El dibujante y escritor argentino Roberto Fontanarrosa responde preguntas sobre sus sueños, su infancia y la vida después de la muerte.
Cada vez que alguien hace la lista de todo lo que ha publicado Fontanarrosa, sabe que corre el riesgo de perder actualidad muy pronto. El dibujante y escritor argentino siempre está en el anaquel de novedades de las librerías. Si no es un tomo más de Inodoro Pereyra, es alguna recopilación de cuentos de fútbol, una nueva novela, un libro de caricaturas sobre el sexo contra los políticos, un anecdotario de sus visitas a la cancha o la suma de Boogie el aceitoso. Sin embargo, le queda tiempo para enviar a Clarín su caricatura de cada día, para indigestarse del fútbol que llega hasta u televisor, para tomarse un mate cocido con los amigos del barrio y para responder cuestionarios impertinentes.
¿Cómo se imagina la vida después de la muerte?
No me la imagino. Simplemente la deseo.
¿Qué olor lo devuelve a la infancia?
El olor a salsa de tomate, a tortas fritas, a relleno de los ravioles.
¿Cuál es su autor favorito?
Puede ser algún narrador americano. Hemingway, Capote, Salinger, Mailer.
¿Qué invento casero lo sigue deslumbrando?
Las rueditas para las maletas.
¿Cuál es su sueño recurrente?
Que llego tarde.
¿Cuál es el objeto que más tiempo lleva en su mesa de noche?
Unas gotas para la nariz.
¿Qué obra de la arquitectura lo emociona?
La parrilla en el jardín de mi casa.
¿Qué música busca por instinto?
El tango.
¿Qué personaje lo haría cambiar de acera?
Alguien muy gordo.
¿En dónde le gustaría estar sentado?
En la cama de Pamela Anderson.
¿Cómo supo que había llegado la mujer de su vida?
Porque se quedó.
¿En qué amuleto sigue creyendo firmemente?
En el dólar.
¿Qué obra de arte sustraería de un museo para tenerla en su casa?
La tumba de Tutankamon.
¿En dónde queda el paraíso?
Una cuadra pasando el infierno.
¿Cree en algo que jamás ha visto?
Creo en los platos voladores.
¿Cómo le gustaría morir?
Como si me durmiera.
¿En qué lugar le gustaría que lo sorprendiera el fin del mundo?
En otro mundo.
¿Ama a Dios sobre todas las cosas?
No. Pero él simula no saberlo.
¿Qué miedo de la infancia conserva?
Al encierro.
¿Cuál es el motivo de su último desvelo?
La música que escucha mi hijo.
Un epitafio para su tumba
Aquí descansa Fontanarrosa. En su vida jamás hizo otra cosa.
¿En qué invertiría los restos de su cuenta de ahorros?
En chocolate.
¿Qué tema elude recurrentemente?
Uno que no quisiera mencionar ahora.
¿Qué ventajas tendría ser del sexo opuesto?
Podría criticar al machismo sin sentirme un traidor.
¿A qué mujer/hombre de la ficción le gustaría volver de carne y hueso?
A Robocop. Para ver si, siendo de carne y hueso, sigue siendo tan bravo.
*Entrevista publicada originalmente en junio de 2001.
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