altamar con su caballo. En los últimos años, la cantidad de espectadores, turistas y locales que llegan a la playa a ver el ritual ha aumentado. Para Jammin, esto presenta una oportunidad de lucirse y de generar un ingreso adicional. Cuenta que le encanta posar para fotos y también sacarlas, por lo que ni bien regresa del mar, se presenta a los visitantes, les ofrece posar con su caballo y les arma sesiones de fotografías en la playa. 

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El ritual de nadar con los caballos ocurre en Pebbles, la playa más grande de la isla, al amanecer.  La proximidad al hipódromo y la ausencia de olas o grandes corrientes  vuelven a esta playa ideal para que los caballos y sus cuidadores  practiquen sus ejercicios en el agua. A Daffi le gusta llegar primero, ni bien sale el sol, y antes de que lleguen los espectadores. Para él, la mejor parte del ritual es el nado mar adentro. 
Después del baño de mar, Hayden enjuaga con agua dulce a Dream Lake en las caballerizas detrás del hipódromo. Una vez que termina el aseo Hayden llevará a Dreamlake con su su entrenador, quien la preparará para la próxima carrera. 
Las carreras de caballos llegaron a Barbados alrededor de 1845, cuando la isla pertenecía al Imperio británico. Los militares ingleses organizaban competiciones contra los dueños de las plantaciones de caña de azúcar. En la imagen, tomada a fines de diciembre de 2024, los espectadores comienzan a llenar el hipódromo Garrison Savannah ante la anticipada carrera del Boxing Day para ocupar un buen lugar y hacer apuestas. Esta carrera, que se celebra cada 26 de diciembre, es la última del año. 
Dos de la tarde, la segunda de las ocho carreras que ocurren en el evento del Boxing Day. Esta es una de las competencias más concurridas del año, y tanto las gradas del hipódromo como las de las afueras están llenas. Se vive un ambiente de fiesta, expectación y ansiedad. 

Te podría interesar: Montaña roja: la vida entre los campos de amapola

Daffi, frente a la entrada del Barbados Turf Club, la entidad que organiza y regula las carreras de caballos en Barbados, trae a Zorah de regreso de la playa. Él es cuidador de caballos desde adolescente, actividad que ha realizado en Barbados y Trinidad y Tobago. Hoy se dedica a ser cuidador de tiempo completo de tres caballos: Priceless, Lamborghini y Zorah.
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