A pesar del sargazo, Playa del Carmen en Quintana Roo sigue siendo conocida por sus aguas azul turquesa y por ser uno de los principales destinos turísticos del sureste del país. Sin embargo, ayer en la madrugada en este paradisiaco lugar fue asesinado un periodista sin que las autoridades hayan resuelto o detenido a algún culpable hasta el momento. México, según cifras de la organización Reporteros sin Fronteras, es uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión periodística, sólo detrás de Afganistán y Siria.
Ruben Pat, quien dirigía un pequeño sitio de notas policiacas llamado Semanario Playa News, fue asesinado a las 5 de la mañana mientras salía del bar Arre, localizado a escasas cuadras de la Quinta Avenida de Playa del Carmen. El 25 de junio pasado, tras haber publicado una nota que vinculaba a las autoridades locales con gente del crimen organizado, Pat levantó una denuncia ante la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos por amenazas y tortura por parte de elementos de la policía local. Tras darse a conocer su asesinato la ONU-DH, condenó el crimen esperando “que las autoridades realicen una investigación pronta, exhaustiva y eficaz, tomando en cuenta los antecedentes de amenazas y ataques contra integrantes de Playa News”
Durante el transcurso de la mañana las autoridades municipales y federales lanzaron comunicados solidarizándose con los familiares y colegas del periodista; anunciando que activaron protocolos de investigación y de revisión a vehículos motorizados en la zona.
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En entrevista para Gatopardo, José Colin, Documentador del Programa de Protección y Defensa de Artículo 19 dice que, “el nivel de violencia contra la población civil en Quintana Roo ha sido inusitada en estos años, por lo que muchos reporteros están abandonando la nota policiaca o la nota roja. Temen sufrir represalias de las propias autoridades o del crimen organizado, pues este tipo de coberturas amenazan sus intereses particulares”.
Hace unas semanas, esas mismas autoridades siguieron un protocolo similar tras el asesinato del periodista José Guadalupe Chan Dzib, también colaborador de Playa News, cuando salía de un bar conocido como “La Baticueva” en el municipio Felipe Carrillo Puerto, en el centro del estado de Quintana Roo. Aún no hay detenidos.
“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
En las redes sociales del Semanario, colegas de Pat Cahuich y Chan Dzib reportan que ante la situación que se vive en su estado y las amenazas recibidas, el equipo ya estaba bajo el resguardo de un mecanismo de protección a periodistas y personas defensoras de los Derechos Humanos. Sin embargo, asegura Colín, “a veces los periodistas consideran la protección insuficiente o demasiado intrusiva”. Ante estas medidas, que suelen durar alrededor de 6 meses, Artículo 19 evalúa las fallas o aciertos del protocolo para proponer mejoras.
Con Rubén Pat ya son seis periodistas asesinados en lo que va del año por hacer su trabajo. A esa cifra hay que sumar el caso del periodista oaxaqueño Agustín Silva, quien está desaparecido desde enero, y aún no se sabe nada sobre su paradero.
Con el homicidio de Rubén Pat Cahuich, director del semanario Playa News en Quintana Roo, suman 45 periodistas asesinados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
A pesar del sargazo, Playa del Carmen en Quintana Roo sigue siendo conocida por sus aguas azul turquesa y por ser uno de los principales destinos turísticos del sureste del país. Sin embargo, ayer en la madrugada en este paradisiaco lugar fue asesinado un periodista sin que las autoridades hayan resuelto o detenido a algún culpable hasta el momento. México, según cifras de la organización Reporteros sin Fronteras, es uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión periodística, sólo detrás de Afganistán y Siria.
Ruben Pat, quien dirigía un pequeño sitio de notas policiacas llamado Semanario Playa News, fue asesinado a las 5 de la mañana mientras salía del bar Arre, localizado a escasas cuadras de la Quinta Avenida de Playa del Carmen. El 25 de junio pasado, tras haber publicado una nota que vinculaba a las autoridades locales con gente del crimen organizado, Pat levantó una denuncia ante la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos por amenazas y tortura por parte de elementos de la policía local. Tras darse a conocer su asesinato la ONU-DH, condenó el crimen esperando “que las autoridades realicen una investigación pronta, exhaustiva y eficaz, tomando en cuenta los antecedentes de amenazas y ataques contra integrantes de Playa News”
Durante el transcurso de la mañana las autoridades municipales y federales lanzaron comunicados solidarizándose con los familiares y colegas del periodista; anunciando que activaron protocolos de investigación y de revisión a vehículos motorizados en la zona.
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Hace unas semanas, esas mismas autoridades siguieron un protocolo similar tras el asesinato del periodista José Guadalupe Chan Dzib, también colaborador de Playa News, cuando salía de un bar conocido como “La Baticueva” en el municipio Felipe Carrillo Puerto, en el centro del estado de Quintana Roo. Aún no hay detenidos.
“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
En las redes sociales del Semanario, colegas de Pat Cahuich y Chan Dzib reportan que ante la situación que se vive en su estado y las amenazas recibidas, el equipo ya estaba bajo el resguardo de un mecanismo de protección a periodistas y personas defensoras de los Derechos Humanos. Sin embargo, asegura Colín, “a veces los periodistas consideran la protección insuficiente o demasiado intrusiva”. Ante estas medidas, que suelen durar alrededor de 6 meses, Artículo 19 evalúa las fallas o aciertos del protocolo para proponer mejoras.
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Hace unas semanas, esas mismas autoridades siguieron un protocolo similar tras el asesinato del periodista José Guadalupe Chan Dzib, también colaborador de Playa News, cuando salía de un bar conocido como “La Baticueva” en el municipio Felipe Carrillo Puerto, en el centro del estado de Quintana Roo. Aún no hay detenidos.
“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
En las redes sociales del Semanario, colegas de Pat Cahuich y Chan Dzib reportan que ante la situación que se vive en su estado y las amenazas recibidas, el equipo ya estaba bajo el resguardo de un mecanismo de protección a periodistas y personas defensoras de los Derechos Humanos. Sin embargo, asegura Colín, “a veces los periodistas consideran la protección insuficiente o demasiado intrusiva”. Ante estas medidas, que suelen durar alrededor de 6 meses, Artículo 19 evalúa las fallas o aciertos del protocolo para proponer mejoras.
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A pesar del sargazo, Playa del Carmen en Quintana Roo sigue siendo conocida por sus aguas azul turquesa y por ser uno de los principales destinos turísticos del sureste del país. Sin embargo, ayer en la madrugada en este paradisiaco lugar fue asesinado un periodista sin que las autoridades hayan resuelto o detenido a algún culpable hasta el momento. México, según cifras de la organización Reporteros sin Fronteras, es uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión periodística, sólo detrás de Afganistán y Siria.
Ruben Pat, quien dirigía un pequeño sitio de notas policiacas llamado Semanario Playa News, fue asesinado a las 5 de la mañana mientras salía del bar Arre, localizado a escasas cuadras de la Quinta Avenida de Playa del Carmen. El 25 de junio pasado, tras haber publicado una nota que vinculaba a las autoridades locales con gente del crimen organizado, Pat levantó una denuncia ante la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos por amenazas y tortura por parte de elementos de la policía local. Tras darse a conocer su asesinato la ONU-DH, condenó el crimen esperando “que las autoridades realicen una investigación pronta, exhaustiva y eficaz, tomando en cuenta los antecedentes de amenazas y ataques contra integrantes de Playa News”
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“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
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“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
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Hace unas semanas, esas mismas autoridades siguieron un protocolo similar tras el asesinato del periodista José Guadalupe Chan Dzib, también colaborador de Playa News, cuando salía de un bar conocido como “La Baticueva” en el municipio Felipe Carrillo Puerto, en el centro del estado de Quintana Roo. Aún no hay detenidos.
“Hay un porcentaje abrumador de impunidad en los crímenes contra periodistas. Las pocas investigaciones que no están libres de irregularidades se quedan inmóviles por la buroracia”, denuncia José Colín. En representación de la organización internacional Artículo 19, demanda que “los hechos se investiguen agotando las líneas que tienen que ver con la práctica del periodismo, porque que las fiscalías y las procuradurías regularmente buscan vincular estos asesinatos a cuestiones personales, para evitar la complejidad de un crimen ligado a cuestiones políticas y sociales”.
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