L’Ôtel en San Miguel de Allende
Uno de los destinos turísticos más sobresalientes de México se disfruta más con el alojamiento adecuado: L’Ôtel en San Miguel de Allende.
Desde hace ya un buen tiempo, San Miguel de Allende es uno de los destinos turísticos más sobresalientes de México. Es común ver en sus calles a turistas de todas partes del mundo y a visitantes nacionales. Su oferta gastronómica, cultural, ecológica y nocturna es de primer nivel. A esto hay que sumarle su espectacular paisaje, enmarcado de montañas y con un cielo azul que parece no tener límites. La vista desde la mayoría de sus casas —muchas de ellas restauradas y remodeladas— deja sin aliento. Todo esto hace que la ciudad sea un referente y un atractivo obligado del Bajío.
Por eso no es de extrañar que la oferta hotelera sea cada vez mejor. Las opciones son múltiples y de gran calidad. Sin embargo, hay una que se lleva las palmas. Se trata de L’Ôtel: uno de los hoteles más destacados de San Miguel de Allende. La propuesta nació hace apenas unos meses, a finales de 2016, y ya se ha ganado su lugar de excelencia. L’Ôtel está ubicado en pleno centro de la ciudad, muy cerca de algunas de sus edificaciones más emblemáticas y rodeado de enormes casonas coloniales. El hotel, de apenas 10 habitaciones, está dentro de Dôce 18, un innovador proyecto que reúne galerías, restaurantes y tiendas. Las habitaciones, el bar, los salones privados y la terraza se encuentran en la segunda plaza de la casona. Curiosamente, esta se llamó Casa Cohen y durante muchas décadas fue una icónica bodega en la que se encontraban todo tipo de elementos de construcción.
La restauración estuvo a cargo del arquitecto Roy Azar, quien buscó crear un contraste entre los elementos originales coloniales y los de decoración contemporáneos. El proceso fue supervisado durante casi dos años por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Como dato curioso, se utilizaron varios de los proveedores del negocio original, como herreros, artistas de bronce y artesanos para pisos de pasta.
También, para su remodelación, se utilizaron pisos de pasta, mosaicos y canteras de la región y los artesanos como carpinteros, herreros y yeseros fueron contratados localmente con el fin de generar empleos en la zona del Bajío. El resultado es un diseño ecléctico que se complementa con una importante colección de mobiliario y objetos. La paleta que se utilizó es blanca con detalles en azul, negro y oro, para resaltar con la colección de arte del hotel, en la que destacan varias piezas de Pedro Friedeberg.
Otro de los elementos fundamentales es la sostenibilidad de las instalaciones. Se ocupan paneles solares para el calentamiento de ciertas áreas del hotel. Y el último piso cuenta con un huerto orgánico que abastece al restaurante.
Pero, más allá de eso, L’Ôtel en San Miguel de Allende es una opción perfecta para relajarse. Se puede pasar la tarde en su terraza con vista a las cúpulas de las iglesias, tomar un coctel en su bar, leer en su biblioteca o, simplemente, descansar en sus refinadas suites.
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