La de los dreamers ha sido una larga travesía. Hace diez años, cuando el movimiento se formó, era un grupo marginal. Sus integrantes eran jóvenes que compartían una esperanza: tener derechos básicos. No querían sentirse extranjeros en Estados Unidos, el país donde crecieron. Una de las primeras periodistas mexicanas en observar el fenómeno fue Eileen Truax. Con su ojo entrenado de cronista, empezó a estudiar este movimiento y, sobre todo, a conocer las historias de vida detrás de los dreamers.

Diez años después, muchas cosas han cambiado. La amenaza de Donald Trump y del Partido Republicano sobre ellos es real. Después de avanzar mucho en su lucha durante la administración de Obama, los dreamers se están enfrentando a la nueva ola de racismo y xenofobia que recorre al país. Ahora viven en riesgo constante de perder su identidad, todo lo que habían ganado en una década, y ser deportados a sus países de origen. Pero, como muestra Truax en el reportaje que publicamos en esta edición, ya no son los mismo chicos ingenuos y asustados del pasado. Han afrontado este nuevo reto con una identidad definida y con ideas políticas consolidadas. Ya saben cómo defenderse de los abusos de autoridad. Tienen miedo, les falta mucho por avanzar, pero el movimiento Dreamer ahora está más empoderado que nunca.

La lucha contra la opresión ha sido un tema constante en la vida de nuestro personaje de portada: Mario Vargas Llosa. El escritor peruano nos recibió en su casa en Madrid para hablar de su nuevo libro que será publicado en primavera. políticas consolidadas es un ensayo sobre una de sus obsesiones vitales: la libertad. En él, Vargas Llosa narra, a través de ensayos cortos, cómo su pensamiento político fue evolucionando. En su juventud fue militante de izquierda, pero las decepciones con los modelos comunistas lo llevaron a buscar otras salidas. El peruano leyó a varios autores que le ayudaron a estructurar su pensamiento liberal. Luego, estas ideas fueron su guía en la campaña presidencial de 1990. Hoy es un convencido del liberalismo y cree que ese es el camino que puede alejar la ilusión de regresar a una tribu que hoy se vive en diferentes lugares del mundo. Ese espejismo es el que le da origen al populismo.

Las ideas de Vargas Llosa son muy pertinentes hoy. Sus advertencias sobre las amenazas del totalitarismo son oportunas no sólo en Estados Unidos, también en varios países de Europa, en Venezuela, México y Colombia.

Es un honor para esta revista tener a un personaje de su talla en nuestras páginas. A punto de cumplir 82 años, Vargas Llosa ha tenido una carrera abrumadora. Es el paradigma del escritor consagrado. Ha recibido todos los premios literarios de prestigio y tiene más de 50 doctorados honoris causa. Es uno de los gigantes de la literatura en nuestro idioma.

Finalmente, publicamos otra historia de supervivencia. Se trata de Nueva Venecia: un asentamiento palafito, en medio de la Ciénaga Grande de Santa Marta (Colombia), donde vive una comunidad de sobrevivientes. Ellos se resisten al éxodo de sus jóvenes, que se quieren ir a toda costa, mientras que los mayores intentan subsistir con un comercio precario. A esto se suma el recuerdo del ataque que sufrió en noviembre de 2000, cuando un comando paramilitar asesinó a 37 personas. La historia, narrada a través de las imágenes de Javier
Arcenillas, es un ejemplo de coraje.