Editorial 179: Lydia Cacho, La Habana y la minería ilegal en Colombia
En la edición 179 de Gatopardo: Perfil de una de las periodistas más reconocidas de México y la plaga de la minería ilegal en Colombia y Cuba después de Fidel Castro.
Cuando le propuse a Lydia Cacho, hace unos meses, aparecer en la portada de Gatopardo pareció sorprendida. Estábamos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y acabábamos de salir de la presentación de La ira de México, un proyecto en el que trabajamos juntos. Yo fui coeditor del libro en el que participan destacados periodistas mexicanos, entre ellos Lydia. Durante el evento, me sorprendió la pasión con que defendía su punto de vista, su energía inagotable y la contundencia de sus argumentos. Mi primer impulso fue decirle que era una mujer valiente. Sin embargo, me aclaró que no se sentía cómoda con ese calificativo: que no se consideraba valiente, simplemente era una periodista que hacía su trabajo. Luego de la presentación caminamos por los pasillos de la feria y, cada tanto, se acercaban admiradores a tomarse una foto, pedirle un autógrafo o sólo felicitarla. Fue ahí cuando le hice la propuesta de la portada. Su sorpresa, me parece, vino de su timidez natural. También, en gran medida, de su convicción de estar lejos de los reflectores y la fama. Pero aceptó.
Un tiempo después, Lydia recibió al cronista Rafael Cabrera y a los fotógrafos Daniel Almazán Klinckwort y Ana Laframboise en su casa. En su fortaleza, cerca de Cancún, Lydia se refugia y se dedica a escribir. En sus ratos libres pinta, siembra su huerto y juega con sus perros. Le abrió la puerta de su hogar al equipo de la revista para dejarse retratar y explicar su visión del mundo. Como lo deja ver el estupendo perfil que escribió Cabrera, Lydia se ha dedicado, desde el periodismo, a comprender a los otros. Ella cree en un periodismo que no juzga ni señala. Por eso le dedica su tiempo a tratar de entender las razones que llevan a las personas a hacer lo que hacen. Y esa es una lección clave en un momento en el que —ya lo he dicho varias veces en este espacio— el periodismo está bajo amenaza. Lydia ha llevado sus denuncias sobre los abusos del poder hasta las últimas consecuencias. Así que en esta edición decidimos destacar el gran valor de su trabajo para la sociedad mexicana.
Otras voces que se escuchan en esta edición son las de los intelectuales cubanos. Nuestra periodista Alejandra González recorrió La Habana a comienzos de año, justo después de la muerte de Fidel Castro. Ahí habló con escritores, periodistas, artistas, diseñadores y galeristas que intentaron descifrar cuál será el futuro después de la muerte del líder más importante de la historia de la isla. Los cubanos, se sabe, son reacios a tocar el tema del castrismo. Y es comprensible: no debe ser fácil emitir una opinión sobre un personaje tan complejo. Tal vez la conclusión más clara es que Cuba vive un momento muy particular, en el que hay más libertad para crear. La producción pasa por un momento privilegiado pero todavía no se libera del peso de la enorme figura de Fidel Castro.
Por último, el cronista Santiago Wills y el fotógrafo Federico Ríos recorrieron una zona del centro de Colombia donde la minería ilegal es una plaga. Ahí, la búsqueda de oro es una de las actividades predilectas de las bandas criminales, incluso más que el narcotráfico. Esto ha generado enfrentamientos que dejan miles de muertos al año. El oro es un espejismo que promete riqueza y prosperidad inmediatas pero que en realidad sólo deja desolación y sangre.
Recomendaciones Gatopardo
Más historias que podrían interesarte.