Tobe Hooper, maestro del terror, en tres títulos
La muerte de Tobe Hooper deja un hueco importante en el cine de terror. Lo recordamos con estos tres títulos.
El 2017 ha visto la pérdida de dos de las figuras más importantes del cine de horror contemporáneo: George A. Romero, padre de los muertos vivientes, falleció el 16 de julio y Tobe Hooper, revolucionario del género, murió el pasado 27 de agosto. Ambos dedicaron sus carreras cinematográficas a alimentar las pesadillas de su audiencia y se convirtieron en los maestros del terror para las siguientes generaciones de cineastas.
Tras la muerte de Hooper, recordamos tres de sus trabajos más representativos e influyentes. Nacido en Austin, Texas, en 1943, fue responsable de producciones que revolucionaron –y refrescaron– un género que corría el riesgo de fatigarse. Estos títulos no sólo aterrorizaron a sus respectivas audiencias, sino que inspiraron obras posteriores y, en algunos casos, hasta remakes fallidos que intentan sin mucho éxito lograr la misma explosión de calidad de los originales.
En 1974, Hooper estrenó La masacre de Texas, cinta que introdujo al mundo a un personaje que estaba más allá de los asesinos convencionales. Con un presupuesto minúsculo, Hooper creó una historia aterradora y a uno de los villanos más convincentes del cine de terror de los años setenta. Leatherface, interpretado por Gunnar Hansen, sorprendió a la crítica en su tiempo y quedó impreso en el imaginario colectivo como uno de los villanos más estremecedores de la historia del cine.
De Hooper destacan también Poltergeist (1982) y Salem’s Lot (1979). La primera comparte con La masacre de Texas una latente sensación de que algo tan horrible puede pasarle a cualquiera. Nadie está exento de sufrir una experiencia así de aterradora: ni un grupo de adolescentes ni una tranquila familia suburbana. En su momento, el crítico estadounidense Roger Ebert aplaudió la excelencia técnica de Poltergeist tanto como sus recursos narrativos, que trascienden el “susto” para mostrar una historia a través de las miradas de sus protagonistas, dotando de sabor y sutilezas a las interacciones de sus personajes.
Salem’s Lot, su miniserie para televisión basada en la novela homónima, es una de las más célebres y exitosas adaptaciones de obra de otro maestro del horror: Stephen King. En Salem’s Lot, Tobe Hooper combina inteligentemente elementos de varios subgéneros del terror, como lo vampírico y las edificaciones embrujadas. Su estilo de dirección aquí es más sutil, con insinuaciones y atmósferas que envuelven a la audiencia en un ambiente de terror puro sin depender por completo de efectos gráficos como los que utilizó previamente en La masacre de Texas o a los que volvería en Poltergeist. No obstante, la calidad técnica de su departamento de diseño y arte es fenomenal, empezando por el impresionante set de Marsten House, una casa construida en dos partes: la primera, una fachada sobrepuesta en una casa preexistente, y la segunda, un set interior con todos sus detalles, ambos diseñados por Mort Rabinowitz.
Estos tres títulos tuvieron un impacto profundo en el desarrollo del cine de terror en los años ochenta y noventa. La influencia de Tobe Hooper continúa al día de hoy, con realizadores como Guillermo del Toro, Edgar Wright, Bryan Fuller y Joss Whedon citándolo como inspiración para sus obras.
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