Erika Lust: Revolución feminista en el cine adulto
Erika Lust decidió revolucionar la industria pornográfica y hacer cine adulto feminista, que muestra el sexo como algo positivo.
Si los cineastas tuvieran que hacer un juramento hipocrático, el de los pornógrafos debería de ser el manifiesto de Erika Lust: “Me comprometo a crear nuevas tendencias de cine adulto, a mostrar toda la pasión, intimidad, amor y lujuria en el sexo: donde el punto de vista femenino es vital, la estética sea placer para todos los sentidos y que aquellos que busquen una alternativa al porno encuentren una casa”.
Erika Lust es una de las poquísimas pornógrafas en el mundo. Dirige y produce películas para adultos con un enfoque feminista: películas en las que la mujer no sirva solamente como objeto sexual, sino que sea una historia veraz, en la que los personajes femeninos no sean cosificados. Y la verdad, es que lo hace muy bien.
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Nació con el nombre de Erika Hallqvist en 1977, en Suecia, uno de los países que se consideran más feministas y con más equidad de género. Pero su conflicto empezó mucho antes de que ella naciera: con el surgimiento y popularización de las religiones en el siglo VII, que usaron la sexualidad como forma de control, especialmente, sobre las mujeres. La manera en la que ella lo dijo fue “la última vez que (las mujeres) fuimos ‘libres’, fue antes de las religiones”, y su misión es regresarle el poder a las mujeres y hombres a través de la sexualidad humana.
La primera vez que vio pornografía fue en una pijamada con sus amigas. Palomitas, pijamas y pornografía. La sensación que obtuvieron fue de repulsión, de asco, de vergüenza y la película regresó para siempre al cajón secreto del papá de su amiga. La siguiente vez que vio una película para adultos fue en su primer año en la Universidad de Lund, donde cursaba la carrera de Ciencias Políticas con especialidad en estudios de género y feminismo. La sensación que tuvo en ese segundo intento fue básicamente la misma, pero ahora con bases académicas para entender que el papel de las mujeres en ese cine es únicamente darle placer al hombre.
Pero hasta ahí seguía siendo estudiante, su carrera actual aún no se vislumbraba. Fue hasta que se encontró con el libro Hard Core: poder, placer y el «frenesí de lo visible» (1989), de Linda Williams que se dió cuenta que “el porno no es solo porno, es un discurso sobre sexualdidad, sobre masculinidad, sobre feminidad y los roles que jugamos. Y los únicos participando en ese discurso de pornografía eran hombres”.
Después se fue a Barcelona y comenzó a trabajar en cinematografía. “Aprendí el oficio, cómo se hacía audiovisual, y eso es lo que al final me catapultó y me hizo entender que yo tenía ideas e inquietudes y una pasión: el cine, yo quería hacer una película. Me puse a estudiar, dirección de actores, técnicas de cámara… para formarme y entender mejor este medio y ahí es donde tuve la oportunidad de hacer un cortometraje y escribí un guión que se llamó The Good Girl” (2004). Ese proyecto escolar tuvo dos millones de descargas en tan sólo un par de semanas, no era la única que quería un cambio.
A partir de ahí, Lust comenzó su carrera como pornógrafa y fundó su productora Lust Films. Bajo esta firma ha producido Five Stories for Her (2005), Barcelona Sex Project (2008), Life Love Lust (2010), Cabaret Desire (2011) y la serie XConfessions en la que ella y otras directoras y directores invitados cuentan las fantasías sexuales que el público les envía.
Por miles de años la sexualidad se ha calificado como algo malo, como algo de lo que hay que avergonzarse, que no es tan natural como para hablar de ello y ni hablar de disfrutarlo, y menos si eres mujer. Para muchas personas, entre ellas Erika Lust, es momento de cambiar ese discurso y crear uno nuevo, en el que el sexo se perciba como algo tan natural como la comida, y a la pornografía como la gastronomía. Al final del día, no hay nada más humano que el sexo: de ahí venimos.
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