Descubren el tecpan de un barrio prehispánico en Coyoacán
Bajo la que será la nueva sede de la Academia Mexicana de la Lengua, siglos atrás estaba el tecpan del señor de Atenco Omac.
La sorpresa arqueológica más reciente es un hallazgo prehispánico en Coyoacán. Recientemente se encontró bajo lo que será la nueva sede de la Academia Mexicana de la Lengua, en el número 440 de la calle Francisco Sosa, los restos de un tecpan; una antiguo palacio que perteneció a un noble prehispánico. Esta estructura es la quinta pieza arqueológica que se halla fuera del área de Tenochtitlan.
Según el arqueólogo Juan Cervantes Rosado, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, este descubrimient0 es una oportunidad inigualable, ya que aunque los palacios de gobernanza eran construcciones comunes durante el periodo posclásico tardío, son pocos los que se han podido registrar.
El tecpan era un sitio donde se realizaban labores administrativas, pero también era la residencia del señor local y sus familiares más cercanos. Según los especialistas, todo parece indicar que éste, en particular, continuó funcionando incluso después de la consumación de la Conquista, y que comenzó a construirse a inicios de 1400.
Aunque sólo quedan los cimientos de los espacios, se puede vislumbrar una distribución de al menos cinco habitáculos. Se cree que los cuartos más grandes sirvieron para reuniones administrativas y que los medianos se utilizaron para almacenar y preparar alimentos. Sin duda, con este hallazgo se podría tener un mejor entendimiento sobre la arquitectura de la nobleza indígena, que a su vez podría explicar las estructuras políticas de la época.
Las evidencias parecen indicar que el tecpan de Atenco Omac continuó en funciones algunas décadas después de consumada la Conquista, aunque la excavación arqueológica y los materiales cerámicos asociados indican que el complejo arquitectónico comenzó a edificarse en los inicios de 1400, en un lugar por demás estratégico, cerca del cruce de caminos que conducían a San Ángel (avenida Francisco Sosa) y Tenochtitlan (Panzacola/Avenida Universidad), como se asienta en el Mapa de Uppsala.
“Los cuartos más grandes debieron servir para reuniones del señor y los principales, donde se trataban los asuntos del calpulli o comunidad; otros de medianas y pequeñas dimensiones funcionarían para almacenamiento y la preparación de alimentos, etcétera. La excavación y registro puntual de esta estructura enriquecerá la información sobre la arquitectura de la nobleza indígena del periodo Posclásico Tardío en la Cuenca de México, y permitirá evaluar hipótesis sobre la estructura política y territorial en una cabecera provincial fuera de Tenochtitlan, el Coyoacán prehispánico”, estima Juan Cervantes Rosado, el responsable del salvamento arqueológico del INHA. Él dijo durante un recorrido por la zona que realizó junto con el diario Excélsior, que los trabajos de exploración deben continuar debido a la cantidad de vestigios encontrados y a que existe la posibilidad de que haya entierros humanos en los cuartos.
Dada la extensión y complejidad de este hallazgo prehispánico en Coyoacán: los restos arqueológicos descubiertos en Francisco Sosa 440, y con el objetivo de registrar todos los elementos constructivos del palacio, se prevé una segunda temporada de trabajo arqueológico.
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Con información de nuestra revista hermana Travesías.
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