Ocho libros epistolares adictivos - Gatopardo

Ocho libros epistolares adictivos 

Libros como estos reivindican las cartas como el espacio en el que se han registrado los sueños, miedos e inquietudes de generaciones que gracias a ello siguen comunicándose y conectando con nosotros.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Hay quien piensa que escribir cartas a mano es obsoleto e innecesario. La practicidad de los ordenadores y las apps de mensajería han ido enterrando poco a poco al papel. Sin embargo, libros como estos reivindican las cartas como el espacio en el que se han registrado los sueños y miedos más profundos, los sentimientos e inquietudes de generaciones que gracias a ello siguen comunicándose y conectando con nosotros. Estas novelas epistolares son una oportunidad para reflexionar al respecto.

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84, Charing Cross Road, de Helene Hanff

Esta es una obra maestra epistolar perfecta para los amantes de los libros. La historia comienza cuando una escritora desconocida envía desde Nueva York una carta a una librería ubicada en el número 84 de Charing Cross Road en Londres solicitando dos libros excepcionales. El librero responde y de esta manera comienza una relación epistolar que se mantiene durante veinte años.

A Virginia le gustaba Vita, de Pilar Bellver

La correspondencia entre Vita Sackville-Wes y Virginia Woolf fue la inspiración para esta genial obra, que es un perfecto mestizaje entre ficción y realidad.  Woolf fue una de las escritoras feministas más importantes del siglo XX, y Vita Sackville-Wes fue una de las aristócratas más conocidas de su época. Basándose en hechos reales y en elementos de su imaginación, Pilar Bellver le da vida a esta enigmática relación amorosa.

Lady Susan, de Jane Austen 

Una novela epistolar romántica que narra la vida de Lady Susan, una hermosa mujer que acaba de enviudar y que busca un nuevo marido, al mismo tiempo que intenta casar a su hija de 16 años.  En esta historia, Jane Austen subvierte las normas de la novela romántica de su tiempo construyendo un personaje femenino con un papel activo, una mujer que además de hermosa es inteligente e ingeniosa y piensa en los hombres como herramientas para lograr lo que busca.  

La dama de blanco, de William Wilkie Collins 

Esta novela fue parte de una serie de fragmentos que se publicó de 1859 a 1860 en la revista literaria All The Year Round, fundada Charles Dickens. Se publicó por primera vez como libro en ese último año, y en 1995 la Mystery Writers of América la incluyó en la lista de las cien mejores novelas de misterio de todos los tiempos.

La caja negra, de Amos Oz

“No siempre se tiene la posibilidad de adentrarse en la zona más turbulenta de un matrimonio que no tiene reparos en transparentar la vida privada del odio que los ha llevado a rechazarse”, dice la reseña que de este libro publicó el diario El País.   En La caja negra, Amos Oz explora con agudeza el género epistolar. Sus personajes intercambian cartas en las que exponen sus deseos, sus miedos y sus rabias con la intención de encontrar un añorado diálogo. Una novela epistolar única que demuestra la maestría del recientemente fallecido autor israelí. 

Cartas a un joven poeta, de Rainer Maria Rilke

En estas cartas, uno de los poetas más importantes tanto en idioma alemán como en la literatura universal, comparte con un joven aspirante a poeta su visión sobre el amor, el arte, la soledad y la importancia de abrirle espacio a la espiritualidad en la vida cotidiana. Este brevísimo libro contiene en muy pocas páginas sabiduría invaluable para cualquier lector. 

Cartas desde mi celda, de Gustavo Adolfo Bécquer

A finales de diciembre de 1863, el autor y su hermano Valeriano partieron rumbo a la sierra del Moncayo rumbo al monasterio de Veruela, desalojado en 1935 tras la desamortización española a lo largo del siglo XIX. Los hermanos había descubierto aquel destino en los relatos de su amigo Augusto Ferrán, y el clima de la zona resultaba ideal para la enfermedad del poeta, así que decidieron viajar hasta ahí para habitar las ruinas de la abadía.  Recogidas por primera vez en 1871, Cartas desde mi celda narra el viaje físico y simbólico de los Bécquer en una de las colecciones epistolares más admiradas del género. 

 

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