Vittorio de Sica, artífice del Neorrealismo
A 44 años de su muerte recordamos al director y actor italiano con lo mejor de su carrera.
Vittorio de Sica fue uno de los directores italianos más influyentes en la historia del cine mundial. Casi siempre con la piel bronceada y vestido en impecables trajes de lana, inspiró la mayor parte de su trabajo en los escenarios de la Italia de la postguerra.
De Sica perteneció al movimiento neorrealista italiano, una corriente cinematográfica que quería alejarse del cine fascista, que era mayormente musical. El neorrealismo —cuyo padre es Roberto Rosselini— cambió el rumbo del cine quitando la pátina de oropel, para mostrar locaciones reales y escenas que cobraban vida con actores no profesionales.
A lo largo de su carrera cinematográfica, que comenzó en 1917 y también participó como actor, ganó diversos premios y nominaciones alrededor del mundo por su trabajo. A 44 años de su muerte —el 13 de noviembre de 1974— a consecuencia de un grave cáncer de pulmón, hacemos un recuento de las mejores películas de este hombre, que también gustaba de apostar.
Los niños nos miran (1944)
Esta película está basada en la —muy difícil de encontrar— novela Prico, escrita en 1931 por Cesare Giulio Viola. Para muchos críticos Los niños nos miran es una de las películas más interesantes que dirigió de Sica a lo largo de los 57 años de su carrera. En ella y con un tono melodramático, logra hacer un retrato de la infancia en tiempos de guerra, criticando al mundo de los adultos a través de la dura situación que vive un niño de clase media llamado Prico.
A lo largo de esta película, el pequeño no solo es ignorado y maltratado por sus padres, sino también por su contexto, al grado de llevarlo a acabar con su vida.
El limpiabotas (1947)
En esta película filmada en 1947, dos amigos —Pasquale y Giuseppe— se dedican a lustrar zapatos, pero tienen un sueño: tener un caballo. Ese sueño que podría parecer inalcanzable, se vuelve cercano cuando conocen a un mafioso que les ofrece un trabajo sencillo con el que podrían conseguir dinero para comprarlo. Tras realizar el trabajo y montando el caballo por las calles de Roma, son acusados de un crimen que no cometieron. Los jóvenes amigos son enviados a un reformatorio, y a lo largo de la película podemos ver cómo su amistad se pone a prueba ante la dramática situación que termina en tragedia.
Como en varias de sus películas de este periodo, de Sica logra con ironía criticar al estado y la sociedad italiana.
Ladrón de Bicicletas (1948)
Esta es tal vez la película más conocida de Vittorio de Sica, y es también una de las películas más emblemáticas del neorrealismo. En ella trabajaron la dupla De Sica-Zavattini, inspirados en una novela homónima escrita por Luigi Bartolini, publicada ese mismo año.
La película, otra ventana a los difíciles tiempos de la posguerra, muestra las dificultades que enfrenta un hombre que acaba de conseguir trabajo —algo difícil en tiempos de crisis— cuando le roban su herramienta principal: una bicicleta con la que pega carteles en toda la ciudad.
A lo largo de la historia podemos ver las peripecias que hace Antonio por recuperar su bicicleta robada. Pasa por el mercado negro, la policía y una vidente con tal de conseguir lo que era suyo. La tragedia llega cuando decide vengarse y roba otra bicicleta. Cuando lo hace se enfrenta a la sociedad y al estigma de ser él mismo un Ladrón de Bicicletas.
La película, filmada en Roma, fue nominada al Oscar por Mejor Guión y más tarde obtuvo un Premio Honorario por ser la Mejor Película Extranjera estrenada en 1949. Además, ganó un Golden Globe, un BAFTA y diversos premios en Italia.
Milagro en Milán (1951)
Esta película ha inspirado a grandes cineastas, entre ellos a Steven Spielberg, quien reinterpretó el final de esta película de fantasía, para hacer la famosa escena donde E.T. —el carismático alienígena— desafía la gravedad en una bicicleta junto con su amigo Eliot para escapar de la policía.
La historia de Milagro en Milan, donde se puede ver la antigua estación de trenes de Lambrate, tiene fuertes cargas de magia. En ella se cuenta la historia de un niño llamado Toto, que es abandonado y adoptado por una mujer mayor que muere al poco tiempo. Solo de nuevo es ingresado en un orfanato, pero las suerte le vuelve a sonreír una vez alcanzada la mayoría de edad. Saliendo de su reclusión, encuentra un lugar para vivir en un barrio de la periferia de Milán, donde milagrosamente el fantasma de la mujer que lo adoptó, le regala una paloma blanca que puede cumplir cualquier deseo. Con ella ayuda a la gente de su barrio, pero pronto se ve inmiscuido en diversos problemas que tratará de solucionar a lo largo del filme.
Umberto D. (1952)
Para muchos esta película es una de las cumbres del neorrealismo. Eso se debe, quizá, a la dupla que formaron de Sica y Cesare Zavattini, uno de los guionistas y teóricos claves de este movimiento cinematográfico. Ambos estaban interesados en mostrar el verdadero rostro de la condición humana, sin los adornos de sets, iluminación, vestuarios y maquillaje. La película está basada en la historia de vida del padre de Vittorio de Sica y narra el día a día de un anciano retirado.
Zavattini consiguió una nominación al Oscar por Mejor Guión y de Sica logró una nominación al Premio del Jurado en el Festival de Cannes.
El oro de Nápoles (1954)
Durante algún tiempo las películas italianas se dividieron en pequeños episodios o sketches que tenían una relación temática o espacial, aunque el hilo narrativo no tenía mucho que ver entre una y otra. El oro de Nápoles está dividida en cinco partes y cuenta de manera cómica la vida cotidiana de los habitantes de esta ciudad al sur de Italia. Quizá el episodio más famoso es Pizza a Crédito, protagonizado por una joven Sophia Loren que iba rumbo al estrellato.
Adiós a las armas (1957)
Vittorio de Sica no sólo dirigió, actuó en más de 150 películas, pero su papel más famoso fue en este filme dirigido por Charles Vidor, inspirado en la biografía y la novela homónima de Ernest Hemingway.
Con este trabajo De Sica consiguió llegar al público norteamericano, una audiencia difícil para el cine extranjero, con una nominación al Oscar como mejor actor de reparto, interpretando al Mayor Rinaldi.
Dos Mujeres (1961)
Gracias a esta película Sophia Loren ganó reconocimientos mundiales, interpretando a una mujer que escapa junto a su hija de los bombardeos en Roma por parte de las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Ambas encuentran refugio en la Ciociara, una región provenzal en las montañas centrales de Italia. Una vez que escuchan que Roma ha sido liberada, ambas emprenden un viaje de regreso donde viven cosas terribles, entre ellas una violación al interior de una iglesia por partisanos franceses.
Dos mujeres está basada en una novela homónima escrita por Alberto Moravia en 1957. La adaptación cinematográfica de Vitttorio de Sica logró conquistar —al igual que Loren— al público que se encontraba fuera de Italia.
Ayer, hoy, mañana (1963)
Esta película marcó un cambio definitivo en la filmografía de Vittorio de Sica. En ella se narran las historias de amor —en pequeños cortos cómicos— de tres parejas en diversos lugares de Italia: Roma, Nápoles y Milán. Las tres historias son protagonizadas por el dúo dinámico formado por Sophia Loren y Marcello Mastroianni.
De las tres historias, el segmento nombrado “Mara” es el más recordado. En este sketch, Sophia Loren interpreta a una trabajadora sexual que intenta ayudar económicamente a una vecina mayor. En escena más famosa del corto, la despampanante Sophia Loren le hace un streaptease a Mastroianni. La escena sería homenajeada y recreada 30 años después —y con los mismos actores— en el filme de 1994 Pret-a-Porter, dirigido por Robert Altman.
El jardín de los Finzi-Contini (1970)
En El jardín de los Finzi-Contini, de Sica explora el fascismo y la persecución contra los judíos italianos en Ferrara. En la película podemos ver la historia de una familia intelectual de clase alta y la manera como se enfrenta al drama de la guerra. Muestra también como las amistades y el amor muchas veces no sobreviven a contextos como este. La película ganó un Golden Globe, un Oscar y un premio BAFTA, todos como mejor película extranjera. También ganó un Donatello, la versión del Oscar all’italiana.
Esta fue una de las últimas películas que dirigió Vittorio de Sica. Se cree que este es un retorno al cine de autor o al cine artístico por parte del director, pues a lo largo de la década de los 60, exploró un cine mucho más comercial, un movimiento diferente al neorrealismo que adquirió el nombre de «Commedia all’italiana» (donde explotó más su faceta de actor). Una de las películas que dirigió en este género es la famosa Boccaccio 70’ y Ayer hoy y mañana.
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