Así arrancó el Festival de Cine de Morelia
First Man, una de las películas clave en la carrera al Oscar, abrió la 16° edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Morelia – Entre gritos, cuadernos que sorteaban cabezas en busca de un autógrafo, e incluso el Cielito Lindo interpretado por un grupo de fanáticos desesperados, el director Damien Chazelle y el guionista Josh Singer abrieron la 16° edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). La muestra arrancó con la exhibición de El primer hombre en la luna (First Man), una de las películas que podrían figurar entre las nominadas al Premio Oscar el próximo año.
La cinta, presentada anteriormente en los festivales de Toronto y Venecia, explora el camino emprendido por la NASA y el astronauta Neil Armstrong (interpretado por Ryan Gosling) para ganar la llamada “carrera espacial” y conquistar la superficie lunar. La película ofrece un cambio de perspectiva respecto a otros trabajos dedicados a narrar dicho evento, interesándose en los sacrificios que llevaron a aquel logro humano.
Con su acostumbrado control de las técnicas, Chazelle explora su historia con detenimiento y acercamientos (tanto visibles como metafóricos) a sus personajes principales: Armstrong, presentado desde un punto crítico; y su esposa Janet (Claire Foy), una mujer cuya estabilidad queda en riesgo cada vez que su esposo sale de casa, temiendo perderlo, pero ilusionándose con su promesa de llegar a las estrellas.
Sin la pasión que había presumido en filmes como Whiplash: Música y obsesión (Whiplash) y La La Land: Una historia de amor (La La Land), Chazelle no se deja llevar por el espectáculo propio de un alunizaje (de hecho, en una de sus decisiones más extrañas y afortunadas, filma en gran formato y presenta su película en pantallas IMAX dotada de una explosión de grano similar a las películas capturadas en súper 8). Se arriesga en pro de la intimidad y la humanidad propia de la anécdota, no aquella que dio un gran salto con el primer paso de Armstrong, sino con la que el astronauta vivió su epopeya y los duelos que la acompañaron. Como una anomalía en la filmografía de Chazelle, un director que ha conquistado al cine con su ritmo musical, aquí se muestra en su aspecto más formal y académico. First Man es un afortunado experimento.
Otra persona que se arriesgó con su propuesta y nos llevó al pasado, en este caso el México de los frívolos años 80, fue la cineasta Alejandra Márquez Abella. Ella presentó dentro de la sección en competencia su segundo largometraje, Las niñas bien, inspirada en la serie de relatos publicados por Guadalupe Loaeza en los últimos años del siglo pasado.
Puliendo la narración de Loaeza, que en su transición al cine podría prestarse para la sátira y la burla fácil, Márquez se enfoca con delicadeza en la psique de una mujer de clase alta (Ilse Salas, luciéndose en pantalla y demostrando que puede llevar el peso protagónico de cualquier proyecto) en camino a la decadencia. Durante la cinta, que estrenará en salas el próximo año, la cineasta examina con cautela los lujos y costumbres de una sociedad alejada de su realidad, donde los chistes políticos son cosa de todos los días, a pesar de que no los entienden, ni quienes lo dicen ni quienes lo oyen; y el asenso de una mujer a la que no identifican como su similar aún causa escozor.
Respaldada por un cuidado diseño de arte y una fotografía a la old school, cortesía de Dariela Ludlow (también responsable de No quiero dormir sola y Los adioses), Márquez Abella se impulsa con su crítica historia, al mismo tiempo que nos recuerda que la sociedad mexicana no ha cambiado mucho en treinta y ocho años, para fortuna de algunos y desgracia de casi todos.
Rodeado por su elenco y equipo más cercano, Alonso Ruizpalacios presentó Museo, su segundo largometraje de ficción. En su regreso al festival donde estrenó su aclamada ópera prima, Güeros, el cineasta recalcó la importancia que tiene la historia en nuestras sociedades. Por su parte, el actor Gael García Bernal, protagonista del filme, aprovechó para alzar la voz en contra de los comentarios xenófobos que desató la llegada de la caravana migrante a México: «No hay lugar para la xenofobia, no hay lugar para el racismo. (…) Alguien que tiene esa postura, para mí, no debería entrar en la discusión», dijo categórico.
Dentro de la competencia oficial, el joven realizador Isaac Cherem presentó su filme Leona, escrito en colaboración con Naian González Norvind, quien también lo protagoniza. En él, el director presenta cómo la relación entre una chica judía (González Norvind) y un joven goy, como se le conoce a todos aquellos que no profesan la religión de Abraham (Christian Vázquez), se ve constantemente entorpecida por las creencias y tradiciones conservadoras de la familia de la chica. Además de funcionar como una ligera comedia, atípica en la industria mexicana, la cinta crítica agudamente a la comunidad judía, presentada en como un grupo social (más que cualquier otra cosa) cerrado a cualquier otro que no sea su similar.
Los Premios Fénix aprovecharon la plataforma mediática del FICM para presentar a las figuras que serán reconocidas en sus categorías especiales durante su próxima edición. El productor y guionista Luiz Carlos Barreto, conocido como una de las personalidades más importantes del Cinema Novo brasileño, recibirá el Premio de los Exhibidores, otorgado por las academias de cine de Iberoamérica. Por otro lado, el reseñista y programador de cine argentino Luciano Monteagudo será galardonado con el Premio al Trabajo Crítico. También se anunciaron las cinco películas que podrán ser votadas por el público para alzarse con el Premio Fénix de los Exhibidores. Se trata de las producciones españolas Lo que de verdad importa, Perfectos desconocidos, La posesión de Verónica, Nieve negra y la argentina Mamá se fue de viaje. Los premios serán entregados el 7 de noviembre, durante la 5° entrega de los Premios Fénix.
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