Del semblante de Juan García Esquivel lo que resalta son los perpetuos lentes de pasta y el impecable smoking que lo acompañó casi toda su carrera musical. De su música sobresale la mezcla de estilos y géneros como el jazz, swing, mambo y cha-cha-cha que crearon un género llamado space age pop que sonaba igualmente en salones lujosos y hoteles en playas paradisíacas. Este género fue el soundtrack de un generación de hombres y mujeres —que como Cary Grant y Audrey Hepburn en sus películas— sostenían con elegancia una copa de martini en una mano, mientras que con la otra equilibraban un cigarro. Eran los años sesenta.

A 100 años de su nacimiento, la figura de Esquivel —cómo lo anunciaban las marquesinas— es la de un genio olvidado, según sus colegas; pero también la de un innovador mexicano que creó el sonido estereofónico precursor de la música electrónica. Esquivel, quien dirigió orquestas de jazz desde los 16 años, nació en Tamaulipas y forjó su carrera en la XEW de la Ciudad de México, después de estudiar Ingenieria. Tras probar suerte en Estados Unidos, donde grabó su primer disco, conquistó la ciudad de Las Vegas con un show que sostuvo durante 14 años, y encantó igualmente a Frank Sinatra, Walt Disney y Henry Mancini, en el desaparecido Hotel Stardust.

Manuel Huizar, director de la Orquesta Nacional de Jazz de México, dice en entrevista para Gatopardo que “el estilo particular de Juan García Esquivel, se creó a través de la mezcla de instrumentos que dialogaban entre sí; y para lograrlo era necesario grabar simultáneamente en diferentes estudios, con hasta tres bandas y coros, para obtener el sonido único e innovador que pondría a Esquivel a la altura de leyendas como Count Basie o Duke Ellington.”

Tras una investigación músical de año y medio, Huizar recreó 24 partituras con los arreglos que hizo Juan García Esquivel para rendirle un homenaje en el centenario de su nacimiento. Acompañado de 24 músicos, y voces importantes del jazz mexicano como Iraida Noriega o Persi Vignola, le apostará al rescate de uno de los grandes talentos de la música naciónal. El homenaje se presentará el domingo 15 de julio en el Teatro Esperanza Iris en la Ciudad de México.

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Esquivel fue nominado tres veces al premio Grammy sin llevarselo, pero su música y arreglos —que según amigos cercanos no le tomaban mucho tiempo— se convirtieron en un referente de la cultura cinematográfica y televisiva mundial a finales de la década de los cincuenta, e inicios de los sesenta. Participó y musicalizó inumerables series como el western Tall Man, Los Picapiedra y algunos episodios de la serie Alfred Hitchcock, presenta. A su regreso a México en 1979, musicalizó el programa infantil Odisea Burbujas.

Sus arreglos, que también fueron víctimás de etiquetas como “música de departamento de soltero”, encontraron su declive con la llegada de la música disco y la balada ochentera. Los martinis también se habían esfumado para dar paso a tragos mucho menos elegantes.

El movimiento lounge al que perteneció Esquivel revivió hasta la segunda mitad de los años noventa —cuando el músico ya se había retirado— con bandas como Dimitri from Paris o Pink Martini, lo que reanimó el interés en la figura de cabello oscuro y lentes de armazón negro

Juan García Esquivel murió en 2002 y es reconocido en el mundo como uno de los músicos mexicanos más importantes de todos los tiempos. Su pieza Mini Skirt, compuesta en 1968, ha sido versionada por grupos como Kronos Quartet y sigue siendo utilizada como la banda sonora de un México que se esfumó después del movimiento estudiantil que terminó en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco .

Aquí una playlist con lo mejor de la música del compositor mexicano: