Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
*Fotografía de portada cortesía del departamento de prensa del Museo Jumex.
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Xavier Le Roy en el museo Jumex.
Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
*Fotografía de portada cortesía del departamento de prensa del Museo Jumex.
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Xavier Le Roy en el museo Jumex.
Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
*Fotografía de portada cortesía del departamento de prensa del Museo Jumex.
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Xavier Le Roy en el museo Jumex.
Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
*Fotografía de portada cortesía del departamento de prensa del Museo Jumex.
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Xavier Le Roy en el museo Jumex.
Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
*Fotografía de portada cortesía del departamento de prensa del Museo Jumex.
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Tradicionalmente los museos son considerados lugares sagrados dedicados a la recolección y conservación de la historia; espacios de privilegio en donde el tiempo es suspendido y resguardado de su propio paso. Así, los objetos sobre muros y pedestales, son extraídos de la vida diaria, protegidos del deterioro y liberados del afán corrosivo de las horas. Así, también, las obras del pasado son expuestas al ojo atento y ofrecidas, en retrospectiva, a los breves ritmos del presente.
En un esfuerzo por repensar el espacio del museo y las muchas formas que puede tomar una exposición, el Museo Jumex invitó al coreógrafo francés Xavier Le Roy a llevar a cabo Retrospectiva. Esta exposición, comisionada en sus inicios por Laurence Rassel, directora artística de la Fundació Tapiés, usa como punto de partida los trabajos en solitario producidos por Le Roy durante 1994 y 2014, y los convierte, a través de 12 performers, 6 al mismo tiempo, en el material de un ensamblaje de movimientos fragmentados.[caption id="attachment_221740" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Self-Unfinished (1998). Katrin Schoof.[/caption]En Retrospectiva los visitantes entran a una sala poblada de performers, cada uno tomando uno de tres roles: un estado de inmovilidad, un loop corto y una narrativa o "retrospectiva" individual. A través de sus cuerpos y entre movimientos los artistas hacen surgir resonancias de las obras de Le Roy; por ejemplo, uno puede escuchar y dialogar con alguien sobre una historia personal que incluye extractos de Narcisse Flip (1994-97), mientras se ve en segundo plano a alguien que cita una inmovilidad de Self-Unfinished (1998), y se observa a contra luz una secuencia de movimiento tomada de Le sacare du Printemps (2007). Finalmente el espectador abandona la sala y la coreografía reinicia una vez más, desde un punto nuevo y ante un espectador distinto.Si bien Le Roy parte de la recopilación de su trabajo previo para producir esta exposición, Retrospectiva se presenta no tanto como una recolección de obras significativas, sino como un método de trabajo en el que la “obra” del artista es activada y cuestionada a través de la interpretación individual de cada performer. El espacio del museo, en este caso cuatro paredes blancas alumbradas bajo una luz diáfana y heterogénea, actúa como un escenario que reúne, sobre un solo suelo y durante tres semanas, la duración de la experiencia de cada visitante, el tiempo de trabajo diario de los artistas, y el surgimiento de una composición que parte del pasado, se actualiza y se renueva en su hacer. En este sentido, la obra que orquesta Le Roy retrata el fallido intento de repetirse a sí misma, y muestra, en su proceso, las virtudes que la transformación y la diferencia aportan. En este sentido, Retrospectiva se presenta como una exposición que reniega de toda fijeza y que, para existir, depende de sus variantes y del inevitable paso de las horas.[caption id="attachment_221738" align="aligncenter" width="600"]
Xavier Le Roy, Product of Circumstances (1999). Katrin Schoof.[/caption]Nadia Lartigue, una de las intérpretes del proyecto, tras haber iniciado los ensayos de Retrospectiva aquí en la Ciudad de México, describe el proceso como “el ejercicio de hacer visibles las resonancias de una pieza ajena en nuestros cuerpos y nuestras historias para hablar de algo que tal vez no es ni la pieza ajena ni la vida propia”. Esta traslación entre lo intimo y lo ajeno, entre el cuerpo y la memoria, entre el presente y el pasado funciona en la obra de Le Roy como una gran interrogante. La coreografía del artista francés se traza en un oscilar entre opuestos y cuestiona, a través del cuerpo, el estatuto que demarca a estas dualidades. Dice Le Roy: “Para poder entender de alguna manera la vida o a nosotros mismos producimos una separación entre cultura/naturaleza, objeto/sujeto, trabajo/ocio. Intentar desplazar o modificar la manera en que se localizan estas separaciones es algo que motiva mi trabajo, pues creo que a través de la transformación de las maneras en que concebimos el tiempo y el espacio podemos posicionar estas fronteras de manera distinta". Le Roy, de biólogo molecular y celular a bailarín y coreógrafo, es un artista que huye de las definiciones y que, renuente al virtuosismo de la danza clásica y a sus espacios de exposición, propone, en palabras de Bojana Cvejic, una "máquina coreográfica" que es por definición inagotable. Retrospectiva es, en este sentido, una producción que incomoda la concepción tradicional del museo; es una alternativa en donde el batir de las horas, su carácter corrosivo, es fundamental; una invitación a experimentar un acontecer y relacionarse con una obra que está en reinvención continua.Museo JumexDel 6-28 de octubre (durante los horarios de apertura del museo).
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