La misión de la música en el cine
El músico argentino Federico Jusid habla sobre el proceso de composición de la banda sonora de la película Life Itself.
Toronto – Todo parecía indicar que el camino que recorrería el joven argentino Federico Jusid tenía que estar obligatoriamente relacionado con el cine. Hijo del director Juan José Jusid y la actriz Luisina Brando, Federico creció entre sets de filmación, escenarios teatrales y campers. Pero fue en los estudios de mezcla y sonido donde terminó encontrando su verdadera pasión: la música.
Así fue como Jusid Brando volteó su mirada hacia los instrumentos. Aprendió a tocar piano desde los cinco años y tiempo después se profesionalizó en interpretación y composición musical en el Conservatorio de Buenos Aires, la Escuela de Música de Manhattan en Nueva York, y tomó un Diplomado de Ejecución Musical en Bruselas, Bélgica. Sin embargo, no pudo huir de la pasión por el cine que había heredado de su familia.
“El ámbito del cine, del teatro, de la televisión era muy natural para mí. Mi camino fue la música, pero siempre tuve un contacto muy estrecho con la narrativa visual y teatral”, comenta Jusid, en entrevista con Gatopardo. “Aún en mis comienzos, cuando hacía mi carrera formal y académica de conservatorio, a veces trabajaba en estudios de músicos que hacen cine, entonces ese contacto con la composición para audiovisual se mantuvo”.
Invitado por su padre, el joven Jusid debutó en la composición para bandas sonoras con la película ¿Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar? estrenada en 1992. Desde entonces el músico distribuye su tiempo entre la composición para salas de concierto, sus actuaciones como pianista y su trabajo en cine y televisión.
El compositor afirma que en todos y cada uno de los noventa títulos que componen su filmografía –entre ellos la serie argentina Los simuladores, el programa español Isabel y las películas Loving Pablo, Neruda y El secreto de sus ojos, ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010– se enfrenta a un reto mayúsculo, encontrar cuál es la función que tendrá el lenguaje musical en el proyecto en turno. “La pregunta siempre es la misma –Qué misión, qué fundamento, qué rol tiene la música en esa película en concreto–. Entender eso es fundamenta antes de sentarme a componer.
Durante su labor, Jusid busca acercarse al material para encontrar una sintonía con sus piezas musicales, ya sea leyendo el guion, viendo la película terminada o platicando con el director para encontrar una visión compartida. “Es buscar lo que queremos. Si queremos que la música transmita la emoción de ciertos personajes, si queremos teñir el ambiente de una oscuridad o una tensión, si queremos que la música funcione de una manera lineal con la narrativa de la imagen. Que de alguna manera profundice o acentúe algo implícito en las escenas ,o si queremos que trabaje de manera perpendicular y que agregue un nivel de expresión o de opinión que no se advierte en la imagen”, explica.
Prueba de ello es su trabajo en la película estadounidense La vida misma (Life Itself), protagonizada por Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Antonio Banderas, Samuel L. Jackson, Olivia Cooke y Mandy Patinkin. La cinta, dirigida por Dan Fogelman, creador del éxito televisivo This is Us y presentada durante el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), sigue la historia de amor de una pareja neoyorquina cuyos caminos se cruzan con otros personajes a través de varias generaciones. En el ámbito musical, el reto de Jusid recae en saber llevar la sensibilidad de las situaciones a las que se enfrentan los personajes principales, sin caer en el exceso melodramático o la frialdad desmedida.
“Dan maneja el lenguaje pop en su manera de decir las cosas. Está completamente desprovisto de pompa, pretensión o retórica. Luego pasan cosas tremendas, súper dramáticas y muy emocionales, pero nunca de una manera bombástica, entonces mi tarea como músico era entender esa particularidad del lenguaje en cada una de las escenas y tratar de sintonizar con ellas”, señala el músico, quien también reconoce la habilidad del cineasta por jugar con los géneros a lo largo de su filme.
“Maneja de una forma virtuosa el paso entre algo absolutamente trágico, ya no digamos dramático, a un personaje que se ríe de sí mismo; corta algo que está al borde de ser extremadamente dulce y lo hace con ironía. Puede ser melodramático, pero nunca se llega a la cursilería. Tiene un poco el lenguaje de This is Us, pero muchísimo más intenso, como lo permite el cine”, confiesa.
Tras el estreno de Life Itself en cines norteamericanos (en México llegará a las pantallas grandes el 21 de diciembre) y la reciente presentación de su obra Extimité, estrenada en el Museo de Arte Moderno Reina Sofía de Madrid, Federico Jusid enfocará su atención en la pantalla chica. Trabajará en la serie colombiana, Distrito salvaje, y el proyecto animado Watership Down, producido por la BBC y Netflix, en la que se retoma el cuento infantil La colina de Watership, de Richard Adams.
“Es un texto brillante que utiliza la historia de unos conejitos, del mismo modo que Orwell utilizaba a los animales en Rebelión en la granja, para hablar de cuestiones humanas muy profundas y muy dramáticas. Es animación, entonces eso también permite que la música tenga un nivel de intensidad fantástico, lo que la hace un lienzo brutal para trabajar”, sentencia.
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