La movilidad en evolución
El tráfico de las grandes ciudades ha impulsado nuevas plataformas para mejorar la movilidad.
Car sharing, carpooling, vanpooling y ride hailing son algunas de las plataformas tecnológicas que emprendedores y armadoras están creando como solución a los problemas de movilidad de las grandes orbes, que se inscriben en la economía on demand, por un uso más inteligente del automóvil.
El temor de las grandes urbes ha sido que sus avenidas y calles se conviertan en verdaderos estacionamientos. Tan sólo en México el parque vehicular privado aumentó de 6.2 millones (en 1990) a 21.6 millones (en 2010), más de tres veces en sólo dos décadas, según estimaciones del ITDP (Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, por sus siglas en inglés) con datos del INEGI. Pero hoy este temor ha ido evolucionando. Con la ayuda de la tecnología, las urbes de hierro y concreto se están transformando en un cúmulo de redes interconectadas. Y las personas, a su vez, están modificando su consumo de transporte e interacción con un vehículo.
“Para las nuevas generaciones ya no será tan importante poseer un auto propio para poder moverse de forma eficiente”, así lo dice para Gatopardo Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del ITDP. “Cada vez más tecnologías darán formas de ir de un punto A a un punto B sin importar si es un auto propio o no”. En este sentido coincide Alejandro Sisniega, director general de Cabify México: “La gente está dejando sus vehículos en sus casas para usar todas las opciones disponibles a su alcance, entre ellas plataformas de ride hailing y carpooling”.
La campaña para repensar el uso del automóvil inició durante la década de los noventa, pero cobró mayor fuerza a partir de 2008. La industria automotriz sintió los efectos de la crisis financiera global: paralelamente, el mundo estaba cambiando. En la Unión Europea surgían regulaciones sobre emisiones de gas invernadero para los manufactureros y los jóvenes buscaban alternativas para trasladarse. En cambio, en los garages y hubs de tecnología, nacían nuevas maneras de pensar el automóvil. Conceptos como autos compartidos en sus diferentes modalidades (car sharing, car pooling y ride hailing) comenzaron a dominar la conversación alrededor de los autos. Plataformas como Uber y Cabify se volvieron parte del vocabulario común. Las ciudades se convierten en redes interconectadas y las personas, en usuarios híbridos de transporte.
“Está creciendo la movilidad intermodal, lo que significa que la gente quiere seleccionar su modo de movilidad, en cualquier momento, de la forma más efectiva”, señala Oliver Rosenthal, gerente de BMW México, América Latina y el Caribe. “En un futuro, todas las opciones de la movilidad estarán interconectadas”. Este nuevo esquema está dando un respiro a las ciudades mientras que a los autos, un uso más dinámico. El problema, coinciden especialistas, no es poseer un auto, sino cómo se utiliza.
Hoy las principales armadoras del mundo, como BMW, Nissan, Ford y Volkswagen están migrando hacia un enfoque de movilidad como servicio. Todas cuentan con proyectos piloto de movilidad en ciudades europeas y que, en un futuro, podrían incursionar en México. Más allá de la mera producción de autos, lo que buscan es convertirlos en dispositivos inteligentes y aliarse en la construcción de ciudades más incluyentes.
No es, dicen, el fin del automóvil, sino la transformación de su uso. Aquí, un vistazo a esa transformación.
CAR SHARING
Un auto se encuentra estacionado al lado de la calle. De pronto, una persona se acerca y accede a él con su celular. Lo usa y lo vuelve a dejar en un punto asignado que es posible rastrear a través de una aplicación. A este modelo se le conoce como car sharing, un esquema de renta que permite a las personas contratar automóviles para uso personal a través de una aplicación en un periodo corto, generalmente de una hora. El mayor referente en este caso es Zipcar, el servicio de autoservicio más grande del mundo, propiedad de la firma estadounidense de alquiler de automóviles, Avis Budget Group. Zipcar fue fundada en el año 2000 por dos mujeres en Cambridge, Massachusetts, con el fin de proporcionar a los habitantes de la ciudad acceso a un vehículo cuando lo necesiten. Hoy en día, cuentan con más de un millón de miembros en diez países y más de 500 ciudades.
“Al principio la gente nos llamaba locos”, dice Katelyn Chesley a Gatopardo, manager de relaciones públicas de Zipcar. “Es una evolución de la que estamos muy orgullosos. Continuamos ayudando a más de un millón de miembros, facilitando sus vidas y haciendo que las ciudades sean mejores, menos congestionadas y más sostenibles”.
Cada vez más, las automotrices están volteando a este segmento. La alemana BMW fue una de ellas. Tras una investigación, lanzó una unidad denominada “project i”. En junio de 2011, BMW lanzó con la ayuda de Sixt —la compañía de autos en renta— DriveNow, un servicio de car sharing premium en Munich, Alemania.
Hoy BMW está cambiando su rol tradicional de armadora de vehículos de lujo para convertirse en un proveedor sustentable de productos y servicios. Cuenta con un millón de clientes en 13 ciudades y más de 6 000 vehículos. “Nuestro plan de crecer es ambicioso, por eso estamos en proceso de juntar fuerzas con Car2GO, el servicio de car sharing de DAIMLER”, dice Rosenthal. Además de DriveNow, BMW introdujo otros servicios como ParkNow, una aplicación basada en San Francisco que permite a los usuarios reservar espacios libres de estacionamiento y ChargePoint, una red estación de recarga para autos eléctricos.
Pero BMW no es la única. Otra automotriz que ha incursionado en este modelo fue Nissan, quien a finales de 2017 presentó el servicio e-share mobi en Japón y que inició operaciones el 15 de enero de 2018. El programa forma parte de la estrategia Nissan Intelligent Mobility, la cual tiene el objetivo de brindar un servicio de vehículos compartidos que le permita a los usuarios experimentar las avanzadas tecnologías de la compañía en electrificación y conducción autónoma. Actualmente opera con el nuevo Nissan LEAF y Nissan NOTE e-POWER, sin embargo se espera ampliar la gama de modelos en el mediano plazo. Originalmente, este modelo inició con 30 estaciones, pero en julio del presente año anunció la expansión a 100 nuevas ubicaciones.
“Compartir vehículos será fundamental para abordar la oportunidad a largo plazo en los nuevos servicios de movilidad”, dice Herman Morfin, director de Comunicación Corporativa de Nissan Mexicana, para Gatopardo. “E-share mobi ofrece un valor no convencional a través de la tranquilidad, la facilidad de uso y la comodidad para los clientes”.
RIDE HAILING
El mundo vio nacer a Uber en 2009 y con ello se popularizó el concepto de ride hailing, un sistema en el cual una plataforma conecta a pasajeros con conductores para realizar traslados cortos en autos privados mediante el acuerdo de una cuota. La Ciudad de México es el mercado consentido. Es el segundo más importante de Uber. Además, fue el destino elegido por el gigante chino Didi Chuxing para su primera expansión internacional, lo cual habla de nuestro país como uno de los líderes de movilidad, además de Brasil, para el caso de América Latina.
“El mercado hoy en México ya está en un punto donde no hay que explicarle qué es movilidad o cuáles son las alternativas que existen, sino está en espera de que existan la mayor cantidad de alternativas posibles basadas en el tipo de consumo que el mexicano necesita”, dice Ramón Escobar, account manager de Easy, una aplicación de ride hailing que llegó a nuestro país en 2012 y que, en la primera mitad de 2017, creció 50 por ciento.
Tecnología y armadoras se unen para crear alianzas y mejorar la calidad del servicio. Por ejemplo, a inicios de 2018, la armadora Renault-Nissan-Mitsubishi anunció su asociación con DiDi Auto Alliance —conformada por la empresa china líder en plataformas de transporte y movilidad DiDi Chuxing—. La alianza explorará una cooperación empresarial para un nuevo programa de vehículos compartidos eléctricos en China para redefinir la movilidad inteligente.
“Este proyecto está en línea con la exploración de nuevos servicios de movilidad en la Alianza, incluido el lanzamiento de servicios de paseo en vehículos robotizados, como parte del plan estratégico de mediano plazo Alliance 2022 lanzado el año pasado por Renault-Nissan-Mitsubishi”, dice Morfin, de Nissan México.
Grupo Volkswagen —holding que incluye marcas como Audi, SEAT y Bentley— comenzó a detectar esta tendencia a principios de 2010. “Vimos que usuarios más jóvenes preferían moverse en una de estas nuevas aplicaciones en vez de buscar un estacionamiento o cuando tenían que salir a un evento social de noche”, dice Mauricio Gálvez, de VW. Así comenzaron a explorar cómo replantear su modelo de negocio.
En mayo de este año, Volkswagen anunció la inversión de 300 millones de dólares en la aplicación de ride hailing, Gett —antes conocida como GetTaxi— y que hoy opera en más de 60 ciudades alrededor del mundo. Tres meses después, también en este año, la automotriz reveló que para 2025 tienen la meta de convertirse en un “proveedor de servicios de movilidad”. Para lograrlo harán una inversión de 4 mil millones de dólares. El plan consiste en conectar todos sus modelos a internet, creando una arquitectura de tecnologías de información, y construir una plataforma en la nube que incluirá: car sharing, estacionamiento y package delivery para usuarios de vehículos.
“Como industria nos tenemos que adecuar a los cambios y preferencias que se dan entre los usuarios y la sociedad”, continúa Gálvez. “El modelo de negocios de la industria automotriz es diferente en términos de productos, tecnología y valores agregados que le das al cliente. Tenemos que estar atentos a los cambios y anticiparnos para sorprender con innovaciones”. Para 2019 lanzarán We-Share, un servicio de car sharing en Berlín con los modelos e-Golf y e-Up, autos eléctricos. La nueva iniciativa se llama Transform 2025+, la cual transformará a los autos en dispositivos conectados.
CARPOOL Y VANPOOLING
De una semana a otra, Alejandra Estrada, headhunter de una compañía de servicios de talento, tuvo que cambiar su ruta de traslado. Pasó de viajar alrededor de 20 minutos de su casa a Lindavista, a viajar a Santa Fe, considerada una de las zonas de más difícil acceso de la capital. Fue así como un amigo le contó de Bussi, un servicio de vanpooling, el cual funciona como un sistema de ruta de camiones —en este caso vans— en el que puedes reservar un lugar con anticipación mediante una aplicación. Desde entonces, Estrada no ha dejado de usar el servicio. “Es muy cómodo”, relata.
Vanpooling es un esquema de movilidad que, según especialistas, tiene mucho potencial de crecimiento, sobre todo en la Ciudad de México. Bussi nació en 2015 de la mano de tres emprendedores: Ricardo Martínez, Ramón Carmona y Víctor Cosío. En aquel entonces trabajaban en el centro de innovación de Carso, en Polanco, cuando uno de ellos, Ramón, cansado de tener que hacer dos horas de trayecto para llegar a Polanco, se preguntó: “¿Qué pasaría si hubiera un servicio para todos aquellos que nos enfrentamos al mismo problema?”. La solución fue un sistema de rutas de transporte para desplazar, sobre todo, a empleados a sus centros de trabajo. Aeropuerto-Santa Fe, Satélite-Polanco son algunas de las rutas.
“La mayoría de las personas que viajan con nosotros son de empresas y muchos se registran con su correo corporativo y demás. Nos gusta que con esto se crea comunidad”, dice en entrevista Víctor Cosío, uno de los fundadores de Bussi y que hoy ofrece más de 30 rutas.
A la oferta de vans que realizan recorridos como transporte público se suman Urbvan y Jetty. Cristina Palacio dirige Jetty; en 2010 fundó, junto con Alberto Padilla e Ignacio Cordero, la empresa pionera de carpooling Aventones. La idea era facilitar a los usuarios el acceso a una plataforma en línea y un software donde pudieran conocer las rutas de sus compañeros y compartir el automóvil. Después Aventones crearía la división de Rides, más enfocada a viajes cortos entre ciudades y que en 2015 fue comprada por la francesa Blablacar. De 2015 a 2017, Alberto Padilla fue director de Blablacar y, aunque en 2017 la empresa francesa anunció el retiro de sus oficinas en el país para atender a mercados más grandes, lo cierto es que se trató de una gran experiencia de movilidad.
“Con ese emprendimiento nos dimos cuenta de que formalizábamos una práctica que ya se hacía en foros o páginas de internet: comunidad para desplazarse de un lado a otro”, detalla Padilla. “Nosotros pusimos la herramienta necesaria para que la conocieran”.
La ruta que tuvo más éxito en sus años de vida fue México-Querétaro, con alrededor de 800 a 1 000 viajes disponibles. En su auto, dice Padilla, llegaron a pasar alrededor de 70 personas.
El carpooling sigue al alza. Según el último reporte de Tendencias de Internet de la consultora Mary Meeker’s, el gigante Uber reportó que el número de viajes de la modalidad UberPOOL representan el 20% a nivel global.
HACIA EL SUEÑO COMÚN
En 2011, Bill Ford, CEO de Ford Company, mencionó en un Ted Talk, que si bien hace unos años uno de sus miedos era no vender el suficiente número de autos, lo cierto es que ahora su preocupación es lo que pasaría si las ciudades siguieran incrementando su parque vehicular. De seguir así, dijo en aquella ocasión, estaríamos en el umbral de una crisis global sin precedentes. Así pues, las ciudades deberían replantear el uso de autos como la única opción de movilidad. Que lo reconociera una de las armadoras más emblemáticas fue todo un hito. Más allá de ponerlos nerviosos, la automotriz desde entonces comenzó a explorar opciones diferentes de movilidad con el fin de adaptarse
a los cambios que demandan las nuevas generaciones y tendencias de transporte.
“El contexto habrá cambiado, pero nuestro propósito es el mismo que planteó nuestro fundador, Henry Ford”, dice Elizandro Rojas, vocero de Smart Ford Mobility. “Queremos mejorar la calidad de vida de las personas mediante la movilidad, que a su vez da libertad y progreso”.
Actualmente la compañía se encuentra realizando programas piloto, “trajes a la medida”, como lo define Rojas, para saber qué servicio funciona en qué ciudad y en cuál no. Ésas y otras directrices son algunas de las que las nuevas generaciones verán y de las que serán parte. Y no sólo eso, también se trabaja arduamente en la promoción de autos más inteligentes, menos contaminantes, que ahora ya comienzan a operar en ciudades europeas o estadounidenses. En México, dicen especialistas, aún falta infraestructura para que estos modelos lleguen, pero puede estar más cerca de lo que creemos.
“Para 2050, más de 70% de la población estará viviendo en las ciudades urbanizadas, las concentraciones de las ciudades seguirán creciendo. Las soluciones de movilidad deben ir alrededor de eso”, dice Laura Barrera, directora de Intertraffic, la expo de movilidad más grande de América Latina. “La venta de autos sigue creciendo, lo que se está modificando es su uso”.
La revolución de movilidad es innegable. Comenzó con nueva oferta de esquemas de transporte, pero eventualmente evolucionará a transformar a los automóviles en dispositivos inteligentes. Todo esto es sólo una parte de lo que vendrá, todo con miras a buscar el objetivo que acompañó a la creación de un automóvil: mejorar la calidad de vida de las personas.
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