Detrás de la portada Gatopardo 229: Resurgir

Detrás de la portada Gatopardo 229: Resurgir

Un vestido puede mostrar un poderoso mensaje sobre la ausencia de una persona, a quien abrazamos, quisimos y formó parte de nuestras vidas. En la edición 229, honramos a la memoria que nos ayuda a «Resurgir».

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Qué extraño: Valeria no era “candidata para suicidarse”. Eso le dijo el psiquiatra a su madre, Rita, dos meses después de su muerte. En realidad, la joven tenía trastorno límite de la personalidad. Había pasado por todas las fases posibles. En algunas ocasiones podía trabajar y disciplinarse con sus consultas, con su tratamiento; en otras, le costaba trabajo salir al mundo. Rita, más allá de expresar su dolor, no podía hacer mucho más. El 25 de septiembre de 2018 fue a la casa de Valeria. La encontró cerrada, con las cortinas corridas, sin ruido en su interior. Irrumpió con la ayuda de vecinos, pero al cuarto de su hija entró sola. Desamarró su cuerpo con paciencia. Se despidió de ella largamente. Tenía 22 años.

Tras aquello, Rita decidió prepararse, estudiar, utilizar su experiencia como una plataforma de prevención. Es hoy una suicidóloga reconocida, que colabora con la Asociación Yucateca de Suicidología y con Ancla de la Esperanza, un grupo de ayuda para personas que perdieron a alguien por suicidio. Ella se define como una detective de las emociones. Su trabajo consiste en mirar lo más profundo de la persona y descubrir en qué punto se inició la construcción de una idea en particular: la de quitarse la vida.

De un hamaquero en la habitación que fue de Valeria cuelga uno de sus vestidos que, junto con el árbol de la vida al que Rita cada cierto tiempo añade mariposas, da forma a un altar doméstico, íntimo.

Más sobre la edición 229: «Resurgir«.


 

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