El músculo americano no es sólo para hombres
La narración de qué se siente conducir un Mustang suele contarse por hombres. El American muscle suele relacionarse con el género masculino, sin embargo, durante la experiencia Gatopardo Autos fue evidente que la aventura que supone manejar este auto no tiene limitaciones de género. Andrea Cinta, fotógrafa del equipo Gatopardo, y Sofía Viramontes, reportera, tuvieron la […]
La narración de qué se siente conducir un Mustang suele contarse por hombres. El American muscle suele relacionarse con el género masculino, sin embargo, durante la experiencia Gatopardo Autos fue evidente que la aventura que supone manejar este auto no tiene limitaciones de género.
Andrea Cinta, fotógrafa del equipo Gatopardo, y Sofía Viramontes, reportera, tuvieron la oportunidad de conocer dos de los modelos más imponentes de la marca estadounidense: el Mustang GT Premium Fastback y el Mustang GT Premium Convertible, en negro.
Ambos, mientras esperaban en la pista, imponían, destacaban y, definitivamente, invitaban a que los manejaran. Andrea cuenta que durante su experiencia se pudo dar cuenta realmente de todo lo que implican estos vehículos, lo que realmente significa el músculo americano y que, aunque sean autos de lujo, se nota que aún tienen las carreras en la sangre.
El descapotable fue una gran sorpresa para Sofía. Al ser un coche relativamente largo y alto, pensaba que la conducción iba a ser más complicada, sin embargo, cuando terminó la vuelta al circuito de asfalto más reconocido de la Ciudad de México, notó que no sólo no era así, sino todo lo contrario: “El auto se agarra a las curvas como si tuviera un riel, obedece a la perfección y la experiencia es divertida y placentera”, contó la reportera del equipo Gatopardo.
Los motores de estos increíbles autos rugían cada vez que estaban por comenzar una nueva vuelta a la pista. Si se tuviera que escoger tan sólo dos palabras para definirlos —lo cual es muy difícil, pues son vehículos muy complejos en cuanto a sus posibilidades—, serían presencia y manejabilidad. Aunque sean autos de ciudad, cómodos y amplios, no dejan de tener, como dijo la fotógrafa, la memoria de correr en las pistas: está en su ADN.
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