Se acerca la temporada de lanzamientos para muchas marcas de tecnología y eso significa que ya casi es hora de escoger nuevo smartphone. Sin embargo, no porque un dispositivo sea el más caro o el más nuevo quiere decir que es la mejor opción – aunque es cierto, que generalmente el más caro es el que da menos problemas. Para sufrir menos el proceso de elegir teléfono sabiamente, aquí están estos consejos:

Memoria RAM
Los vendedores generalmente utilizan “la memoria” como uno de los puntos más fuertes para enganchar al cliente. Pero es común que ni ellos mismos entiendan la diferencia entre los tipos de memoria. La memoria RAM es la que le permite al teléfono tener más aplicaciones abiertas al mismo tiempo, así como manejar apps un tanto pesadas –como videojuegos, aunque ahí también se debe considerar el GPU–. A mayor memoria RAM mejor funcionarán las apps.

1GB de RAM es apenas lo suficiente para que un smartphone actual funcione, sobre todo si este cuenta con Android 5.0 o posterior. Lo mejor es buscar un equipo que tenga al menos 2GB de memoria RAM para que pueda abrir las apps sin tantas complicaciones. Equipos con 3GB o 4GB generalmente ofrecen una experiencia bastante más suave y sin mayores problemas.

Fotografía: Caiai Image / Roberto Daly

Memoria de almacenamiento
Esta es la otra memoria de la que los vendedores hablan. La memoria de almacenamiento es donde guardamos fotografías, videos, música, apps y documentos. Hay equipos sumamente económicos que ofrecen sólo 4GB de almacenamiento –poco práctico en estos tiempos–, mientras que otros ofrecen 8GB pero en menos de lo pensado el espacio se agota. Lo mínimo recomendable serían 16GB de almacenamiento, preferentemente con opción para expansión mediante memoria micro SD, es decir, que el smartphone tenga una ranura para poder una tarjeta de esas características y con ello poder expandir la memoria del equipo al doble o triple y no sufrir con el típico “Déjame borro algo para hacer espacio”.

Tamaño de la pantalla
El tamaño de la pantalla no necesariamente significa que la resolución sea mejor. Hay tabletas de 10 pulgadas cuya resolución es inferior a la de una televisión Full HD y teléfonos con pantallas de 6 pulgadas con resolución mucho más alta. Además, también se debe tener en cuenta que mientras más grande la pantalla, más complicado será usar el smartphone con una sola mano o bien, guardarlo en el bolsillo.

Fotografía: Hero Images / Getty Images

Batería
Casi nadie presta atención a la batería, pero es algo muy importante. La publicidad de los fabricantes a veces ofrece hasta 48 horas de vida continua de un equipo antes de la siguiente recarga, pero lo que no le dicen al consumidor es que este rendimiento baja cada vez que agarramos el equipo para revisar nuestras redes sociales, correos, mensajes, ver videos, etcétera.

Una batería de menos 2000 mAh seguro que no dará el mejor rendimiento, a menos que se trate de un teléfono muy básico. Algo superior a los 2500 mAh soportará mejor el ajetreo día a día siempre y cuando el uso sea mesurado, es decir, mientras el usuario no esté pegado al teléfono.

Versión de sistema operativo
A estas fechas, Google ya liberó la más reciente versión de su sistema operativo Android 7.0 “Nougat” para los equipos Nexus, y en las siguientes semanas muchos de los smartphones high-end comenzarán a recibirla. Otros equipos menos poderosos aún trabajan con versiones 6.0 o incluso 5.0; no es recomendable adquirir nada que tenga menos de Android 5.0 y lo ideal sería procurar que el equipo tenga por lo menos la versión 6.0.

En el caso de los iPhone comprar algo inferior a un iPhone 5 no es recomendable pues los modelos más viejos no soportan las nuevas versiones del sistema operativo.

Fotografía: Hinterhouse Productions / Getty Images

Antigüedad del modelo
Comprar un smartphone de segunda mano no es recomendable, punto. Independientemente de los problemas internos que pueda tener el equipo, es un teléfono que ya cumplió su ciclo de vida y que es poco probable que esté listo para las nuevas actualizaciones a menos que se trate de un dispositivo de gama alta con no más de un año de antigüedad.

Compatibilidad con la vida diaria
La pregunta más importante que puede hacer un consumidor (y que muchas veces olvida hacer) es: “¿Para qué voy a usar mi smartphone?”

Si lo único que busca es revisar las redes sociales y ocasionalmente jugar algún videojuego, entonces un teléfono de gama media-alta puede servir perfectamente, algo que esté situado en el rango de los 5 mil pesos. Si lo que necesita es un equipo con el que pueda ser muy productivo, para revisar correos y como herramienta laboral, entonces necesita un dispositivo con más poder, algo que llegue a la gama alta cuyos precios empiezan a partir de los 10 mil pesos.

Fotografía: Arhur Debat / Getty Images

También hay que pensar con qué otros aparatos va a convivir, es decir, ¿se usará mucho en conjunto con una PC? ¿Se usará con una Mac?

No tiene sentido tener un teléfono Android si se es dueño de una Mac, de igual forma, si lo que se busca es rendimiento similar al de una PC entonces un Windows Phone es una opción a considerar.

Los teléfonos de gama baja que suelen ser muy económicos generalmente sirven bien los primeros días, pero tan pronto se les comienzan a instalar muchas aplicaciones comienzan a fallar. Esto se debe a que no tienen el poder para manejar toda esa información simultáneamente así que no son recomendables, a menos que se busque tener algo realmente básico.

El sitio GSM Arena ofrece toda la información técnica de la gran mayoría de los smartphones que existen en el mercado, por lo que vale la pena visitarlo para encontrar la información de los modelos que se tengan considerados para compra.