El teatro mexicano continúa, pese a su condición virtual, acercando a sus espectadores temas cruciales, como la salud mental durante el confinamiento y la distancia social debidas a la pandemia. Un monólogo escrito por Diego del Río prioriza la lucha cotidiana con la enfermedad, en vez de los momentos, más espectaculares pero episódicos, de las crisis emocionales.
Este fin de semana, Diego del Río estrena el monólogo Coordenadas sutiles. Cuando terminó de escribirlo, a mediados de 2019, no imaginó que terminaría grabado por seis cámaras en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y presentado ante un solo espectador simbólico, representante de todos los que ya no podemos asistir al teatro debido a la pandemia.
Del Río ha dirigido más de 30 obras (en 2020 estuvo en cartelera Memoria, coescrita con Paula Zelaya, y Seminar de Theresa Rebeck en el Teatro Milán), sin embargo, entre sus proyectos pasados, el dramaturgo se quedó con la inquietud de volver a temas como la orfandad en la vida adulta, la identidad y la salud mental. De ahí que el personaje principal de Coordenadas sutiles, interpretado por la actriz Sophie Alexander-Katz, padezca de trastorno obsesivo compulsivo y bipolaridad. Si bien Del Río coincide en que se deben “visibilizar” estos “temas tabú”, la peculiaridad de este monólogo radica en cómo el personaje se las arregla para enfrentar su diagnóstico. Era de suma importancia, para Del Río, ir más allá de la crisis, de la parte dramática, y enfocarse en la lucha cotidiana, en explorar lo que significa la frase “estoy trabajando en estar mejor cada día”.
En entrevista con Gatopardo, Del Río dice que escribió el monólogo específicamente para Sophie, a quien conoce desde hace diez años y con quien ha trabajado antes. “No es una historia biográfica, pero sí está inspirada en la presencia de Sophie; por lo mismo, tienen ciertos puntos de encuentro”. Tan es así que el título mismo de la obra se debe a los puntos de encuentro entre Sophie y su personaje, aunque en el título Del Río también quiso reflejar la recopilación del viaje consciente e inconsciente del personaje: “Veo la pieza como una especie de mapa, el personaje va uniendo los puntos con los que se va topando y que la van acercando a una respuesta o, en realidad, a muchas preguntas que va logrando articular”.
La pandemia de covid, el confinamiento en los hogares y la distancia social nos han obligado a encarar el verdadero estado de nuestra salud mental, sin las distracciones del mundo exterior, lo que puede ser aterrador para muchos. Del Río no sabía que todo esto se aproximaba cuando ideó Coordenadas sutiles, pero afirma que los acontecimientos del presente le dieron otra dimensión a la obra. “Ahora”, explica, “hay una mayor identificación o empatía porque, de alguna manera, todos hemos sufrido en este encierro alguna depresión o momentos en los que perdemos el sentido”.
Y no solamente las personas hemos perdido el sentido; el teatro atraviesa una crisis paralela. La escenificación de Coordenadas sutiles, escribió Gustavo Gerardo Suárez, presidente de la Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro, nos ubica “en un inmenso, majestuoso y vacío Teatro de la Ciudad, ante un solo espectador, [lo] que sin duda refleja el momento crítico que el arte escénico transita, en el que parece decirnos: acá sigo, listo para cuando puedan volver”.
Coordenadas sutiles estará disponible entre el 4 y el 7 de febrero en la plataforma Teatrix.