La cinematografía de la música

La cinematografía de la música

Reunir sonidos que trasciendan cualquier género musical antes escuchado es uno de los incentivos detrás de Umor Rex. Un sello discográfico que, durante 15 años, ha tenido como tarea principal la compilación de músicos y agrupaciones internacionales con propuestas sonoras disruptivas.

Tiempo de lectura: 6 minutos

Según palabras de Daniel Castrejón, el hilo conductor que une las diferentes grabaciones de su sello discográfico, Umor Rex, es la cinematografía de la música; aquélla que evoca paisajes visuales y cuenta largas historias a través de una narrativa sonora. Esta definición encapsula 15 años de música que se niega a ser clasificada. Un grupo selecto de artistas de todo el mundo encuentra su hogar en este sello especializado en sonidos abstractos, experimentales y electrónicos. Umor Rex ha jugado un rol importante en posicionar a la Ciudad de México como capital de la vanguardia sonora y, si ha resistido la crisis que enfrenta hoy la industria discográfica, es por la calidad de lo que publica.

Las compañías independientes nacen buscando la divulgación de música que, de otra manera, no tendría exposición, y complementan así las aspiraciones, más comerciales de las firmas trasnacionales. Sin embargo, tras la caída de las ventas de los formatos físicos —sobre todo Cds, pero también LPs y cassettes— y la llegada de los medios digitales, su subsistencia ha sido cada vez más complicada. Los servicios de streaming como Spotify y Apple Music arrasaron con el mercado y, mientras que las altas esferas de la industria han podido sacar provecho de esta nueva modalidad, los sellos independientes siguen en serios aprietos, pues dichas plataformas han hecho demasiado fácil que los artistas prescindan por completo  de las disqueras y construyan un vínculo más cercano con el público a través de redes sociales. Entonces,¿cómo puede seguir existiendo una disquera independiente en 2021?

Umor Rex disquera

Provenientes de México, Berlín o Teherán, pasando por varias otras ciudades del mundo, los artistas que forman el roster de Umor Rex comparten una sensibilidad que Daniel Castrejón, su fundador, define como abstracta. Esto no ha sido obstáculo para obtener el reconocimiento en publicaciones como The Guardian, The Wire, Fact, Pitchfork y Die Zeit, entre otras. Los artistas de Umor Rex, además, han participado en festivales como Berlin Atonal; Rewire, en la Haya; el itinerante Moog Fest, que ha pasado por Asheville, Durham y Nueva York; y Mutek de Montreal, Japón, España y, por supuesto, México. Quizás la razón del éxito de Umor Rex está en que ha elegido mantenerse como un sello pequeño pero arriesgado y honesto, que no se deja llevar por la presión de crecer demasiado por ni las modas pasajeras del medio.Y hay una respuesta a sus esfuerzos: todos los amantes de la música que siguen dispuestos a invertir, no solo en música, sino en objetos de culto, como vinilos y cassettes de exquisito arte gráfico que también es obra de la disquera. La música electrónica que conocemos hoy comenzó mucho antes de los grandes festivales y los antros donde las percusiones digitales amenazan con fiestas interminables. Esta trayectoria inició con la creación de herramientas como la cinta magnética de audio e instrumentos como el theremin y el ondas Martenot, así como con las vertientes futuristas de principios del siglo xx, que buscaban ir más allá de los ruidos mecánicos para expandir nuestro placer sonoro. Estas prácticas se formalizaron a mediados de siglo en estudios y laboratorios como el Radiophonic Workshop de la bbc y la radiodifusora de Alemania del Oeste, la wdr, donde Karlheinz Stockhausen logró trabajos increíbles. En México, la experimentación electrónica llegó en los años sesenta, con el trabajo de compositores como Mario Lavista, Francisco Núñez, Héctor Quintanar y Julio Estrada, y con el primer laboratorio de música electrónica de México, en el Conservatorio Nacional de Música, que fundaronQuintanar y Raúl Pavón, y que detonó miles de trabajos que abarcan una amplia gama de arte sonoro.

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