El caso P. Diddy: un iceberg del abuso en la industria musical

El caso P. Diddy: un iceberg del abuso en el mundo musical de Estados Unidos

Tras la detención del rapero y productor musical Diddy en septiembre de 2024, se ha destapado una serie de abusos que incluyen prácticas sexuales forzadas, uso de drogas, armas de fuego, violencia física y psicológica. Este es un recorrido al historial de abusos del productor detenido.

Tiempo de lectura: 15 minutos

Era el lunes 16 de septiembre cuando Sean Combs —también conocido como Puff Daddy, P. Daddy o simplemente Diddy—, fue detenido en un hotel de Manhattan, Nueva York. El famoso productor musical, rapero y empresario estadounidense de 54 años había sido imputado por un gran jurado por los delitos de tráfico sexual y crimen organizado.

Tras su detención, Diddy fue trasladado al Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, donde aún continúa. La acusación formal en su contra alega que abusó, amenazó y coaccionó a mujeres y hombres de su entorno para satisfacer sus deseos sexuales, proteger su reputación y ocultar su conducta. 

Para conseguirlo, Puff Daddy “se apoyó en los empleados, los recursos y la influencia del polifacético imperio empresarial que dirigía y controlaba, creando una empresa criminal cuyos miembros y asociados se dedicaban e intentaban dedicarse, entre otros delitos, al tráfico sexual, trabajos forzados, secuestros, incendios provocados, sobornos y obstrucción a la justicia”, dice el documento legal.

El imperio empresarial de Sean Combs se integra por las compañías Bad Boy Entertainment, Combs Enterprises y Combs Global, a las que de manera colectiva se les llama “Combs Business”. Los negocios de P. Daddy se integran por sellos discográficos, un estudio de grabación, una línea de ropa, un negocio de bebidas alcohólicas, una agencia de mercadotecnia, una cadena de televisión, entre otros más.

Freak offs, el método con el que P. Diddy vulneraba a sus víctimas

Según el documento legal, al menos desde 2008 —o alrededor de esa fecha— P. Daddy utilizaba su poder y prestigio como músico, empresario y figura importante de la industria del entretenimiento para atraer a sus víctimas, muchas de ellas mujeres, con el pretexto de establecer una supuesta relación. Una vez la víctima era captada, Puff Daddy utilizaba coacción física y psicológica: “Mantenía el control sobre sus víctimas mediante violencia física, promesas de oportunidades profesionales, […] el seguimiento de su paradero, la supervisión de sus historiales médicos, el control de su vivienda y el suministro de sustancias controladas”. Esto para que las víctimas participaran en actividades sexuales planeadas por el productor musical; los abusos incluían los freak offs (encuentros de víctimas con trabajadores sexuales hombres). “Con la ayuda de miembros y asociados de la Combs Enterprises, transportaba, y hacía transportar, a trabajadores sexuales a través de fronteras estatales e internacionales”, explica la acusación.

Los abusos sexuales llegaban a durar varios días, ya que P. Daddy suministraba sustancias como ketamina, éxtasis y GHB (ácido gamma-hidroxibutírico) a las víctimas “para que pudieran y siguieran participando en los freak offs, a pesar del cansancio, el agotamiento físico y emocional y el dolor”.

Los freak offs eran dirigidos por Sean Combs, pues ordenaba qué se hiciera en ellos, grababa los abusos —utilizaba los videos como garantía para asegurar la obediencia y el silencio de las víctimas— y se masturbaba mientras los presenciaba. Pero Puff Daddy no actuaba solo. Los abusos sexuales eran organizados con ayuda de los empleados de su empresa Combs Enterprises, quienes reservaban habitaciones de hoteles y, en ocasiones, se presentaban armados en los encuentros, algo que también hacía P. Daddy para presionar a sus víctimas.

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Debido a una serie de demandas presentadas en su contra a finales de 2023, y durante los primeros meses de 2024, agentes del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos allanaron las residencias de Diddy en Miami y Los Angeles e incautaron armas de fuego, entre las que estaban tres fusiles semiautomáticos AR-15 con los números de serie borrados, municiones, drogas y más de 1 000 lubricantes y botellas de aceite para bebé.

Tras la detención de Sean Combs, su abogado defensor Marc Agnifilo solicitó al juez Andrew L. Carter Jr. que el empresario y rapero siguiera el proceso en libertad, con una propuesta que incluía un arresto domiciliario con monitoreo GPS y una fianza de 50 millones de dólares. La solicitud fue negada, ya que se consideraba que el acusado representa un peligro para víctimas y posibles testigos.

Sean Combs, un bad boy hasta la médula

Puff Daddy, P. Daddy, Diddy y, recientemente, Love —el rapero pidió que se le llamara así luego de que en septiembre de 2023 publicara su último disco The Love Album: Off the Grid, nominado a dos Grammys—. Pero antes de haber adoptado todos estos nombres artísticos, era simplemente Sean Combs. Nació en Nueva York, el 4 de noviembre de 1969. En “I Am Fashion. Guess who Puff Daddy wants to be?”, un perfil escrito por el periodista Michael Specter, publicado en The New Yorker en septiembre de 2002, se describe así su vida antes de la fama:

El padre de Combs, Melvin, trabajó muchos años como conductor de limusinas, y su madre, Janice, le dijo que su padre había muerto ‘en su coche’. Eso era cierto, pero Melvin Combs no murió en un accidente; era traficante de drogas, y una noche de 1972 lo mataron a tiros en su coche, en Central Park. La madre de Combs crió a Sean y a su hermana pequeña, Keisha, sola, con tres trabajos —conductora de autobús escolar, profesora en una guardería local y cuidadora de niños con parálisis cerebral— mientras su madre [la abuela de Diddy] cuidaba de los niños.

Asistió a una preparatoria católica en el Bronx y a la Universidad Howard, en Washington, D.C. En 1990, mientras era un universitario de 20 años, entró a la industria de la música; su sueño era ser productor musical. Le rogó al entonces presidente de Uptown Records, Andre Harrell —cuenta Michael Specter en su texto—, que le permitiera trabajar como pasante en la disquera. “Pronto se sorprendió por la capacidad de trabajo de Puffy. Combs tomaba el tren de Washington a Nueva York todas las semanas para trabajar para Harrell; al poco tiempo, abandonó Howard, se mudó a la casa de Harrell”, escribió Specter.

En 1993 fundó su propia disquera Bad Boy Records y al siguiente año se publicó el que quizá sea el álbum más importante en la historia del sello: Ready to Die (1994) de Notorious BIG (Christopher Wallace), uno de los raperos más reconocidos de la historia, que sería asesinado a los 24 años en 1997, días antes de que se publicara su segundo álbum Life After Death. Además de Biggie, Bad Boy Records ha firmado a artistas como Faith Evans, Mase, Shyne, Black Rob, y grupos como Boyz N Da Hood, Total y 112.

El primer caso relacionado con eventos violentos que se le conoció a Puff Daddy ocurrió dos años después de la muerte de Notorious BIG, en 1999. El 27 de diciembre de ese año fue arrestado junto con su entonces novia, la cantante y actriz Jennifer Lopez, el rapero Shyne (Moses Michael Levi Barrow) y Anthony Jones, uno de sus guardaespaldas, luego de un tiroteo en un antro de Manhattan. En el auto en que iban se encontró una pistola sin registro; solo Shyne fue condenado: nueve años de prisión, por los delitos de agresión y tenencia ilícita de armas de fuego, que cumplió en una prisión federal para luego ser deportado a su natal Belice; Diddy y su guardaespaldas fueron absueltos en 2001; contra Lopez no se presentaron cargos. Sin embargo, a pesar de la condena de Levi Barrow, aparentemente aún hay cosas por resolver en este caso, ya que una mujer llamada Natania Reuben declaró poco después del arresto de Combs a The Daily Beast que este le había disparado durante aquella madrugada del 27 de diciembre.

Cassie Ventura, el caso que destapó la conducta de P. Diddy

La acusación de abuso sexual del 16 de septiembre no era la primera que Sean Combs había recibido en su vida. Casi un año antes, el jueves 16 de noviembre de 2023, Casandra Ventura demandó a Sean Combs ante un Tribunal Federal del Distrito de Manhattan por violación y abusos físicos.

Casandra Ventura es una cantante de géneros como R&B y hiphop que se presenta con el nombre artístico de Cassie. En la demanda cuenta que conoció a Puff Daddy en 2005, cuando ella tenía 19 años y él 37. Según lo que se narra, todo comenzó luego de que él escuchó una canción suya en un club y se interesó en ficharla para Bad Boy Records. Meses después, en febrero de 2006, Ventura firmó un contrato de 10 álbumes con la disquera. En agosto de ese año salió el primero, titulado Cassie, que debutó en el número cuatro del Billboard 200. “Al firmar con Bad Boy Records, la Sra. Ventura se vio rápidamente lanzada a la fama y no sabía cómo desenvolverse en su nuevo estatus de celebridad”, dice el documento, y luego más adelante: “Haciendo hincapié en la edad y en la dinámica de poder entre ambos, al principio de su relación laboral, el Sr. Combs se posicionó como figura paterna y protector de la Sra. Ventura”. Esto sentó las bases “para una relación romántica y sexual manipuladora y coercitiva con la Sra. Ventura, una mujer casi dos décadas menor que él”.

Al año de que Cassie hubiera firmado con Bad Boy Records, Diddy ya controlaba todos los aspectos de su carrera y vida personal; esta relación se mantuvo de 2007 a 2018. “Un patrón de control y abuso que incluía suministrarle drogas, golpearla y obligarla a mantener relaciones sexuales con trabajadores sexuales mientras él filmaba los encuentros”, explica la demanda.

La acusación de Cassie también menciona los freak offs, esos encuentros que aparecerían un año después en la demanda que llevó a P. Daddy a ser detenido: “El Sr. Combs contrató a un hombre y lo llevó a su casa de Los Ángeles. El hombre, el Sr. Combs y la Sra. Ventura llevaban máscaras de disfraces e ingirieron drogas. El Sr. Combs ordenó a la Sra. Ventura que realizara actos sexuales con este hombre mientras los observaba. […] Todo el encuentro duró múltiples días. El Sr. Combs comenzó a llamar a estos acuerdos ‘freak off’”. El documento informa que estos encuentros solían tener lugar en suites de hotel, y se nombra algunos de ellos: el Trump International Hotel de Columbus Circle, The London Hotel de Los Ángeles, el InterContinental Century City, el InterContinental Atlanta, el InterContinental New York City, el One Hotel de Nueva York y de Miami, el Mandarin Oriental Hotel de Nueva York y de Miami, el Fontainebleau de Miami, el Beverly Hills Hotel y el Shutters on the Beach de Los Ángeles.

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El 17 mayo de 2024 la CNN publicó un video grabado por las cámaras del Hotel InterContinental de Los Ángeles. En las imágenes se muestra a Sean Combs agrediendo a Casandra Ventura. Al día siguiente, el rapero publicó en su cuenta de Instagram (@Diddy) un video —que ya no se encuentra disponible en la red social pero que reprodujo CNN— en el cual declaró: “No puedo poner excusas, mi comportamiento en ese vídeo es inexcusable. Asumo la responsabilidad por mis acciones. Me da asco. Me dio asco cuando lo hice. Me da asco ahora”. En ningún momento nombró a Casandra Ventura. Sí la nombró dos años antes —18 meses antes de la demanda— en junio de 2022, cuando Diddy fue galardonado por su trayectoria en los Premios BET y le agradeció en su discurso: “Cassie, por ayudarme en los tiempos oscuros. Con amor”.

En la demanda también se cuenta que en algún momento de 2011, después de una breve separación, Casandra Ventura comenzó una relación con el músico Kid Cudi, cuyo nombre real es Scott Ramón Seguro Mescudi. Al leer unos correos que ella y Cudi se habían enviado, luego de quitarle el teléfono tras un Freak Off, Diddy la agredió físicamente. Meses después, en febrero de 2012, durante la Semana de la Moda de París, el productor musical le dijo a Cassie que iba a explotar el automóvil de Kid Cudi. Y eso sucedió. El auto explotó en la entrada de la casa del rapero. En un artículo publicado por The New York Times el mismo 16 de noviembre de 2023, el representante de Kid Cudi confirmó que lo narrado sobre el coche era cierto.

De igual forma, se denunció la presión que Diddy ejercía mediante su influencia en la industria musical y por medio de sus trabajadores cuando Cassie intentó separarse de él: “La vasta red de empresas y entidades afiliadas al Sr. Combs la encontraba, y los que trabajaban para las empresas del Sr. Combs le imploraban que volviera con él. Muchos llegaron a afirmar explícitamente que el hecho de que no volviera con el Sr. Combs obstaculizaría su éxito en la industria del entretenimiento”. En 2018 la relación por fin terminó. Sin embargo, la denuncia informa que Diddy violó a Ventura después de la separación.

Al día siguiente de que se presentara esta demanda, se anunció que Casandra Ventura y Sean Combs habían llegado a un acuerdo extrajudicial, y la demanda se retiró. Parecía que el asunto quedaría en el olvido, pero lo que sucedió fue lo contrario: comenzó una oleada de demandas.

Las fiestas blancas de Diddy, ¿simples eventos sociales?

Durante la primera década de los dosmiles las white parties (fiestas blancas) organizadas por P. Daddy eran quizá el evento social más reconocido dentro de la industria del entretenimiento en Estados Unidos. A ellas asistían celebridades como Leonardo DiCaprio, Paris Hilton, Demi Moore, Ashton Kutcher, Jay-Z, Beyoncé, Mariah Carey, Martha Stewart; incluso asistieron el escritor Salman Rushdie y Donald Trump, que volverá a ser presidente de Estados Unidos tras haber ganado las elecciones. Estos eventos se celebraron de manera anual de 1998 a 2009, en mansiones de Beverly Hills, en Los Ángeles, y en los Hamptons, Nueva York.

A pesar de los rumores que corrían en internet, tal vez inspirados en casos como el del multimillonario Jeffrey Epstein, estas fiestas no habían aparecido en las acusaciones contra Sean Combs, hasta que el 3 de julio de 2024, cuando Adria English denunció ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York que fue contratada por Combs para trabajar en varias “fiestas blancas” desde septiembre de 2004 hasta 2009, y que en estos eventos le dieron alcohol con éxtasis y se le ordenó tener relaciones sexuales con invitados. Según el documento legal de más de cien páginas, la primera ocasión que English fue contratada, se hizo mediante su entonces novio, al que Diddy le ofreció un empleo con la condición de que ella actuara como bailarina gogó en una de las fiestas blancas que se celebraría en los Hamptons, una zona lujosa cerca de Nueva York.

En esas white parties la demandante fue testigo de cómo el rapero daba instrucciones a una mujer llamada Tamiko Thomas y a otros empleados para adquirir y transportar “narcóticos ilícitos” en Nueva York y Florida; pero no solo eso, sino que presenció cómo distribuían e ingerían esos narcóticos en los eventos.

El documento legal informa que, tanto P. Daddy como su empleada de nombre Tamiko Thomas, le dieron instrucciones para esas fiestas blancas: solo podía beber de botellas de alcohol exclusivas para empleadas y le exigieron que consumiera drogas si se las ofrecía uno de los invitados. Mientras trabajaba en estos eventos, acusa, Combs y Thomas también le pidieron que participara en actos sexuales con los asistentes; algo que no se había acordado antes de aceptar el trabajo.

La demanda, acompañada de fotografías que prueban la asistencia de English a las white parties, menciona eventos específicos. Entre ellos, uno del verano de 2007, donde Adria fue obligada a realizar actos sexuales con el joyero Jacob Arabo durante una white party en Nueva York. “El acusado Combs obligó a la demandante a mantener relaciones sexuales con el acusado Jacob en contra de su voluntad. Según la demandante, el demandado Combs exigía el trabajo sexual y la participación en actos sexuales como parte del empleo en las ‘fiestas blancas’. A la demandante solo se le pagó por sus servicios en la fiesta, pero no por el trabajo sexual en el que fue obligada a participar”, explica el documento.

Otra demanda relacionada con las fiestas blancas apareció meses después, el 15 de octubre de 2004. Un hombre que decidió permanecer en el anonimato denunció que cuando tenía 16 años, en 1998, Diddy lo agredió sexualmente en una de estas reuniones. Luego de platicar con el rapero y productor musical y contarle de su interés por entrar a la industria musical, fueron a una zona más privada, cerca de unos baños portátiles, dentro del jardín donde se realizaba la fiesta. “Combs le dijo bruscamente a John Doe [nombre que se la da a una persona anónima] que tenía que bajarse los pantalones. […] Ordenó a John Doe que se bajara los pantalones y expusiera su pene para que Combs pudiera inspeccionarlo, explicándole que era un rito de iniciación, y el camino para convertirse en una estrella”, se lee en la acusación legal.

Más de 100 demandas contra P. Daddy

Luego de la demanda de Casandra Ventura, hubo tres más los días siguientes. El 23 de noviembre de 2023, una mujer llamada Joi Dickerson-Neal presentó una demanda ante el Tribunal Supremo de Nueva York, alegando que Combs la drogó, la agredió sexualmente y filmó un video de esa agresión. Los hechos habrían ocurrido el 3 de enero de 1991; cuando ella era estudiante de psicología en la Universidad de Syracuse, en Nueva York, y había aceptado una cita de Diddy, que en aquel entonces era director de talentos en la disquera Uptown Records. El 6 de diciembre de 2023, Liza Gardener presentó otra ante el mismo tribunal, denunciando que Combs y el cantante y compositor Aaron Hall abusaron sexualmente de ella y otra amiga cuando eran menores de edad. El mismo día una demandante anónima exponía que P. Daddy también la había atacado sexualmente cuando era menor de edad, entre la primavera y el otoño de 2003, en el estudio del productor.

Luego, en febrero de 2024, se presentó una demanda más, ahora por parte del músico Rodney Jones Jr, en la que se le denunció por acoso, agresión sexual, obligarlo a tomar drogas y, en otras ocasiones, por contratar a trabajadoras sexuales para que mantuviera relaciones con ellas mientras Puff Daddy y otras personas los observaban (uno de estos casos sucedió el día de acción de gracias del 2022, según narra la acusación). En el documento legal de poco más de 70 páginas también se menciona que el productor y DJ Stevie J. (Steven Aaron Jordan) y Justin Combs, uno de los hijos de P. Daddy, llevaban a menores de edad a la casa del empresario, y que en estas reuniones les daban alcohol.

En muchas demandas hay elementos que se repiten: la presencia de drogas y alcohol para vulnerar a las víctimas, el uso de la posición de poder de Diddy para vulnerar a sus víctimas, así como que muchos de los abusos ocurrieron en el estudio de grabación de la disquera Bad Boy Records. Otro caso que cumple con estas características es el de Thalia Graves, quien el martes 24 de septiembre de 2024 presentó una demanda en la corte del Distrito Sur de Nueva York contra Sean Combs y Joseph Sherman, exguardaespaldas del productor, acusándolos de haberla drogado y violado en un estudio de grabación en Manhattan durante el verano del 2001.

Su caso es un claro ejemplo de la forma en que el productor usaba su posición para vulnerar a sus víctimas. El documento legal presentado informa que Thalia Graves conoció a P. Daddy a finales de 1999 o principios del 2000, por medio de su entonces novio, que era ejecutivo de Bad Boy Records. La pareja de Graves mantenía una relación cercana con el productor musical, y ella “visitaba con frecuencia a su novio en el estudio de Bad Boy en Nueva York y asistía a eventos organizados en las residencias de Combs. Con el tiempo, la demandante se familiarizó con Combs y él sabía de su relación con su novio”.

Esa relación fue lo que Diddy usó para atraerla. Era el verano de 2001 y Thalia Graves recibió una llamada del dueño de Bad Boy Records, le hablaba para que se reunieran y conversaran sobre el desempeño laboral de su novio, quien supuestamente estaba teniendo problemas de rendimiento. Ella sabía que su pareja quería trabajar y ascender en la discográfica, y quería apoyarlo, así que accedió a reunirse con él. Horas después de la llamada, una camioneta SUV llegó a la casa de la madre de Graves, en Queens; manejaba Joseph Sherman, guardaespaldas de Sean Combs, quien iba en el asiento trasero. Después de que Thalia entrara en el vehículo, el jefe de su pareja le ofreció una copa de vino. Ella aceptó. Comenzó a hablar sobre sus supuestas preocupaciones sobre el rendimiento del novio de Graves en el trabajo. Mientras tanto, ella empezó a “sentirse mareada, aturdida y físicamente débil”. Ahora, tras cientos de demandas en contra del empresario y productor musical, se sabe que una de las prácticas habituales de P. Daddy para vulnerar a sus víctimas era mezclar bebidas alcohólicas con drogas.

Cuando llegaron al estudio de Bad Boy Records, Graves intentó salir de la SUV, pero se dio cuenta de que se sentía rara y le costaba caminar. Asumió que era culpa suya e intentó actuar con normalidad, siguiendo a Combs, que la guiaba a una habitación privada del estudio. Ya sentada en un sofá, perdió el conocimiento. “Más tarde supo”, dice el documento, “que se trataba de la oficina de Combs en Bad Boy”. Según se narra, después de despertar Joseph Sherman la golpeó contra una mesa y luego P. Daddy la violó.

El juicio a Puff Daddy

A finales de octubre, los hijos de Diddy (Quincy Brown, de 33 años; Justin Combs, de 30; King Combs, de 26; Chance Combs, de 18, y las gemelas Jessie y D’Lila Combs, de 17) hicieron una declaración conjunta en Instagram: “El último mes ha devastado a nuestra familia. Muchos nos han juzgado tanto a él como a nosotros basándose en acusaciones, teorías conspirativas y falsas narrativas. Permanecemos unidos, apoyándole en todo momento. Nos aferramos a la verdad, sabiendo que prevalecerá, y nada romperá la fuerza de nuestra familia. Te extrañamos y te queremos papá”.

Hasta mediados de octubre se habían presentado más de cien demandas contra Sean Combs; la mayoría fueron interpuestas por Tony Buzbee, un abogado de Texas —conocido porque representó a un grupo de mujeres que acusaron a Deshaun Watson, un jugador de la NFL, de tener conductas sexuales inapropiadas—, que declaró en una conferencia de prensa que cualquier víctima del rapero puede contactarlo por medio de Instagram.

Ante esta situación, el 15 de octubre el equipo legal de Puff Daddy solicitó al juez Arun Subramanian —quien sustituyó al juez Andrew L. Carter Jr. a inicios de octubre para llevar el caso— se “ordene al gobierno identificar a sus presuntas víctimas”, quienes hasta el momento continúan en el anonimato, argumentado que esto era necesario para preparar la defensa de P. Daddy. De igual forma, el 20 de octubre, el equipo legal del acusado también pidió “una orden que prohíba más declaraciones extrajudiciales de posibles testigos y sus abogados”, pues afirman que han hecho “numerosas declaraciones extrajudiciales incendiarias destinadas a desprestigiar el carácter del Sr. Combs en la prensa”.  Esta noción fue denegada por el juez Arun Subramanian el día 8 de noviembre.

Ariel Mitchell-Kidd, abogada de algunas presuntas víctimas de Diddy, declaró a medios de comunicación, a finales de septiembre, que la habían contactado para que gestionara la venta del video sexual en el que aparece el productor musical y otra celebridad “de alto perfil”. Por declaraciones como esta, el 3 de noviembre de 2024 el equipo legal de Sean Combs ha solicitado nuevamente que no se permita a demandantes y sus abogados realizar declaraciones extrajudiciales. Al momento de escribirse este texto todavía no se ha dado respuesta a la nueva solicitud.

A mediados de noviembre, la plataforma dedica a celebridades TMZ publicó el documental The Downfall of Diddy: Inside the Freak-Offs, donde una cantante llamada Tanea Wallace narra que en una fiesta de Puff Daddy vio a menores de edad vestidos con sexy ropa, de tipo Harajuku, un estilo japonés donde predomina el uso de vestidos y faldas cortas de colores pasteles y brillantes. En el documental también aparece el cantante Ray J, quien declara que famosos que participaron en los freak offs están pagando a víctimas para que no se les nombre en sus acusaciones contra el productor musical.

El 8 de noviembre, días antes del estreno del documental, los abogados de Diddy habían presentado una nueva solicitud de fianza, la cual incluye el pago de 50 millones de dólares y prisión domiciliaria sin acceso a internet para el rapero. Una audiencia programada el 22 de noviembre decidirá si la propuesta es aceptada.

El 10 de octubre de 2024 el juez Arun Subramanian estableció que el 5 de mayo de 2025 comenzará el juicio penal en contra de Sean Combs.

 


JAIR ORTEGA DE LA SANCHA. Reportero de Gatopardo. Premio Punto de Partida 2021 en la categoría Cuento y ganador del XIV Concurso Nacional de Narrativa Elena Poniatowska. Obtuvo mención honorífica en el Premio Punto de Partida 2022 en la categoría Minificción y en el Premio Roche de Periodismo en Salud 2022.


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