Raoul Peck, director del documental No soy tu negro
Racismo en los Estados Unidos de América: Entrevista con Raoul Peck, director del documental No soy tu negro.
En 1979, el escritor y activista neoyorquino James Baldwin se involucra en un monumental proyecto: elaborar una obra donde hiciese una revisión de la historia de Estados Unidos y la estrecha relación que sostiene con el racismo. Los ejes transversales serían la vida, obra e ideología de Medgar Evers, Malcolm X y Martin Luther King, personalidades clave en la lucha por los derechos civiles de la gente de color en ese país, y cuyos terribles asesinatos le conmocionaron e él, a su nación, y al mundo entero.
Desafortunadamente, ese texto titulado Remember This House quedaría inconcluso, existiendo solo un manuscrito de unas cuantas páginas. Pero éstas contienen una denuncia directa y poderosa, una narración desencantada, y tocan temas muy vigentes ya entrado el siglo XXI. Este manuscrito es el punto de partida con el que el cineasta Raoul Peck creó el documental I Am Not Your Negro, intitulado en nuestro país como No soy tu negro.
Peck narra que su primer encuentro con los escritos del ya fallecido activista y pensador le marcarían profundamente. “Empecé a leer a Baldwin cuando era un adolescente. The Fire Next Time –un libro de dos ensayos publicado por primera vez en 1963– fue una revelación para mí. En ese momento, estaba realmente buscando algo que pudiera ayudarme a entender quién soy, el mundo en el que vivía y a qué tipo de narrativa me habían sometido. Yo era un gran lector, y siempre trataba de encontrar mi lugar en estas historias. Y las respuestas que busqué en la literatura no eran tan obvias. Baldwin es el primer autor que realmente rompió con eso en mi mundo… El hombre en el que me convertí y lo que soy, se debe en gran parte a James Baldwin. Él me ayudó a crecer, él me ayudó a estructurarme”.
El cineasta abunda acerca de las cualidades y relevancia esgrimidas por el también autor de novelas como Ve y dilo en la montaña (Go To Tell It in the Mountain, 1953); Otro país (Another Country, 1962) y Sobre mi cabeza (Just Above My Head, 1979) “Baldwin siempre ha sido bueno para enfrentarte a la realidad como es, en particular en tiempos de confusión. Baldwin sabía cómo comunicar su furia. Tenía la habilidad de hablar con intelectuales y artistas, pero al mismo tiempo con el hombre de la calle que podía entender sus palabras. Hizo algo complejo pero comprensible. Es rara la facultad de poder hacer eso, de poder llegar a cualquiera.”
Del cómo se decidió a adaptar cinematográficamente esta obra inconclusa, comenta: “Hace diez años, pensé: ‘Bien, ¿qué proyecto difícil puedo abordar?’ Porque la mayoría de mis proyectos son muy complicados. Así que quedó claro para mí que tenía que enfrentar a Baldwin, ahora. Y esto sin saber todavía cómo y qué tipo de película.” También explica lo que esta decisión implicó al momento de ponerla en marcha. “Cuando comencé a trabajar en el texto, me di cuenta de que teníamos que inventar un proceso para una película en términos de forma y en términos de contenido; que fuera un proyecto muy complejo y poco ortodoxo. Tuvimos que ir paso a paso, aprendiendo y mejorando en cada uno. Un proceso inusual al hacer un documental.”
Para desarrollar una primer aproximación al guión, Peck tuvo que sumergirse de nuevo en la obra del escritor afroamericano. “Pasé por todos mis libros de James Baldwin, la mayoría de los cuales estaban muy subrayados de tantas relecturas a lo largo de los años y con la ayuda de las 30 páginas de Remember this house como historia principal, ensamblé un primer ‘manuscrito’ coherente, dramáticamente impactante. De alguna manera la película ya estaba ahí. O al menos podía empezar a ‘verla’.”
En el documental, Samuel L. Jackson presta su voz para dar vida a la prosa dura y de melancólica belleza del autor, y a través de ella revive sus recuerdos más terribles vinculados con la discriminación racial y la muerte del trío de activistas mencionados con anterioridad. Además reflexiona sobre lo que significa ser una persona de raza negra viviendo en la Unión Americana, y cómo su historia está íntimamente ligada a un pasado de esclavismo, segregación y violencia. Al respecto, el director afirma: “En cuanto a los negros en los Estados Unidos (y también para todas las demás minorías y mujeres) puedo parafrasear a Baldwin cuando dijo que, ‘El futuro del negro en este país es precisamente tan brillante o tan oscuro como el futuro del país’. Eso podría ser una declaración de esperanza y optimismo, si el pueblo estadounidense quisiera convertirlo en uno. Hasta ahora, no lo han hecho”.
Para complementar este discurso, Peck incluye extractos de una serie de entrevistas y charlas que el escritor y ensayista brindó en diferentes ocasiones, complementado con una gran cantidad de fotos, grabaciones, videos y escenas de distintas películas. Revela que esta parte del proyecto se dio a la par del desarrollo del primer guión. “Mi equipo ya había comenzado a trabajar en el proceso de investigación, adquisición de archivos y básicamente, pasamos por todo lo que existía acerca, con y alrededor de James Baldwin, en el cine, la radio y la televisión. Yo ya estaba familiarizado con la mayoría de ello y algo de esto formaba ya parte de mi propia iconografía emocional. Cuando identificamos suficiente material de archivo, puse todo en el suelo en una habitación muy grande y empecé a construir formalmente una primera estructura de edición ‘posible’ de principio a fin”.
Esta parte del trabajo se logró gracias a la colaboración de un notable equipo de archivistas en Estados Unidos y Europa. “Fuimos capaces no sólo de encontrar material raro e increíble; también, pudimos cambiarlo y continuar buscando hasta encontrar los materiales con el tipo, la calidad o la relevancia correctos en cada uno de los casos”. Destaca por igual el papel vital que los actuales albaceas del autor jugaron en este aspecto. “La parte más importante fue tener acceso al Baldwin Estate. Sin este acceso, la película hubiera sido imposible. Gloria Karefa-Smart hermana menor de Baldwin y la custodia de su legado, me recibió como a un hijo. Ella sabía de mis películas, en particular de Lumumba. Y tiene una historia muy personal con el continente africano que le permitió relacionarse estrechamente con mi trabajo”.
Así, Raoul Peck orquesta un trabajo complejo, incisivo y de mucha introspección acerca de la discriminación y de lo profundamente enraizada que está en la sociedad y la cultura estadounidenses, incluyendo, desde luego, a su cine. “Traté de usar la propia deconstrucción de Baldwin de la imagen negra hecha en Hollywood para renovar el género. De hecho, la parte horrible de ello, es que fundamentalmente no ha cambiado. Podría haber utilizado imágenes de hace sesenta años o imágenes de hoy para probar mi punto. Y de hecho lo hice. Y el resultado te vuela la mente”.
En concordancia con esto, el realizador opina acerca de la famosa campaña #OscarsSoWhite, surgida luego de la polémica desatada en diversos sectores por la ausencia de actores de color en las categorías principales en los premios Oscar. “El año pasado, la gente reaccionó al hecho de que no había filmes hechos por negros o por minorías en la Academia. Este año es todo lo contrario, porque había cuatro directores negros de cinco en la sección de documentales y varios actores, directores, técnicos que fueron nominados. ¡Pero esto es pura coincidencia! Todos hemos estado trabajando en nuestras películas en condiciones y plazos muy diferentes. Mi película me llevó diez años para materializarse, a la película de Barry (Jenkins) –Moonlight–, le tomó al menos seis… Así que ninguno de nosotros somos el producto de una increíble explosión de cordura en Hollywood que repentinamente nos haya facilitado hacer filmes. Desafortunadamente, no podemos ocultar el hecho de que los problemas fundamentales todavía están ahí. Todavía no es fácil hacer películas que hablen de las minorías (mujeres, o gays, o latinos, etcétera…). Todos seguimos dependiendo de la generosidad de un hombre blanco de mediana edad que sabe poca cosa sobre el resto del mundo y quien toma estas decisiones. Es un problema de redistribución estructural y de poder”.
El largometraje trasciende la mera denuncia, e invita a meditar y resolver diversas incógnitas para proponer cambios de fondo como primeros pasos en pos de una verdadera resolución de una problemática que tristemente, sigue siendo una amarga realidad. “El principal problema en este país es estructural, se trata de poder y clase. No es solo el asunto de la raza. La policía desde siempre ha estado matando jóvenes negros. La única diferencia es que gracias al uso de la tecnología, hoy se puede ver. Uno ve la película, ve la filmación de Selma, Alabama y son los mismos personajes, sólo que ahora los policías parecen robocops y usan tanques. Es la misma historia una y otra vez. Si uno toma cualquier estadística social y estructural de la vida actual en Estados Unidos, descubrirá que los números son peores en algunos temas que antes. Por ejemplo, vivienda, desempleo, cárceles, salud, etcétera.”
Finalmente, Raoul Peck asevera que esta situación solo puede empeorar con la reciente llegada al poder de Donald Trump. “Es sólo otra expresión de aquello en lo que la política se ha convertido en las democracias occidentales. Ha habido otro tipo de Trumps antes en Europa. Por ejemplo, tenemos a un Berlusconi o incluso un Sarkozy, podemos ver este mismo tipo de populismo vulgar. Putin es otro buen ejemplo. Vemos que esto ha venido sucediendo desde la aparición de un Ronald Reagan o una Margaret Thatcher. Es la consecuencia de la deconstrucción de muchas instituciones progresistas en los sindicatos, las universidades, incluso las iglesias.” Y concluye: “La única gran diferencia hoy en día, es que Trump es un peligro real debido a la debilidad de las instituciones. Cualquier cosa puede suceder”.
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