El 7 de agosto de 1974, un accidente doméstico acabó con la vida de la escritora, poetisa y diplomática Rosario Castellanos, considerada una de las integrantes clave de la literatura mexicana en el siglo XX.
Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
En honor a su vida, recordamos cinco textos indispensables para conocer un poco más a Rosario Castellanos.
Sobre cultura femenina (o no)
Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
Ciudad Real
Dos años después de su debut en la literatura, Castellanos presentó Ciudad Real, su primera compilación de cuentos cortos donde denunciaba las condiciones miserables en las que han sobrevivido los indígenas de Ciudad Real -hoy San Cristóbal de las Casas- por años. Interesada en explorar las diferencias sociales marcadas por la raza en el estado donde vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia, Castellanos revisa la historia de los pueblos indígenas en la región chiapaneca y las razones por las que hoy sobreviven en condiciones de abandono. El texto ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1960.
Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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Recordamos los mejores textos de la escritora y diplomática mexicana Rosario Castellanos.
El 7 de agosto de 1974, un accidente doméstico acabó con la vida de la escritora, poetisa y diplomática Rosario Castellanos, considerada una de las integrantes clave de la literatura mexicana en el siglo XX.
Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
En honor a su vida, recordamos cinco textos indispensables para conocer un poco más a Rosario Castellanos.
Sobre cultura femenina (o no)
Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
Ciudad Real
Dos años después de su debut en la literatura, Castellanos presentó Ciudad Real, su primera compilación de cuentos cortos donde denunciaba las condiciones miserables en las que han sobrevivido los indígenas de Ciudad Real -hoy San Cristóbal de las Casas- por años. Interesada en explorar las diferencias sociales marcadas por la raza en el estado donde vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia, Castellanos revisa la historia de los pueblos indígenas en la región chiapaneca y las razones por las que hoy sobreviven en condiciones de abandono. El texto ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1960.
Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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El 7 de agosto de 1974, un accidente doméstico acabó con la vida de la escritora, poetisa y diplomática Rosario Castellanos, considerada una de las integrantes clave de la literatura mexicana en el siglo XX.
Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
En honor a su vida, recordamos cinco textos indispensables para conocer un poco más a Rosario Castellanos.
Sobre cultura femenina (o no)
Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
Ciudad Real
Dos años después de su debut en la literatura, Castellanos presentó Ciudad Real, su primera compilación de cuentos cortos donde denunciaba las condiciones miserables en las que han sobrevivido los indígenas de Ciudad Real -hoy San Cristóbal de las Casas- por años. Interesada en explorar las diferencias sociales marcadas por la raza en el estado donde vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia, Castellanos revisa la historia de los pueblos indígenas en la región chiapaneca y las razones por las que hoy sobreviven en condiciones de abandono. El texto ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1960.
Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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El 7 de agosto de 1974, un accidente doméstico acabó con la vida de la escritora, poetisa y diplomática Rosario Castellanos, considerada una de las integrantes clave de la literatura mexicana en el siglo XX.
Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
En honor a su vida, recordamos cinco textos indispensables para conocer un poco más a Rosario Castellanos.
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Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
Ciudad Real
Dos años después de su debut en la literatura, Castellanos presentó Ciudad Real, su primera compilación de cuentos cortos donde denunciaba las condiciones miserables en las que han sobrevivido los indígenas de Ciudad Real -hoy San Cristóbal de las Casas- por años. Interesada en explorar las diferencias sociales marcadas por la raza en el estado donde vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia, Castellanos revisa la historia de los pueblos indígenas en la región chiapaneca y las razones por las que hoy sobreviven en condiciones de abandono. El texto ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1960.
Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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El 7 de agosto de 1974, un accidente doméstico acabó con la vida de la escritora, poetisa y diplomática Rosario Castellanos, considerada una de las integrantes clave de la literatura mexicana en el siglo XX.
Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
En honor a su vida, recordamos cinco textos indispensables para conocer un poco más a Rosario Castellanos.
Sobre cultura femenina (o no)
Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
Ciudad Real
Dos años después de su debut en la literatura, Castellanos presentó Ciudad Real, su primera compilación de cuentos cortos donde denunciaba las condiciones miserables en las que han sobrevivido los indígenas de Ciudad Real -hoy San Cristóbal de las Casas- por años. Interesada en explorar las diferencias sociales marcadas por la raza en el estado donde vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia, Castellanos revisa la historia de los pueblos indígenas en la región chiapaneca y las razones por las que hoy sobreviven en condiciones de abandono. El texto ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1960.
Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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Nacida en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, Rosario Castellanos Figueroa utilizó la escritura como una válvula de escape para lidiar con la muerte de sus padres, en 1948. Poco después, se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde conoció a Jaime Sabines, Ernesto Cardenal, Augusto Monterroso y Ricardo Guerra, integrantes de la “Generación del Medio Siglo”, como se le conoció al grupo de poetas y escritores activos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su trabajo abordó temas como el peso de la política en la sociedad, la discriminación racial en Chiapas y muy especialmente, la opresión de género, convirtiéndose en un símbolo del movimiento feminista en Latinoamérica. Paralelo a su trabajo literario, Castellanos también se desempeñó como promotora cultural y ocupó cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Indiana, el Instituto Nacional Indigenista y el gobierno de la República; siendo embajadora mexicana en Israel durante sus últimos tres años de vida.
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Sobre cultura femenina (o no)
Durante su último año de carrera, Castellanos escribió un inteligente ensayo que cuestionaba la existencia de semejante cosa. El libro Sobre cultura femenina, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la tesis de titulación con la que Castellanos obtuvo el grado de maestra en filosofía en 1950. La autora, en ese entonces de 25 años, hace una revisión al pensamiento de su época, al mismo tiempo que ofrece un acercamiento a su carácter, precisión intelectual y capacidad de investigación.
Balún Canán
Tras dejar atrás la vida escolar, Castellanos se internó de lleno en la literatura de ficción con Balún Canán, novela publicada en 1957. A través de anécdotas de su infancia y estableciendo un vínculo entre su vida y la vida de uno de los personajes principales, la autora narra una serie de enfrentamientos entre indígenas y terratenientes, blancos o ladinos, por controlar los terrenos del pueblo chiapaneco de Balún-Canán, durante los primeros años de la reforma agriaría implementada por Lázaro Cárdenas. La novela, la primera de tres que escribió en su carrera, fue reconocida con el premio Chiapas de literatura en 1958.
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Oficio de tinieblas
En su segunda novela, Oficio de tinieblas, la autora penetra las circunstancias y la psicología de un grupo de indios chamulas que en 1867 se levantó en armas en San Cristobal de las Casas. El acontecimiento terminó con la crucifixión de uno de los protestantes, al que los manifestantes llamaron el “Cristo indígena”. Inspirándose en las enseñanzas de Simone Weil, Castellanos ejecuta un curioso ejercicio de memoria histórica donde deduce en su texto que el poder no es unívoco, pues proviene lo mismo del opresor que del oprimido.
Los convidados de agosto
Diez años antes de la muerte de Castellanos, Editorial Era publicó la compilación Los convidados de agosto, compuesta por tres cuentos y una breve novela enfocada en los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. En uno de sus últimos títulos editados, la poetisa y dramaturga reúne algunos de sus temas recurrentes en un drama de la pequeña clase media en las regiones más difíciles de México.
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